TRIBUNA DE OPINIÓN

¿Qué es la patria? ¿Quién es la patria?

Estos días en los que estamos viendo imágenes de manifestaciones bajo el grito de libertad y la bandera sobre los hombros, una pregunta no deja de rondarme por la cabeza ¿Qué es la patria? ¿Quién es la patria?

¿Qué es la patria? ¿Quién es la patria?

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La RAE define patria como: “Lugar, ciudad o país en que se ha nacido. ” Juan Carlos Aragón decía que la patria no es más que una raya en el mundo que llaman frontera, le pintan escudo y le clavan bandera. Puede que esta última definición coincida más con lo que entienden por patria en los barrios de clase obrera, donde más allá de refugiarse en un trozo de tela ponen su foco de atención en las condiciones materiales de las personas que viven en ellos.

Lo que hoy en día se ha normalizado como concepto de patria, se sustituye por dinero. Y es ahí donde se descubre la mentira de quienes se adueñan de todos los símbolos y los usan como ataque. Cuando para su beneficio individual ignoran el colectivo (algo que es indivisible de la patria), demuestran que el único interés que tienen en esos símbolos es el de tapar sus evasiones fiscales, sus explotaciones laborales, su falta de solidaridad con quienes forman aquello que denominan “patria”. Esta élite de bandera en la camisa y cartera en Suiza, es la que a diario emite discursos de unidad nacional añorando tiempos pasados.

Quizás el problema está en que no se ha tratado la raíz de todo esto, que hablamos de un concepto vacío que cada cual llena con lo que quiere. Quien antepone una bandera a su gente no puede ser mejor que quien pone por delante la dignidad de sus compatriotas. Quienes entendemos que compatriotas son aquellos con quienes compartimos clase social y no lugar de nacimiento, somos herejes a los ojos de quienes bajo el discurso de “el extranjero te quita el trabajo” esconden la realidad de sus acciones. Un discurso que no es más que un eufemismo para evitar decir que el problema no está en la nacionalidad de quien viene, si no en lo que trae dentro de su cartera o en los ceros de su cuenta bancaria.

¿Os imagináis a estos patriotas diciendo esta frase a quienes tienen dinero? Jamás hemos escuchado invocar el discurso de “primero los españoles” cuando desde el extranjero llegan empresas que no declaran en España por la actividad real que realizan, a través de un ejercicio intenso de evasión fiscal y poniendo su sede en el país de la Unión Europea que mejor les convenga. Lejos de rechazar a estas multinacionales extranjeras para posicionarse al lado del comercio local, se abrazan para aumentar beneficios aunque estos supongan la desaparición de pequeños negocios de aquellos con quienes comparten patria, concepto que ignoran con facilidad cuando se trata de su bien particular.

 La RAE define patria como: “Lugar, ciudad o país en que se ha nacido. ” Juan Carlos Aragón decía que la patria no es más que una raya en el mundo que llaman frontera, le pintan escudo y le clavan bandera. Puede que esta última definición coincida más con lo que entienden por patria en los barrios de clase obrera, donde más allá de refugiarse en un trozo de tela ponen su foco de atención en las condiciones materiales de las personas que viven en ellos. Lo que hoy en día se ha normalizado como concepto de patria, se sustituye por dinero. Y es ahí donde se descubre la mentira de quienes se adueñan de todos los símbolos y los usan como ataque. Cuando para su beneficio individual ignoran el colectivo (algo que es indivisible de la patria), demuestran que el único interés que tienen en esos símbolos es el de tapar sus evasiones fiscales, sus explotaciones laborales, su falta de solidaridad con quienes forman aquello que denominan “patria”. Esta élite de bandera en la camisa y cartera en Suiza, es la que a diario emite discursos de unidad nacional añorando tiempos pasados.Quizás el problema está en que no se ha tratado la raíz de todo esto, que hablamos de un concepto vacío que cada cual llena con lo que quiere. Quien antepone una bandera a su gente no puede ser mejor que quien pone por delante la dignidad de sus compatriotas. Quienes entendemos que compatriotas son aquellos con quienes compartimos clase social y no lugar de nacimiento, somos herejes a los ojos de quienes bajo el discurso de “el extranjero te quita el trabajo” esconden la realidad de sus acciones. Un discurso que no es más que un eufemismo para evitar decir que el problema no está en la nacionalidad de quien viene, si no en lo que trae dentro de su cartera o en los ceros de su cuenta bancaria.¿Os imagináis a estos patriotas diciendo esta frase a quienes tienen dinero? Jamás hemos escuchado invocar el discurso de “primero los españoles” cuando desde el extranjero llegan empresas que no declaran en España por la actividad real que realizan, a través de un ejercicio intenso de evasión fiscal y poniendo su sede en el país de la Unión Europea que mejor les convenga. Lejos de rechazar a estas multinacionales extranjeras para posicionarse al lado del comercio local, se abrazan para aumentar beneficios aunque estos supongan la desaparición de pequeños negocios de aquellos con quienes comparten patria, concepto que ignoran con facilidad cuando se trata de su bien particular.Cuando en uno de los barrios más ricos de este país se producen manifestaciones en las que se adueñan de los símbolos, hay que tener en cuenta que el objetivo de dicha protesta no es lograr más derechos y libertades sino volver a la normalidad, para que esa supuesta igualdad en derechos civiles que tenemos en este estado de alarma se revierta y sean los apellidos los que estén por encima de las personas. No puede ser patriota quien camina con una bandera a la espalda junto a una persona que está buscando en la basura algo para comer, alguien que rechaza un ingreso mínimo vital a personas que no tienen cubierta sus necesidades básicas, no puede sentirse superior alguien que solo saca la bandera para atacar. Alguien a quien le define y representa un símbolo, no los valores, no ha entendido nada de lo que significa patria.Ya lo decía Antonio Machado: “En España lo mejor es el pueblo. Siempre ha sido lo mismo. En los trances duros, los señoritos invocan la patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre y la salva”.    Dani Fernández, miembro del Área Juventud de IU Huelva

Dani Fernández,

miembro del Área Juventud de IU Huelva

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