'Pensamientos confinados' (LXXI): Reflexión interior

Me llevé dando vueltas por la casa toda la mañana y así y todo las energías seguían estando intactas. Pero ¿qué me está pasando? Empecé a caer en la cuenta que durante un tiempo largo (dos o tres semanas) pero no larguísimo tenía que cambiar hábitos y rutinas,  que durante tantos años fue mi estilo de vida.

Siguieron los días y seguía dando vueltas por la casa, aunque empecé a sentarme para trabajar delante del ordenador, ya que mi horario de clase era sagrado pero delante de una pantalla. Me conectaba y me sigo conectando para impartir las clases a través de zoom, que es una herramienta de videoconferencias. Este programa unifica las videoconferencias en la nube, las reuniones en línea sencillas, la mensajería de grupo y una solución de sala de conferencias definida por software en una plataforma fácil de usar que no solamente ofrece llamadas a través de video sino además permite escribir mensajes al mismo tiempo y compartir cualquier archivo con los demás usuarios. Una solución en tiempos de confinamiento para seguir trabajando y para que el alumnado intente seguir el ritmo universitario. Todo eso está muy bien, pero ¿dónde está la interrelación profesor-alumno y alumno-alumno? Realmente no existe y precisamente eso es lo que necesito, el contacto diario con el alumnado, con las situaciones que se originan cada día y que nunca son iguales, la relación con los compañeros y compañeras, la vida en el aula, en las tutorías, el mirar a los ojos al alumnado e intuir que es lo que está pensando en ese instante. Ahora hablo a través de una pantalla con muchas pantallitas que son mis alumnos. Para ellos tampoco ha sido fácil dejar la Universidad y encerrarse en casa y a través del ordenador dar todas las asignaturas. ¡No ha sido fácil para nadie! 

Me he adaptado, aunque sigo dando vueltas por la casa, me siento delante de mi clase y empezamos a reflexionar sobre el tema en cuestión y siempre terminamos con la la palabra resiliencia para asimilarla interiormente y creernos que todos tenemos la capacidad de sobreponernos a momentos y situaciones críticas, es una aptitud para superar la adversidad, pero claro la adversidad y el peligro lo tenemos fuera y sin darnos cuenta reflexionamos y nos preguntamos que la superación es con nosotros mismos.

Mañana volveré a dar mis vueltas por la casa y en ese paseo extraño seguiré pensando en todos los cambios que he experimentado y en todos los cambios que la sociedad ha ejercitado. Soy más reflexiva e incluso he conocido facetas de mi vida que antes no reparaba en ellas. Me gusta la meditación y he descubierto que estar sola no me desagrada. He rememorado mi vida y he sido crítica con aquellos errores que he cometido y también con las injusticias que pude cometer. No salir me ha supuesto hablar más con mi familia y conocer en profundidad los pensamientos de mis hijos. En este confinamiento hemos ganado la vida y a partir de ahí que venga lo que sea. Hemos aprendido a sobrevivir con miedo, al principio, pero ya tenemos las herramientas para seguir sobreviviendo con más libertad pero con la responsabilidad de todos para volver a la rutina, volver a la vida.

Mª Carmen Azaustre Lorenzo

Profesora de la Universidad de Huelva

(Confinada y residente en Ayamonte, Huelva)