La izquierda politiza el Orgullo y lo convierte en un mitin de campaña
PSOE, Más Madrid y Sumar pidieron no retroceder «a tiempos en blanco y negro» y cargaron contra los pactos entre PP y Vox en un desfile en el que Yolanda Díaz e Irene Montero evitaron posar juntas
Fotogalería | Blanca Paloma, Dulceida, políticos y otros rostros conocidos participan en la marcha del Orgullo
No fue un sábado más. No fue un Orgullo más, tal y como los organizadores del desfile LGTBIQA+ se encargaron de repetir antes de que la marcha partiese desde la plaza del Emperador Carlos V. Fue el Orgullo de las elecciones, el Orgullo del 23J, ... una manifestación «por los derechos» del colectivo, «por las vidas», que se convirtió en un mitin de campaña. Este sábado, en el eje Prado-Recoletos no solo se alzaron miles de voces por la diversidad familiar y contra el odio, sino que se clamó –incluso antes de que los tambores de la batucada comenzasen a sonar– en busca del voto.
Partido Socialista, Más Madrid, Sumar y Podemos –estos últimos por separado– hicieron suyo el desfile, tal vez demasiado, y aprovecharon la convocatoria y el micrófono instalado en la plaza de Murillo para hablar de «miedos», «retroceso en los derechos» y «pasos atrás» en España. Pocas palabras le dedicaron –sin politizar– al verdadero motivo de su presencia en el enclave: la marcha del Orgullo Gay, en su 45 aniversario en el asfalto madrileño.
En el paseo del Prado –con puestos de bebida, abanicos y pulseras arcoíris en cada recoveco– se encendieron los altavoces cuando el reloj marcaba las seis de la tarde, una hora antes de que la manifestación partiese. Con el ritmo reguetonero de Natti Natasha y su 'No me acuerdo' llegaron los ministros socialistas, los más 'madrugadores'. Félix Bolaños –a quien no se esperaba–, Fernando Grande-Marlaska, Diana Morant y Teresa Ribera fueron los representantes del ala socialista de la Moncloa.
«Votos por derechos»
La ministra de Transición Ecológica fue la primera en hablar, incluso antes que los organizadores. «Estamos aquí para decir 'ni un paso atrás' en la conquista de derechos. No se cambian derechos por votos, y los pactos de la vergüenza no son admisibles», declaró la este sábado 'portavoz', en referencia a los gobiernos de coalición acordados por PP y Vox. «El PP dice que no habrá retrocesos, pero no bastan las palabras, han de acompañar los hechos, y en estos últimos 20 días hemos visto cómo imponen a las mujeres como moneda de cambio, a los inmigrantes y al colectivo LGTBI, y cómo se lanzan mensajes de odio», concluyó la ministra. No convenció a todos, puesto que dentro de la marcha hubo pancartas contra el Gobierno de Pedro Sánchez: «El amor es más fuerte que el sanchismo».
Luego, fueron las asociaciones. El presidente de Cogam, Ronny de la Cruz, habló de «derechos amenazados»: «En esta manifestación es especialmente importante recordar que el 23J están en juego los derechos del colectivo, que tengamos presentes cuáles son las fuerzas políticas aliadas». Y su compañera de la federación, Uge Sangil, continuó: «Sabemos quiénes están fomentando derechos. Marchamos por nosotras, pero también por todas las mujeres que sufren violencia de género, lo que algunos quieren negar. Animamos a la ciudadanía a que el 23J vote con orgullo, y que el 24 salgamos a celebrar un gobierno de progreso y no uno que nos aniquile y nos devuelva una sociedad en blanco y negro», insistió.
Eduardo Rubiño, de Más Madrid, pidió manifestarse en las urnas y criticó que el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, no acuda a ningún evento del Orgullo. Y llegó el turno de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo. «No es un Orgullo cualquiera porque los gobiernos de PP y Vox quieren que retrocedamos a tiempos en blanco y negro, a tiempos de odio y medio. Hoy, la única aportación del PP al Orgullo es meter a los ultras en los gobiernos. España ama como quiere, y el Orgullo nos hace mejores», sentenció la líder de Sumar, casi al tiempo en el que Irene Montero reivindicaba «la victoria frente al odio» porque «lo fundamental es ser quien eres, no discriminado».
El PP, representado por la vicesecretaria de Política Social, Carmen Fúnez, y el diputado regional Jaime de los Santos quisieron salir al paso de las acusaciones, aunque todavía no las habían escuchado. «Nos sumamos con un mensaje de igualdad sin etiquetas y venimos a confirmar nuestro compromiso para erradicar la LGTBIfobia de España», dijeron, y aseguraron que el partido «no va hacer ningún pacto con quien ponga en duda los derechos». «Los derechos de todas las personas, sientan como sientan, amen a quien amén, son sagrados», subrayaron, aunque hubo quien no compartió el mensaje: «Pero si estáis haciendo lo contrario, estáis pactando con ellos», se escuchó por detrás, casi en un susurro.
El Orgullo marchó masivamente, con millón y medio de asistentes –según los convocantes– que alzaron banderas arcoíris, ellos sí, con un mensaje claro y no solo pidiendo el voto: «No nos matan por amar, nos matan por ser» y «lo que el amor y la ley ha unido nadie lo separará».
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