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Giahsa subirá el recibo del agua en 2025 para hacer frente al lastre de una deuda millonaria en Huelva
El director ejecutivo de la sociedad, Santiago Ponce, califica de «electoralista» la bajada aprobada en 2019 y de «irresponsable» no haber introducido ninguna subida con un endeudamiento que ya ha alcanzado los 162 millones de euros
Reciclaje en Huelva: «Todos los municipios tendrán su quinto contenedor en el primer semestre del año»
La factura del agua será más cara para los clientes de Giahsa en el próximo año. Una mala noticia para los bolsillos de los consumidores pero detrás de la que hay razones económicas de peso que la justifican. El director ejecutivo de la empresa pública, Santiago Ponce, hace balance del año que está a punto de terminar con Huelva24 y detalla los objetivos fijados para el que viene cuando tienen que arrancar dos proyectos claves para la empresa como es la digitalización del ciclo del agua y la puesta en marcha del quinto contenedor en lo que se refiere a la gestión de residuos.
La subida de las tarifas es una decisión ya tomada pero aún está por determinar cuánto será el porcentaje de incremento. «El salto va a ser el justo y necesario para equilibrar las cuentas. Tenemos que dar el mejor servicio posible al coste más justo. Todos los operadores del sector aprobaron subidas de las tarifas del 30% el año pasado. En nuestro caso, la subida va a estar bastante por debajo de ese nivel porque hemos hecho un trabajo de contención de gastos», señala el director ejecutivo de la sociedad.
Detrás de esta medida impopular hay motivos económicos: por un lado «la subida de precios y los nuevos planes sanitarios que nos obligan a duplicar los controles del agua». Pero especialmente la deuda que arrastra la empresa que multiplica sus costes financieros. Una deuda que está en torno a los 162 millones de euros. «Si esta empresa no tuviera el nivel de endeudamiento que tiene, manteniendo las tasas actuales, nos permitiría tener una pequeña bajada de las tarifas. Los costes operativos que tenemos son 95 millones de euros y los ingresos podrían estar en 96 millones de euros. ¿Pero qué ocurre? Que tenemos que pagar otros 16 millones de euros de la deuda. Para que nos hagamos una idea, este año se ha pagado sólo en intereses 4,3 millones de euros. Y el año que viene esas cifras son mayores. Éste es el lastre de esta empresa».
«Entre 2010 y 2022 ha habido tres procesos de refinanciación. Los costes de comisiones e intereses han sido de 79,9 millones. Eso es dinero tirado a la basura»
Ponce recuerda que en 2019 se acordó una bajada de tarifas de cerca del 10% que no se han revisado en años posteriores, coincidiendo este periodo con subidas generalizas por los efectos de la pandemia y de la guerra con Ucrania. El director general de Giahsa tilda aquella decisión de «electoralista», porque se llevó a cabo en un año de elecciones, y va más allá, calificándola también de «irresponsable». «Esto ha significado que en estos años se han dejado de ingresar 40 millones de euros. Entre 2010 y 2022 ha habido tres procesos de refinanciación. Los costes de comisiones más intereses han sido de 79,9 millones de euros. Eso es dinero tirado a la basura». Sobre el más que previsible coste político, Santiago Ponce lo tiene claro: «Hay que asumirlo, no queda otra. No valen nuevas refinanciaciones salvo que supongan un ahorro para la empresa. El objetivo no puede ser otro que el ciudadano pague lo justo por el servicio que recibe».
El director ejecutivo de Giahsa llegó a la empresa de la mano del PP cuando la formación se hizo con el control territorial de la mayor parte de la provincia de Huelva, relevando al PSOE por primera vez en su historia de la Diputación. En este 2024, que califica de año de transición, se ha implementado un nuevo modelo de gestión de la empresa para que sea más eficiente. «Aquí se estaba dirigiendo con criterios políticos y no empresariales. Algo que a mi entender es un error porque es cierto que somos una empresa pública con vocación de servicio público. Pero una cosa es la vocación y otra los criterios de gestión». De ejemplo pone la forma en la que se acordaban los proyectos en el pasado: «Cada vez que se tomaban decisiones de calado, jamás se tomaban con un soporte económico que viera la viabilidad económica, que es lo mínimo, sobre todo para ver la tasa de reposición que van a tener las inversiones; aquí eso no se hacía, aquí era muy dado eso de tirarse a la piscina e ir acumulando cada vez más deuda».
Una empresa «mastodóntica»
Ese plan de sacar a Giahsa de los números rojos incluye medidas laborales en su plantilla. Unos cambios que se han empezado a introducir este año y que han afectado en primer lugar al equipo directivo: «Este equipo va a tener un coste de un 30% menor que en años anteriores porque se ha reducido personal. Los directivos que se han quedado han asumido más tareas y lo están haciendo perfectamente bien. Estamos hablando de un ahorro de entorno a 500.000 euros. Cuando yo entré aquí puse la condición de reducir mi salario un 30% con respecto a lo que cobraba mi antecesor porque creo mucho en la ejemplaridad. Por eso hemos empezado con el equipo de dirección para ser los primeros en dar ejemplo de ser eficientes. A partir de 2025 iremos desescalando a los siguientes niveles».
Las medidas laborales también ha incluido una reducción de las contrataciones de eventuales a través de una mayor optimización de los recursos disponibles y una contención del gasto. «Giahsa e había convertido en una empresa mastodóntica en cuanto a personal. Muchas veces había reiteración de trabajadores para unos mismos puestos. Es fundamental optimizar los puestos de trabajo. Por ejemplo: tenemos una plantilla media que se iba a los 850 con los eventuales y este año se va a quedar la media total en unos 760 sin merma de los servicios. Se trata de involucrar más a los trabajadores y tan fácil como programar, por ejemplo, unas vacaciones. Antes se iban cinco personas de vacaciones el mismo mes y se contrataban a cinco porque se caía el servicio».
Con esta política de contención, la dirección espera llegar al equilibrio finaciero antes de la fecha de finalización de los préstamos concedidos «En teoría, los préstamos están hasta el año 2040. Haciendo una proyección, con la perspectiva que tenemos ahora, podríamos reducir ese horizonte de 16 años a la mitad».
