TRIBUNA
El conformismo mata lentamente al Decano
El Recreativo se encierra y se conforma cuando va ganando y, al final, lo paga duro. Un conformismo notorio que está matando lentamente al Decano, que cierra septiembre con 7 puntos de 12 posibles, y que preocupa y mucho a los aficionados albiazules.
Empate y gracias, pero muchas gracias. El club más antiguo del país jugó con fuego y se quemó, no es la primera vez que pasa y si no se corrigen errores no será la última. Los de Abel visitaban al Atlético Sanluqueño, equipo llamado a ser uno de los ‘gallitos’ de la categoría, con la intención de volver a la senda de la victoria y de dar una buena imagen, pero, finalmente, no consiguió los tres puntos ni las sensaciones fueron buenas. El conjunto local mereció más, incluso podríamos decir que los encargados de defender la camiseta albiazul sumaron un punto gracias a Rubén Gálvez, quien claramente salvó a su equipo de la derrota. La primera parte fue aceptable, los albiazules ni jugaron bien ni mal, mientras que la segunda mitad fue desastrosa; no generaron ocasiones, se encerraron atrás y buscaron contraataques. Asimismo, se introdujeron cambios defensivos para aguantar y así vencer. Y es que es normal que la necesidad sea otra cuando tienes un resultado favorable. A pesar de ello, no se puede ser conformista. Si vas ganando, debes ir a por más, ya que si no lo haces, lo pagarás. Eso es lo que está pasando, por ahora, al Recreativo, que cuando tiene en su mano la victoria, se encierra y, al final, acaba sufriendo, empatando o perdiendo. Falta de autocríticaTambién es verdad que los rivales juegan y podría ser la excusa perfecta de ese notorio conformismo, aunque no debería existir ningún tipo de justificación. Hay que ser autocríticos y ya está, no pasa nada por admitir los errores que se están cometiendo, al revés, sería hasta bueno, ya que algunos aficionados están preocupados y otros enfadados. Es cierto que únicamente se han disputado cuatro jornadas y quedan muchas todavía. El Decano cierra septiembre con 7 puntos de 12 posibles que, dentro de lo que cabe, son buenos números. No obstante, con esta irregularidad de resultados y juego es complicado pelear por los puestos altos de la clasificación, y mucho menos terminar la campaña como primer clasificado, objetivo principal, o al menos debería ser así. Evidentemente, esta temporada es más complicada, puesto que los rivales tienen más nivel y estaba claro que no iba a ser un camino de rosas, como la pasada campaña. Sin embargo, se le ha de pedir mucho más al conjunto onubense, y no es presión, es exigencia, fundamental en este deporte. Como decía Luis Aragonés, hay que ganar, ganar y volver a ganar. No vale otra cosa.
La primera parte fue aceptable, los albiazules ni jugaron bien ni mal, mientras que la segunda mitad fue desastrosa; no generaron ocasiones, se encerraron atrás y buscaron contraataques. Asimismo, se introdujeron cambios defensivos para aguantar y así vencer. Y es que es normal que la necesidad sea otra cuando tienes un resultado favorable. A pesar de ello, no se puede ser conformista. Si vas ganando, debes ir a por más, ya que si no lo haces, lo pagarás. Eso es lo que está pasando, por ahora, al Recreativo, que cuando tiene en su mano la victoria, se encierra y, al final, acaba sufriendo, empatando o perdiendo.
También es verdad que los rivales juegan y podría ser la excusa perfecta de ese notorio conformismo, aunque no debería existir ningún tipo de justificación. Hay que ser autocríticos y ya está, no pasa nada por admitir los errores que se están cometiendo, al revés, sería hasta bueno, ya que algunos aficionados están preocupados y otros enfadados. Es cierto que únicamente se han disputado cuatro jornadas y quedan muchas todavía. El Decano cierra septiembre con 7 puntos de 12 posibles que, dentro de lo que cabe, son buenos números.
No obstante, con esta irregularidad de resultados y juego es complicado pelear por los puestos altos de la clasificación, y mucho menos terminar la campaña como primer clasificado, objetivo principal, o al menos debería ser así. Evidentemente, esta temporada es más complicada, puesto que los rivales tienen más nivel y estaba claro que no iba a ser un camino de rosas, como la pasada campaña. Sin embargo, se le ha de pedir mucho más al conjunto onubense, y no es presión, es exigencia, fundamental en este deporte. Como decía Luis Aragonés, hay que ganar, ganar y volver a ganar. No vale otra cosa.