JOSÉ LUIS CAMACHO
'Pensamientos confinados' (LIX): Información y respeto
Cada vez tengo más claro lo importante que es estar informado. El que no sabe es como que el que no ve. He estado en Santa Cruz de Tenerife del 27 de febrero al 8 de marzo, ambos inclusive; en pleno carnaval y pasando varias horas al día en un hospital sin medidas de seguridad extras.
Nada más y nada menos que once días en riesgo permanente, sin tener conciencia de lo que estaba pasando con el coronavirus.
Afortunadamente, salvo que la haya pasado sin síntomas, no he contraído la enfermedad (ni tampoco una parte importante de mi familia). A veces, las cosas ocurren sin saber por qué. El estado de alarma me ha cogido en la isla canaria de La Palma. En concreto, en Los Llanos de Aridane, en una pequeña ciudad que me está permitiendo pasar otro tipo de confinamiento.
Me acuesto y levanto rodeado de plataneras. Desde mi casa veo el mar, una parte de la cordillera de la Caldera de Taburiente y los picos Birigoyo y Bejenado. Además, tengo una huerta con cebollas, un duraznero, espinacas, tomates... Nada que ver con los que han tenido que estar metidos entre cuatro paredes, en pisos pequeños y/o en comunidades tóxicas.
En cualquier caso, estoy llevando una vida tranquila, haciendo cosas de mi rutina diaria de años (leer, caminar, cocinar, escuchar música, aconsejar a algún/alguna deportista, mantener relativamente activas mis redes sociales públicas/privadas...) y otras menos o nada habituales (atender a ratos la huerta, manualidades diversas, refrescar mis conocimientos sobre pandemias, microbiología, fisiología y patología médica...).
En este período que nos está tocando vivir, he recordado las vivencias que tuve con muchas personas que ya no están con nosotros y a las que en un momento determinado dejé de ver por diversos motivos (amigos/as de la infancia, adolescencia y universidad).
También he pensado en algunas de las grandes pandemias que ha superado la humanidad: la peste antonina (la plaga de Galeno), la plaga de Justiniano, la gripe de 1918 (la gripe española), la peste negra... y la gripe A de 2009-2010 y, sobre todo, en la condición humana.
No tengo dudas de que también saldremos de esta, mucho más en estos momentos. De lo que sí tengo dudas es de que aprendamos algo de todo esto. Aunque las demás islas están en fase 1 antes (primero lo estuvieron La Graciosa, La Gomera y El Hierro), yo sigo erre que erre (con más cuidado que nunca).
Entiendo que, poco a poco, hay que volver a la normalidad, un país no puede estar parado indefinidamente. El problema radica en que los conocimientos de la población, en general, sobre salud pública brillan por su ausencia y en que una parte importante de la misma tiene interiorizado, incluso de forma inconsciente (no tienen por qué ser malas personas), el peligroso binomio del egoísmo y la soberbia.
Recomiendo precaución, no bajar la guardia, seguir cumpliendo a rajatabla con todo lo que es eficaz para aislar el virus: la distancia interpersonal/social de unos dos metros, una correcta higiene de manos (lavado con la frecuencia y dedicación que sean necesarias) y el uso de mascarillas cuando proceda. Ojalá que el estudio epidemiológico que se está realizando dé los resultados apetecidos. Que el número de personas con anticuerpos sea importante (“efecto rebaño”), porque esas personas inmunizadas impedirían el contagio de las demás (supondría un efecto protector).
¡Salud!
José Luis Camacho Díaz
Médico Especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte Especialista Superior en Ciencias Morfofuncionales del Deporte
Experto Universitario en Nutrición y Dietética
(Confinado en la isla canaria de La Palma)
