CARTA ABIERTA DE CEPAIM
Votemos lo que votemos, no lo hagamos contra las personas
Con esta carta abierta me quiero dirigir a las cientos de personas que en diversas ciudades de la geografía española se dejan atravesar por algunos mensajes contra la inmigración y contra las personas inmigrantes que desde alguna opción política se han ido vertiendo a lo largo de la campaña electoral de las generales y que ahora vuelven a resonar en nuestros oídos de cara a las elecciones municipales, autonómicas y europeas del próximo 26 de mayo.
Mensajes superficiales, basados en estereotipos, generalizaciones y en la siembra del miedo, como semilla que quiere cosechar el enfrentamiento de personas contra personas, creando nuevas fronteras, esta vez en el interior de nuestras ciudades entre la población inmigrante y la autóctona que son el germen de la perdida de la cohesión social.
Mensajes que calan en una parte de la ciudadanía por su simpleza y sencillez, pero que se demuestran falsos con solo contrastarlos a la luz de la realidad objetiva de los datos.
No hay más delincuencia por el incremento de la presencia de población inmigrante en nuestras ciudades, según EUROSTAT España cuenta con uno de los índices más bajos de robos de la Unión Europea y en ciudades como Torre Pacheco o en El Ejido, el índice de robos se sitúa en la media nacional, con tendencia a la baja.
Las personas inmigrantes no nos quitan el trabajo a los españoles, los datos demuestran que trabajan en donde los necesitamos y no queremos trabajar los españoles, mantienen viva nuestra agricultura y son los que cuidan a nuestros abuelos y a nuestros padres ¿quiénes son las personas que a las cinco de la mañana están esperando una furgoneta en muchos puntos de la Región de Murcia, Almería o Huelva para ir al tajo a sembrar y recolectar las cosechas que sostienen el crecimiento de nuestra agricultura? ¿Por qué en Huelva se han tenido que hacer más de 19.000 contrataciones en origen de mujeres africanas para recoger la fresa?...
No, no saturan la sanidad, de hecho se trata de población eminentemente joven con índices de enfermedad mucho más bajos que los de la población española, más envejecida.
No, las personas inmigrantes no son un problema, son una parte de la solución a algunos de los retos que nos afectan, tales como el envejecimiento de la población española, la baja natalidad, la falta de mano de obra para determinados trabajos, la despoblación de las zonas rurales...
Me dirijo a las personas que vamos a votar el próximo día 26 de mayo, con un solo mensaje, votemos a quién votemos, no lo hagamos contra las personas, no lo hagamos contra Europa. No votemos contra las personas inmigrantes, ni contra la Europa social que precisamos. Hagámoslo contra la corrupción, la falta de transparencia, la desigualdad, la pobreza, el desempleo o la exclusión social. ¿Alguien puede entender que los pueblos que deben su desarrollo a la inmigración y al proyecto común europeo, voten contra la inmigración y contra Europa?
Nos hemos parado a pensar que pasaría en el campo murciano o almeriense, en nuestra agricultura o en nuestras familias si las personas inmigrantes se marcharan mañana?¿Conocemos las consecuencias?¿No será que si queremos a los inmigrantes, pero solo como mano de obra, no como vecinos y vecinas?
Recordemos la frase que pronunció en 1965 el escritor suizo Max Frisch, pedimos mano de obra y vinieron personas, que necesitan compartir nuestros centros educativos, los centros de salud, las plazas públicas, nuestras asociaciones, los espacios de ocio y tiempo libre. ¿Alguien puede pensar que pueden ser solo mano de obra y no personas, vecinos, vecinas, ciudadanos y ciudadanas? ¿Cómo cambiaría todo, si los más de dos millones de inmigrantes extracomunitarios que residen en España, pudieran votar en las elecciones?Necesitamos políticas públicas que apuesten por la convivencia, la diversidad y la relación entre la población autóctona y la inmigrante. No olvidemos que hablamos de seres humanos.
Me vienen a la memoria las palabras que pronunció en Marrakech en la cumbre de Naciones Unidas para suscribir el Pacto Mundial para una inmigración segura, una joven inmigrante: ¿Cómo se sienten las niñas y los niños que tienen que realizar 23 prácticas sexuales por día para poder simplemente vivir? ¿Cómo serán sus sueños? ¿Cómo se construyen sus días y sus noches? ¿Cuáles son sus recuerdos? ¿Dónde están las palabras de aliento de sus padres? ¿Hemos pensado que podrían ser nuestras hijas o hijos?. Me quedo con este mensaje final que nos interpela: “a las personas migrantes solo dadnos un poco de agua y os daremos un jardín”.
No olvidemos que el miedo provocado hacia las personas inmigrantes es el gran enemigo del ser humano. El miedo es una emoción que nos paraliza, imposibilitando la relación con el otro y la visión de la realidad con los ojos de nuestra propia experiencia.
El próximo 26 de mayo al votar elegimos mucho más que a candidatas o candidatos a una administración pública. Paremos los discursos y actitudes xenófobas que crecen por las esquinas de nuestros barrios y vayamos a votar por la convivencia, la cohesión social, el diálogo, la solidaridad, la diversidad cultural y la justicia social.
Juan Antonio Segura Lucas. Director General de Fundación CepaimFundación Cepaim trabaja desde 1994 para promover un modelo de sociedad inclusiva e intercultural que facilite el acceso pleno a los derechos de ciudadanía de las personas más vulnerables de nuestra sociedad y, de forma especial, de las personas migrantes. Actualmente estamos presentes en 9 comunidades autónomas (Andalucía, Aragón, Castilla- La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, Madrid, Murcia y Valencia), la ciudad autónoma de Ceuta y con presencia propia en Senegal. Con un total de 32 centros territoriales ponemos el acento de nuestra intervención directa con población en riesgo de exclusión social en los barrios de los territorios donde nos ubicamos, trabajando en materia de Acogida y Protección Internacional, Vivienda, Inserción laboral y Formación, Acción Comunitaria, Igualdad, Gestión de la Diversidad y No Discriminación, Desarrollo Rural y Emprendimiento, y Cooperación al Desarrollo y Codesarrollo.
Mensajes superficiales, basados en estereotipos, generalizaciones y en la siembra del miedo, como semilla que quiere cosechar el enfrentamiento de personas contra personas, creando nuevas fronteras, esta vez en el interior de nuestras ciudades entre la población inmigrante y la autóctona que son el germen de la perdida de la cohesión social.Mensajes que calan en una parte de la ciudadanía por su simpleza y sencillez, pero que se demuestran falsos con solo contrastarlos a la luz de la realidad objetiva de los datos.No hay más delincuencia por el incremento de la presencia de población inmigrante en nuestras ciudades, según EUROSTAT España cuenta con uno de los índices más bajos de robos de la Unión Europea y en ciudades como Torre Pacheco o en El Ejido, el índice de robos se sitúa en la media nacional, con tendencia a la baja.Las personas inmigrantes no nos quitan el trabajo a los españoles, los datos demuestran que trabajan en donde los necesitamos y no queremos trabajar los españoles, mantienen viva nuestra agricultura y son los que cuidan a nuestros abuelos y a nuestros padres ¿quiénes son las personas que a las cinco de la mañana están esperando una furgoneta en muchos puntos de la Región de Murcia, Almería o Huelva para ir al tajo a sembrar y recolectar las cosechas que sostienen el crecimiento de nuestra agricultura? ¿Por qué en Huelva se han tenido que hacer más de 19.000 contrataciones en origen de mujeres africanas para recoger la fresa?... No, no saturan la sanidad, de hecho se trata de población eminentemente joven con índices de enfermedad mucho más bajos que los de la población española, más envejecida.No, las personas inmigrantes no son un problema, son una parte de la solución a algunos de los retos que nos afectan, tales como el envejecimiento de la población española, la baja natalidad, la falta de mano de obra para determinados trabajos, la despoblación de las zonas rurales...Me dirijo a las personas que vamos a votar el próximo día 26 de mayo, con un solo mensaje, votemos a quién votemos, no lo hagamos contra las personas, no lo hagamos contra Europa. No votemos contra las personas inmigrantes, ni contra la Europa social que precisamos. Hagámoslo contra la corrupción, la falta de transparencia, la desigualdad, la pobreza, el desempleo o la exclusión social. ¿Alguien puede entender que los pueblos que deben su desarrollo a la inmigración y al proyecto común europeo, voten contra la inmigración y contra Europa?Nos hemos parado a pensar que pasaría en el campo murciano o almeriense, en nuestra agricultura o en nuestras familias si las personas inmigrantes se marcharan mañana?¿Conocemos las consecuencias?¿No será que si queremos a los inmigrantes, pero solo como mano de obra, no como vecinos y vecinas?Recordemos la frase que pronunció en 1965 el escritor suizo Max Frisch, pedimos mano de obra y vinieron personas, que necesitan compartir nuestros centros educativos, los centros de salud, las plazas públicas, nuestras asociaciones, los espacios de ocio y tiempo libre. ¿Alguien puede pensar que pueden ser solo mano de obra y no personas, vecinos, vecinas, ciudadanos y ciudadanas? ¿Cómo cambiaría todo, si los más de dos millones de inmigrantes extracomunitarios que residen en España, pudieran votar en las elecciones?Necesitamos políticas públicas que apuesten por la convivencia, la diversidad y la relación entre la población autóctona y la inmigrante. No olvidemos que hablamos de seres humanos.Me vienen a la memoria las palabras que pronunció en Marrakech en la cumbre de Naciones Unidas para suscribir el Pacto Mundial para una inmigración segura, una joven inmigrante: ¿Cómo se sienten las niñas y los niños que tienen que realizar 23 prácticas sexuales por día para poder simplemente vivir? ¿Cómo serán sus sueños? ¿Cómo se construyen sus días y sus noches? ¿Cuáles son sus recuerdos? ¿Dónde están las palabras de aliento de sus padres? ¿Hemos pensado que podrían ser nuestras hijas o hijos?. Me quedo con este mensaje final que nos interpela: “a las personas migrantes solo dadnos un poco de agua y os daremos un jardín”.No olvidemos que el miedo provocado hacia las personas inmigrantes es el gran enemigo del ser humano. El miedo es una emoción que nos paraliza, imposibilitando la relación con el otro y la visión de la realidad con los ojos de nuestra propia experiencia.El próximo 26 de mayo al votar elegimos mucho más que a candidatas o candidatos a una administración pública. Paremos los discursos y actitudes xenófobas que crecen por las esquinas de nuestros barrios y vayamos a votar por la convivencia, la cohesión social, el diálogo, la solidaridad, la diversidad cultural y la justicia social. Juan Antonio Segura Lucas. Director General de Fundación CepaimFundación Cepaim trabaja desde 1994 para promover un modelo de sociedad inclusiva e intercultural que facilite el acceso pleno a los derechos de ciudadanía de las personas más vulnerables de nuestra sociedad y, de forma especial, de las personas migrantes. Actualmente estamos presentes en 9 comunidades autónomas (Andalucía, Aragón, Castilla- La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, Madrid, Murcia y Valencia), la ciudad autónoma de Ceuta y con presencia propia en Senegal. Con un total de 32 centros territoriales ponemos el acento de nuestra intervención directa con población en riesgo de exclusión social en los barrios de los territorios donde nos ubicamos, trabajando en materia de Acogida y Protección Internacional, Vivienda, Inserción laboral y Formación, Acción Comunitaria, Igualdad, Gestión de la Diversidad y No Discriminación, Desarrollo Rural y Emprendimiento, y Cooperación al Desarrollo y Codesarrollo.Para más información:http://cepaim.org/