TECNOLOGÍA

De la cámara espía a tener más cuidado: cómo fijar la salud de nuestra fibra óptica

Una cámara espía puede tener muchas y múltiples funciones. Desde inculpar a alguien de un delito y descubrir una infidelidad, hasta para gastar una broma o revelar que nuestro gato ha estropeado el cable de la fibra óptica. Este último elemento, un dispositivo que requiere de nuestra atención y mantenimiento para que el flujo en la red nunca se detenga.

De la cámara espía a tener más cuidado: cómo fijar la salud de nuestra fibra óptica

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 Posiblemente, uno de los artículos de espía más vendidos a todo tipo de público sean las camaras espía, un pequeño dispositivo de filmación que, dado su reducido tamaño y sutileza, nos permite registrar situaciones sin que nadie se percate de ello. Abordando algunas de sus más insospechadas tipologías, en tiendas online como Espia2 podemos encontrar desde marcos de fotos y corbatas hasta gafas de sol, bolígrafos y relojes con cámaras espía integradas. Evidentemente, todo un arsenal de dispositivos cuyo uso es ya potestad de nuestro criterio y nuestras necesidades, pero que, como se ha mencionado, pueden sacarnos de más de un apuro mundano. Cuándo utilizar una cámara espíaLos motivos por los que utilizar una cámara espía son muchos y muy diversos. Si bien pueden servirnos para gastar una broma comprometiendo la intimidad de un amigo nuestro o incluso de un familiar, también podemos aprovechar su uso para descifrar enigmas de nuestro día a día o descubrir algo insólito. Además, se trata de un producto que en no pocos casos ha servido para poder inculpar a alguien de un delito que, quizá, únicamente comete en el resguardo del hogar, como bien lo puede ser el consumo de drogas o el maltrato infantil. Este último supuesto, constatando casos reales donde se han podido identificar agresores en residencias o colegios. Asimismo, y entrando ya en un ámbito más doméstico, las cámaras espía tienen una gran utilidad para revelar misterios de nuestro hogar, dibujando ejemplos que van desde descubrir quién se ha comido la porción del pastel que prometimos guardar para otra ocasión, hasta dar con problemas que afectan a nuestro bienestar. En dicho caso, identificando qué ha podido ocasionar problemas en nuestro ecosistema hogareño, bien se trata de un intruso que pueda hacer saltar sin querer nuestras alarmas de seguridad o nuestro animal de compañía mordiendo cableado eléctrico o incluso cables de fibra óptica. Lo que, en todo caso, supone grandes contratiempos. ¿Quién ha estropeado la fibra óptica?Abordando un caso desafortunadamente verídico, la fibra óptica ha revolucionado la fluidez y la inmediatez con las que podemos conectarnos a la red en nuestro hogar o en el trabajo. Toda una evolución en la rapidez de transmisión de datos, pero que, sin embargo, pasa por una gran delicadeza en su cableado. Dado que se trata de una gran carga de datos que, a grandes rasgos, se transportan mediante reflejos de luz y no del modo convencional, partir un cable de fibra óptica puede ser todo un desastre, así como descubrirlo mordisqueado por un animal, ya que será necesario reinstalarlo todo nuevamente para remediarlo. A pesar de este pequeño problema, que, aunque verídico, no es una situación que se dé con frecuencia, la fibra óptica es una maravilla de nuestro último tiempo que se ha ido democratizando a lo largo de los años. Lo que se traduce en una mayor accesibilidad, encontrando infinitas opciones de contratación que, gracias a compañías como Adamo, nos permite también dar específicamente con fibra óptica autónomos. Dada la ineludible necesidad de conectar el negocio a la red, especialmente en una era donde podemos realizar prácticamente todo tipo de gestión, compra o contratación de servicios mediante Internet, una opción cada vez más extendida entre los autónomos. El cable siempre holgado y seguroSi bien una cámara espía puede exponer a nuestro animal de compañía como causante de un problema de conectividad a Internet al haber jugueteado con nuestro cableado, a menudo los fallos en la fibra óptica pueden ser de nuestra negligencia. En ese sentido, y como se ha mencionado, es primordial dejar que un técnico realice su correspondiente instalación, tratando de urdir un recorrido que sea cómodo y que, sobre todo, no doble abruptamente el cable. En ese sentido, debemos tener en cuenta que el espacio mínimo que ocupa en nuestro hogar es sagrado y, por lo tanto, debemos evitar tirones y no colocar nada encima. A su vez, un cable más tenso y aferrado a la pared no implica una mayor seguridad o mejor fluidez de datos. Dadas sus características, donde en el interior encontramos unos finos hilos de vidrio donde la luz rebota transmitiendo información, es recomendable, y más bien imperativo, que los cables de fibra óptica queden siempre algo sueltos y colgantes. De modo que ningún torcimiento pueda partir dichos hilos y, con ello, interrumpir el flujo de datos y, por ende, nuestra conexión a la red. En definitiva, y tanto si se trata de empresas, como usuarios comunes o autónomos, un cable cuya esperanza de vida depende de nuestro cuidado.

Cuándo utilizar una cámara espía

Los motivos por los que utilizar una cámara espía son muchos y muy diversos. Si bien pueden servirnos para gastar una broma comprometiendo la intimidad de un amigo nuestro o incluso de un familiar, también podemos aprovechar su uso para descifrar enigmas de nuestro día a día o descubrir algo insólito. Además, se trata de un producto que en no pocos casos ha servido para poder inculpar a alguien de un delito que, quizá, únicamente comete en el resguardo del hogar, como bien lo puede ser el consumo de drogas o el maltrato infantil. Este último supuesto, constatando casos reales donde se han podido identificar agresores en residencias o colegios.

Asimismo, y entrando ya en un ámbito más doméstico, las cámaras espía tienen una gran utilidad para revelar misterios de nuestro hogar, dibujando ejemplos que van desde descubrir quién se ha comido la porción del pastel que prometimos guardar para otra ocasión, hasta dar con problemas que afectan a nuestro bienestar. En dicho caso, identificando qué ha podido ocasionar problemas en nuestro ecosistema hogareño, bien se trata de un intruso que pueda hacer saltar sin querer nuestras alarmas de seguridad o nuestro animal de compañía mordiendo cableado eléctrico o incluso cables de fibra óptica. Lo que, en todo caso, supone grandes contratiempos.

 A pesar de este pequeño problema, que, aunque verídico, no es una situación que se dé con frecuencia, la fibra óptica es una maravilla de nuestro último tiempo que se ha ido democratizando a lo largo de los años. Lo que se traduce en una mayor accesibilidad, encontrando infinitas opciones de contratación que, gracias a compañías como Adamo, nos permite también dar específicamente con fibra óptica autónomos. Dada la ineludible necesidad de conectar el negocio a la red, especialmente en una era donde podemos realizar prácticamente todo tipo de gestión, compra o contratación de servicios mediante Internet, una opción cada vez más extendida entre los autónomos. El cable siempre holgado y seguroSi bien una cámara espía puede exponer a nuestro animal de compañía como causante de un problema de conectividad a Internet al haber jugueteado con nuestro cableado, a menudo los fallos en la fibra óptica pueden ser de nuestra negligencia. En ese sentido, y como se ha mencionado, es primordial dejar que un técnico realice su correspondiente instalación, tratando de urdir un recorrido que sea cómodo y que, sobre todo, no doble abruptamente el cable. En ese sentido, debemos tener en cuenta que el espacio mínimo que ocupa en nuestro hogar es sagrado y, por lo tanto, debemos evitar tirones y no colocar nada encima. A su vez, un cable más tenso y aferrado a la pared no implica una mayor seguridad o mejor fluidez de datos. Dadas sus características, donde en el interior encontramos unos finos hilos de vidrio donde la luz rebota transmitiendo información, es recomendable, y más bien imperativo, que los cables de fibra óptica queden siempre algo sueltos y colgantes. De modo que ningún torcimiento pueda partir dichos hilos y, con ello, interrumpir el flujo de datos y, por ende, nuestra conexión a la red. En definitiva, y tanto si se trata de empresas, como usuarios comunes o autónomos, un cable cuya esperanza de vida depende de nuestro cuidado.

A su vez, un cable más tenso y aferrado a la pared no implica una mayor seguridad o mejor fluidez de datos. Dadas sus características, donde en el interior encontramos unos finos hilos de vidrio donde la luz rebota transmitiendo información, es recomendable, y más bien imperativo, que los cables de fibra óptica queden siempre algo sueltos y colgantes. De modo que ningún torcimiento pueda partir dichos hilos y, con ello, interrumpir el flujo de datos y, por ende, nuestra conexión a la red. En definitiva, y tanto si se trata de empresas, como usuarios comunes o autónomos, un cable cuya esperanza de vida depende de nuestro cuidado.

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