JUAN ANTONIO GATÓN
'Pensamientos confinados' (LIV): Show must go on!
Aquel jueves 12 de marzo fue la última vez que apagué los focos en la pista de atletismo de San Javier y ya han pasado 62 días hasta el momento en el que escribo estas líneas. 62 días que han dado para mucho. Me ha dado tiempo a reflexionar sobre mi futuro inmediato, a pensar sobre dónde me posicionaré tras la vuelta al trabajo, o los riesgos y oportunidades de un futuro incierto que no va a volver a ser como lo conocía hasta la fecha.
Tengo la suerte de vivir de una profesión con la que me siento realizado y me encanta desarrollar, que me hace mejorar en mi faceta personal y profesional, y que me ha dado la oportunidad de conocer y rodearme de mucha gente maravillosa. Por eso, por ese crecimiento constante sobre todo en el plano personal, por compartir los mismos sentimientos solidarios con mi familia, tocaba sentirme útil y ayudar a los demás en estos momentos tan raros que estamos aun viviendo.
Desde el primer día que se decretó el Estado de Alarma me puse manos a la obra, perdí la poca vergüenza que me podía quedar, y diariamente me he enfrentado a la cámara para exponer parte de mi profesión, intentado ayudar a todo aquel que ha querido sumarse a mis sesiones deportivas de acceso libre en Instagram, intentado conseguir que pasaran un rato diferente y ameno dentro de sus casas. Sesiones en horarios de mañana y tarde, accesibles para todos los públicos, siguiendo unos criterios reglados en su elaboración y salvaguardando la salud de todos los que se conectaban diariamente, pero sin perder mi seña de identidad y apretando un poco las clavijas al personal. Además, durante todo este periodo pude contar con la colaboración de amigos deportistas, ídolos para mucha población, que actuaron de imán y altavoz para llegar más lejos y a más gente a realizar estas sesiones.
Hice lo que creí correcto en un momento difícil para todos, donde nos hemos visto obligados a cambiar radicalmente nuestros hábitos, y donde mucha población sufría por un presente y futuro incierto. Todo este tiempo ha dado para 82 sesiones, 82 momentos de conexión con mucha gente que no he visto en mi vida y que a buen seguro puede que ni las conozca en persona nunca, pero que sus comentarios agradecidos durante esas dos horas de deporte, me han ayudado a estar bien conmigo mismo.
Por suerte, mucha gente mejor que yo ha tenido un comportamiento igual al mío, y he podido comprobar como diferentes gremios se han solidarizado de alguna u otra forma con los más necesitados a través de acciones desinteresadas para que las personas más vulnerables pasaran esta época de la mejora manera. Así, grupos de transportistas acercaban los productos de primera necesidad a bancos de alimentos sin ningún tipo de coste por el servicio ó agricultores regalaban parte de sus cosechas a diferentes organizaciones solidarias; Cocineros de muchas ciudades diferentes se han juntado para dar de comer a decenas de familias en riesgo de exclusión social aportando ellos su trabajo, sus utensilios y muchas veces hasta pagando de sus bolsillos los productos alimenticios… He podido comprobar como muchos entrenadores personales como yo y centros deportivos, hemos aportado nuestro granito de arena intentado trabajar para que el confinamiento le fuese más llevadero a la población en general y tuviesen ese momento de esparcimiento físico, así, como muchos músicos y cantantes que han dado miniconciertos a través de diferentes plataformas amenizando tarde muy largas y tediosas, con su arte, aportando cercanía y consiguiendo sacar una sonrisa de la cara de mucha gente a la que se les olvidaba sus males mientras los oían.
He visto cómo muchos deportistas de élite han estado conectados a cualquier red social, aceptando decenas de entrevistas gratuitas para interactuar con sus fans y responder a cualquier duda o inquietud que tuviesen, haciendo ver a la sociedad que todos vamos a una. He podido comprobar cómo profesionales de la sanidad se animaban a dar pequeñas conferencias online para tranquilizar y dar seguridad a la población sobre cómo actuar ante las dudas sanitarias en esta crisis. Hemos visto todo el mundo como cientos de taxistas en todo el país han realizado viajes gratis para todo aquel afectado por este virus llamado COVID19….
Muchos, muchos gremios han sabido estar a la altura de una situación única en la historia reciente, arrimando el hombro. Muchos hemos pensado que lo primero era aportar nuestros conocimientos, nuestro trabajo, nuestro tiempo o nuestros recursos, de manera altruista para con los demás, a intentar posicionarnos o hacer caja de una situación tan fea…
Pero sin embargo, un colectivo poderoso, de mucho peso en la sociedad, se ha olvidado de aportar lo que se esperaba de ellos, o al menos, lo que a mi me hubiese gustado ver y sentir. La parte más visible de este colectivo se ha centrado en dar mítines diarios sobre sus voluntades y bondades, pero sin producir nada. Han estado más atentos al confrontamiento, al “tú más” y al “yo llevo razón”, que a la pura lógica de acercarse a la población en una época de mucha necesidad. Este colectivo, el político, vuelve a dejarme mucho que desear, vuelve a describirse como un quiero y no puedo de nuestra mejor versión que hemos aportado los propios ciudadanos de a pie.
Tengo claro que en la vida generalizar no es bueno, y quiero pensar que hay personas dedicadas a la política, en pueblos o ciudades pequeñas, con una voluntad por el servicio al ciudadano, cobrando por su trabajo profesional, pero con actitud servicial y preocupación real por los problemas reales que nos atañen cada día. Quiero pensar que de éstos últimos hay muchos más de los que yo conozco, pero sin embargo, los peces gordos de este colectivo, los que vemos en la televisión a diario, del color o pensamiento que fuesen, han vuelto a pinchar en hueso y se han olvidado de las personas.
No sé de política, aunque hable de ella en casa como un entendido en la materia, pero creo que si entiendo de algo, y ese algo son actos, reales, cuantificables y dentro de mis posibilidades, siempre buenos. Es lo que me inculcaron desde pequeño en mi casa, en mi colegio, en mi grupo scout, y por eso siento que los pequeños gestos de tantos y tantos colectivos redactados al comienzo de este texto han sumado mucho más en nuestros corazones, que la palabrería bien encorsetada y de traje que nos han vendido a diario en infumables ruedas de prensa.
No sé cuando leerán esto, pero el próximo jueves día 14 de mayo volveré a encender las luces de la pista de atletismo de San Javier, volveré a entrenar con el mismo grupo que se despidió aquel 12 de marzo pensando que esto duraría solo unos días, y al acabar la sesión, bajaré los plomos de los focos sabiendo que el show debe continuar.
Juan Antonio Gatón Camacho,
Entrenador deportivo profesional en Track And Field Sport Team
(Confinado en San Javier, Murcia)
