Uno de los rincones con más solera y tradición de la capital, felizmente recuperado del olvido y convertido en una zona más de esparcimiento para los onubenses. Quizá algún día logremos que el muelle recupere su estructura original y se unan los dos tramos, el que se adentra en el mar y el que arranca al final de la calle Villa de Madrid. En cualquier caso, para mí es uno de los rincones más bellos de la capital, con unos atardeceres impresionantes y un áura mágica donde se detiene el tiempo. Ana Sanz (Aljaraque)