LAURA GONZÁLEZ

'Pensamientos confinados' (XLIV): Catarsis

Nunca imaginé que unas pantallas pudiesen llegar a unir tanto. Que tuvieran el poder de acortar kilómetros y de hacernos sentir a todos como en casa. Como si estuviésemos en esos domingos en los que apenas había silencio, en esas tardes de paseos interminables, en esos días donde los abrazos son los que más sanan.

'Pensamientos confinados' (XLIV): Catarsis

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Nunca imaginé que unas pantallas pudiesen dar tanto calor, tanto amor, en unos simples minutos. Pudiesen dar ánimos, consejos y verdaderas declaraciones de amor. 

Nunca imaginé que ese cristal se terminase por convertir en nuestro pequeño consuelo. Que después de tantos momentos, nuestra felicidad se resuma en esos pocos instantes conectados. 

'Pensamientos confinados' (XLIV): Catarsis

Nunca imaginé que pudiese estar tanto tiempo separada de mis amigos, que pudiese echar tanto de menos sus risas y todas y cada una de sus manías. Que yo, que siempre estoy evitando cualquier muestra de afecto, sea la primera que está deseando correr a darles un abrazo. Por todos los que me faltaron, por todos los que nunca me atreví a dar.

Nunca imaginé añorar tanto una rutina, el estrés de no tener tiempo para mí, las risas en el instituto o las tardes enteras encerrada en la biblioteca. 

Nunca imaginé que los superhéroes del mundo cambiasen todas sus capas por unas batas blancas. Que tuviesen tanta fuerza para hacer que todo este gran engranaje no dejase nunca de funcionar, que gracias a ellos se pudiese avanzar.

Nunca imaginé lo eternamente agradecida que les estoy. A ellos y a cada uno de los que están dándolo todo por seguir adelante.

Nunca imaginé formar parte de una verdadera película de terror, con las calles vacías y una curva que no para de crecer. De aumentar, de aterrar. Una simple curva que no para de hacer daño y más daño, sin descanso.

Nunca imaginé cumplir los 18 frente a un ordenador, soplando una de las velas que había por casa y escuchando la voz metálica del altavoz cantar el cumpleaños feliz. Viendo a todos en una pequeña ventanita sin poder entrar en ellas a darles el abrazo más grande que se pueda soñar.

'Pensamientos confinados' (XLIV): Catarsis

Nunca imaginé escribir sobre esto, nunca imaginé pensar en esto.

Nunca imaginé el valor de todo aquello que ya teníamos.

Y ahora no.

Pero aún así, me gustaría decir que una vez que termine toda esta pesadilla todos saldremos más unidos, más fuertes al mundo. Que comenzaremos a apreciar todas aquellas cosas que no pudimos hacer mientras estábamos encerrados entre las cuatro paredes de nuestra casa a la vez que veíamos pasar las hojas del calendario. Me encantaría poder ver cómo al fin la humanidad deja las prisas, el estrés y las decisiones precipitadas para cambiarlas por algo más de pasión, de ganas de apreciar cada cosa que hacemos, y esta vez hacerlas bien. Hacer todas esas cosas que teníamos pendientes desde lo más profundo de nuestro corazón, con paciencia y, especialmente, con ilusión.

Me gustaría tanto poder decirlo, pero sinceramente creo que la humanidad aún no está preparada para ello, no creo que todas esas reflexiones y pensamientos que afloraron en todos nosotros durante estos meses duren más de lo que creímos poder estar encerrados.

No creo que las personas que necesitan de una pandemia para empezar a darse cuenta del valor de las cosas puedan seguir pensando así una vez que todo se esfume. Una vez que vuelva su rutina, sus urgencias y su pereza. Una vez que todo vuelva a la normalidad y nada les obligue a pensar en todo aquello que podrían estar dejando atrás sin apenas percatarse. En todos los abrazos que se están olvidando, en todas las conversaciones hasta las tantas en cualquier barra de algún bar mirándonos a los ojos, en las caricias que se pierden por la espalda y desaparecen apenas unos segundos para estrecharnos aún con más fuerza.

Tal vez esta situación haya servido para darnos cuenta de todo lo que deberíamos haber disfrutado y vivido por completo, y no a medias, no teniendo la mente en todas y cada una de las cosas que deberíamos haber hecho en su lugar. No dejando aquello que podríamos hacer algunos de esos días que marcaste con tu rotulador en el calendario, por si te olvidas, por si de nuevo vuelves a tacharlo para aplazarlo un poco más. Porque, total, ¿qué podría pasar?

'Pensamientos confinados' (XLIV): Catarsis

Pero pasó. Y tanto que pasó. Empezó a correr delante de todas nuestras narices y  ninguno fuimos capaces de alcanzarlo, o simplemente reaccionar. Se nos fue marzo y el final del frío, se nos esfumaron las últimas hojas del inverno y las ganas de tenernos aún más cerca. Desapareció abril a través de una ventana y se alejó la esperanza de encontrar en la primavera una nueva. 

Pero los que de verdad somos conscientes de aquellas cosas, de las especiales que nos inyectaban esas ganas de vivir, de seguir en pie y luchando, no necesitábamos una pandemia para tomar conciencia. 

Deseo con toda mi alma estar equivocada, deseo que el día en que pongamos el primer pie en la calle volvamos a ver el esfuerzo, el trabajo y las ganas de seguir hacia delante de las personas, pero esta vez, sin ser los de antes. 

Pero creo que el mundo, una vez que termine todo esto, seguirá dando vueltas como siempre. Nosotros seguiremos siendo los de siempre.

Laura González Roldán,

escritora.

(Confinada en Huelva)

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