JESÚS PELAYO
'Pensamientos confinados' (XXXVI): Cóctel de emociones
Me gustaría empezar esta reflexión manifestando que nunca me he sentido tan orgulloso de ser español, de pertenecer a un pueblo luchador, con carácter, sacrificado, modesto, humilde y, por supuesto, SOLIDARIO.
SOLIDARIDAD es lo que hemos estado respirando estos días desde que se decretó el Estado de Alarma. Solidaridad y obediencia, repartidas por cada uno de los hogares españoles, al entender el máximo grado de responsabilidad de quedarse en casa por el bien de nuestro pueblo, donde cada uno de nosotros se hace partícipe de llegar pronto a un final.
Puedo decir que nunca he tenido tantos sentimientos encontrados en tan breve espacio de tiempo. Desde el respeto y admiración por los sanitarios que nos cuidan y por los cuerpos de seguridad del estado que velan por nuestra seguridad hasta, por el contrario, la rabia e impotencia ante la ineptitud de nuestros gobernantes, por permitir que estos héroes que arriesgan su vida trabajen sin los medios y equipamientos necesarios para su salud. Llevamos una semana escuchando a nuestro Ministro de Sanidad diciendo que ya iban a llegar los equipos de seguridad, los cuales no terminan de hacerlo, y, sin embargo, en tres días, empresas privadas, las cuales no quiero mencionar, trajeron el mismo material, y, lo que es más importante, a coste cero.
Desde el RESPETO y ADMIRACION por la SOLIDARIDAD de todos y cada uno de los españoles desde sus propias casas así como de las empresas privadas que se están moviendo para reconvertir sus instalaciones para fabricar esos equipos de protección tan necesarios, o cediendo sus instalaciones, como los hoteles o clínicas privadas para poder acoger a los miles de afectados que estamos teniendo, a la INDIGNACIÓN. Sí,
INDIGNACIÓN por los errores cometidos por nuestros gobernantes. Y es que, cuando alguien quiere hacer algo que nunca antes ha hecho, lo mínimo que suele hacer es aprender de aquéllos que, por su propia experiencia, saben o actúan mejor que uno. Hago referencia a la prepotencia y a la altanería de nuestro gobierno que, por dos veces, ha cometido el error de traer unos equipos no homologados por actuar unilateralmente en un mercado que no conocen. Y, mi pregunta es: ¿por qué no ha recurrido el Gobierno a las empresas que conocen perfectamente ese mercado y actúan en ellos?, ¿quizás, porque nuestro Vicepresidente no admite que la casta le salve el culo?, ¿por qué no se aprovechan las camas de los hospitales privados?, ¿quizás, porque sería mucho rebajarse por parte de nuestro actual Gobierno?.
En definitiva, MISERIA HUMANA frente a la SOLIDARIDAD de nuestro sacrificio anteriormente comentado. MISERIA HUMANA es lo que siento cuando nuestra Ministra de Hacienda nos dice que los impuestos no se pueden posponer porque el Estado necesita los ingresos para mantener los servicios sociales pero, ¿qué ingresos?, si la pequeña y mediana empresa no obtiene ingresos desde que se decretó el Estado de Alarma. Y mi pregunta es, ¿cuánto recaudaría el Estado si se aplicase la “solidaridad” que tanto promulga y dejasen de cobrar las dietas y manutención todos nuestros políticos, o, ¿cuánto ahorraríamos si se estableciese un ERTE en nuestro Parlamento con respecto a todas sus Señorías?.
SATISFACCIÓN de pertenecer a ese colectivo de pequeños empresarios que seremos los que sacaremos a este país de la que se nos avecina, como siempre ha ocurrido, aportando esfuerzo y creatividad para de esta forma poder responder frente a las necesidades de nuestros trabajadores y de nuestras familias. Por el contrario, nuestro Gobierno nos amenaza y engaña ante las inútiles y estériles ayudas que nos están imponiendo.
LIBERTAD frente al TOTALITARISMO. Basta ya de decir que no es el momento de criticar. Pienso que la época de la dictadura ya pasó, y, por suerte, y hasta que estos señores del Gobierno no se la carguen, seguimos en Democracia, y por ello, hablo cuando quiero, como quiero y donde quiero.
Estamos pasando una crisis sanitaria como nunca hemos tenido en nuestro país pero, la crisis económica que se nos viene encima, aún no somos conscientes al grado al que va a llegar. Es normal, estamos encerrados y actuando responsablemente pero muchos, aún estando encerrados en casa, ya han perdido su trabajo, o, incluso, cuando acabe el encierro y lleguen a su puesto verán cómo algunos van al paro por el cierre de la empresa o, en el mejor de los casos, los hayan incluido en un ERTE. Pero está próximo el vencimiento del mes de las tarjetas de crédito, las reservas económicas cada vez son menores, y, por cierto, las ayudas prometidas del Gobierno aún no se han hecho efectivas, y las que se hacen efectivas, leamos la letra pequeña, cómo son los préstamos ICO, donde te hacen suscribir un seguro de vida que hace que el tipo de interés de éstos puedan llegar al 28%. A esto, en mi profesión, se le llama USURA.
La reflexión es el mejor amigo de la conciencia y estoy seguro que los españoles debemos de tener la conciencia muy tranquila por nuestra actitud y aptitud. Todos debemos saber y decir gritando que vivimos en un país de héroes donde, de forma activa, todos y cada uno de nosotros aportamos nuestro granito de arena: el ciudadano que se queda en casa, los sanitarios que nos cuidan, los Cuerpos de Seguridad del Estado velando por nuestra seguridad, los funcionarios echando horas a destajo por atender las necesidades de los ciudadanos. En definitiva, HÉROES. Como contraposición, tenemos VILLANOS que, por sus propios intereses, no actúan de forma consecuente con la situación que vivimos, donde el afán recaudatorio prevalece sobre el interés social. A esto yo le llamo MISERIA HUMANA. Cuando los intereses políticos prevalecen frente al interés general, cuando representantes políticos no cumplen con la Ley de cuarentena y a los ciudadanos se les sanciona bajo multa, cuando nos prometen ayudas a las que sólo pueden acudir aquéllos que se encuentran libres de deudas con Hacienda y Seguridad Social, o no se encuentran en determinados registros. SEÑORES, ESTAMOS EN UN ESTADO DE GUERRA SANITARIA Y ECÓNOMICA.
Cuando la rabia se mezcla con la frustración genera desesperación y, aún, nuestros representantes no se han dado cuenta o, de ser así, les importamos poco. Debemos hacerles recordar que el final de la crisis o alerta sanitaria está cerca pero, después, viene la crisis o alerta económica. Al virus se le mata con una vacuna pero a la crisis económica se le combate con medidas que ayuden a salir adelante a esos que siempre sacan al país de las crisis, los AUTÓNOMOS y PYMES. Ya tenemos síntomas de esa alerta económica. Casi 800.000 parados más, sin incluir los ERTES sin resolver. ¿Nos va a pasar igual que cuando miramos a otro lado cuando surgieron los primeros casos del virus?.
Con símil metafórico, tenemos un buque con un vía grande de agua y todos los esfuerzos están destinados a tapar el agujero, pero nadie está cuidando la maquinaria del barco, para que esté lista cuando tapemos la vía de agua.
Soy una persona con fe, y sé que los españoles tenemos carácter y tesón más que suficientes para salir de ésta, pero, no por nuestros representantes, sino por nuestra lucha constante en los momentos difíciles. Sólo quiero que haya ESPERANZA, ILUSIÓN y COMPROMISO. En definitiva, DIGNIDAD HUMANA FRENTE A LA MISERIA SOCIAL a la que nos están abocando.
Jesús PelayoEconomista y Coaching(Confinado y trabajando en Huelva)