entrevista
José Antonio Cabrera: «Al alcalde de Bonares le dije que iba a honrar la memoria de mi hija cayese quien cayese»
«Estoy muy dolido con él porque esperaba otra reacción suya y lo considero como mínimo responsable moral de la muerte», señala el padre de Fuente Clara casi medio año después del accidente
«Le hice tres promesas a mi hija y si hace falta las cumpliré con sangre y aunque me vaya la vida en ello»
«Mi mujer, mi hijo y yo estamos en terapia de psiquiatra y tomando pastillas desde aquel día»
Muere en un accidente de tráfico en Huelva la hija del presidente de la Federación de Peñas del Recreativo, José Antonio Cabrera
El presidente de la Federación de Peñas del Recre tras la muerte de su hija: «Te amaré hasta mi último aliento»
José Antonio Cabrera: «¿Cuánta muertes son necesarias para que el Ayuntamiento de Bonares no mire para otro lado?»
«Mi hija ha dejado de ser un ser humano para convertirse en un ángel». Es la declaración de José Antonio Cabrera, un padre dolido pero a la vez, y pese a todo lo que está sufriendo, enamorado de la vida y con el corazón y el alma todavía en vilo desde que hace casi medio año le dieran la peor noticia posible. Su mujer y su hija sufrieron un fatal accidente viajando en coche de Huelva a Rociana del Condado y la joven de 25 años Fuente Clara falleció unas horas después.
A partir de ahí decidió no venirse abajo y apostó por luchar. Por un lado, quiere hacer justicia y que el responsable de ese siniestro pague las consecuencias. Y por otro, pretende que las administraciones reaccionen y no permiten que los mulos campen a sus anchas por las carreteras de la provincia de Huelva sin el control de sus dueños. En esta entrevista se emociona a la hora de recordar aquellas horas trágicas y también deja claro que va a llegar hasta el final para cumplir las promesas que le hizo a su 'morenita bonita'.
PREGUNTA.- ¿Cómo recibió la fatídica noticia aquel 17 de abril?
RESPUESTA.- Yo había hablado con mi mujer y mi hija poco antes de que salieran de Huelva y me llamaron para decirme que habían tenido un accidente con unas bestias. Salí corriendo de casa de mi madre a recoger mi coche y al llegar al lugar del siniestro me encontré ya con todo el panorama. Desde primera hora supe que mi hija se me iba. Lo tenía claro porque en mi familia hay gente sanitaria. Una de mis hermanas precisamente es DUE (Diplomada Universitaria de Enfermería), aunque ese día no trabajaba. Aquello fue muy desagradable. Mi hija iba en una ambulancia y mi mujer en otra con mi hermana. Fueron al Hospital Juan Ramón Jiménez. Mi mujer estuvo ingresada prácticamente 24 horas, aunque tuvo un corte en la oreja y poco más, pero mi hija entró prácticamente muerta y a las pocas horas ya nos confirmaron que había fallecido. En ese momento comunicamos que queríamos que donase todos sus órganos.
P.- Esas primeras 24 horas serían tremendas.
R.- Fueron una pesadilla que no le deseo a nadie. Y todavía estaba dándole gracias a la vida porque sólo se me fue mi hija y al menos mi mujer pudo vivir. El coche lo conducía mi hija, que prácticamente murió en el acto, y a una cuarta estaba sentada a su lado mi mujer y afortunadamente se salvó.
P.- Supongo que recibirían apoyo psicológico desde el primer día.
R.- Desde el principio lo tuvimos. Estamos en terapia de psiquiatra de grupo desde el primer día, tanto aquí en Huelva como en Sevilla. Tanto mi mujer como mi hijo y como yo no teníamos más remedio que ponernos en manos de la salud mental.
P.- Me imagino lo duro que sería para usted comunicarle el trágico accidente a su hijo.
R.- Mi hijo vive en Madrid. Es ingeniero y trabaja allí en ciberseguridad. Tuve que llamarlo a una hora intempestiva para decirle que se cogiera un taxi y se viniera para Rociana porque nos había ocurrido esa desgracia.
P.- Todo el pueblo se volcó con su familia desde el día del suceso.
R.- Se volcó toda la capital y la provincia de Huelva y también el pueblo de mi mujer, que es Aznalcollar en Sevilla. Yo siempre le digo a mi mujer y a mi hijo que quién somos nosotros para merecer tanto amor. Hemos recibido infinidad de muestras de cariño de todo el mundo.
P.- Algo debe consolar ese detalle.
R.- Sí, nosotros, al margen de estar en salud mental, que es lo normal en estos casos, somos una familia muy unida, tanto de la parte mía como de la de mi mujer, y desde el primer momento todos están pendientes de nosotros y hacemos mucha vida en común. Yo me fui ya a trabajar a la semana porque lo necesitaba y mi hijo también, pero mi mujer, que también es profesora, no pudo y se ha incorporado a trabajar ahora al inicio de este curso en septiembre.
P.- Y desde que ocurrió el accidente empezó usted con su lucha en plan 'padre coraje' para que algo así no se vuelva a repetir.
R.- Todo esto emana de cuando llamo a Diego Mora, que trabaja en la UCI y aquella noche no estaba en el hospital pero entraba a las ocho de la mañana y le dije que quería que estabilizara el cuerpo de mi hija para que le extrajesen todos los órganos. Me dijo que iba a ser duro porque tardaría varios días. Esos días fueron muy complicados pero también de muchas promesas y yo le hice tres a mi hija. Una, que le haría justicia. Dos, que intentaría luchar para que fuese la última persona que muriese por culpa de equinos en la carretera. Y tres, que su madre, su padre y su hermano estarían unidos para siempre, y si uno cojease los otros dos les servirían de bastón para poder mantener el tipo después. Y las promesas se tienen que cumplir. Yo que soy un hombre del siglo XIX chapado a la antigua, las promesas mías si hace falta las cumplo con sangre y aunque me vaya la vida en ello.
P.- Continuamente en redes sociales le vemos en una cruzada contra el Ayuntamiento de Bonares y su alcalde (Juan Antonio García).
R.- Estoy muy dolido con el alcalde porque esperaba otra tipo de reacción suya. Él me pidió reunirse conmigo a los cuatro meses de irse mi hija y me reconoció que en su pueblo tiene un anacronismo con el tema de las bestias sueltas y que sabía que había habido varios accidentes por culpa de ellas y que a partir del de mi hija había empezado a tomar nota para hacer un censo de equinos sueltos en su término municipal. Yo le dije simplemente que iba a honrar la memoria de mi hija cayese quien cayese.
DECISIÓN INMEDIATA
«Fuimos capaces de transformar el dolor, la desesperación y la muerte en vida, resurrección y alegría a través de su donación de órganos para los enfermos»
P.- El caso es que en las últimas semanas ha vuelto a haber algún que otro susto en esa misma zona con animales sueltos y vehículos.
R.- El tema de los equinos es un anacronismo de nuestra comarca, aunque quizás en Bonares es donde más se acentúe. Bueno, quizás no, seguro, porque yo llevo hecho desde la muerte de mi hija un trabajo de investigación serio y riguroso de salir muchas veces con mi todoterreno viendo equinos con la lectura del microchip. Pero es verdad que desde hace un tiempo, gracias a la alarma social creada por el trabajo realizado por los medios de comunicación, sobre todo Huelva24.com, por ejemplo una delegación territorial de Huelva le ha mandado una carta a todos los ayuntamientos pidiéndoles que pongan orden y que cumplan con el tema de los equinos sueltos. Es competencia municipal pero la Junta de Andalucía ya le ha llamado la atención a todos los ayuntamientos para que lo que sucedió con mi hija no vuelva a ocurrir. Es que después del de ella ha habido más accidentes, afortunadamente no mortales.
P.- ¿El Ayuntamiento de Bonares puede tener algún tipo de sanción y de responsabilidad por la muerte de su hija?
R.- Esto lo estamos haciendo todo paso a paso y ahora mismo estamos en el tema de la instrucción con respecto al desalmado que tiene por costumbre dejar a sus mulos y bestias sueltas por mucho que diga delante de su señoría que no tuvo la culpa. Nosotros ya le hemos dado a su señoría una batería de pruebas contundentes en las que se demuestra que es costumbre suya dejar las bestias sueltas, y es que si no hubiese hecho eso mi hija seguiría viva. Pero también si el Ayuntamiento de Bonares, con su alcalde al frente, hubiese tomado las medidas adecuadas y cumplido el protocolo que hay que cumplir, esas bestias no habrían estado sueltas. Por lo tanto, al alcalde de Bonares lo hago como mínimo responsable moral de la muerte de mi hija.
P.- El presunto culpable de dejar a esas bestias sueltas dijo en el juzgado de instrucción de Moguer que se escaparon ese día porque había muchos mosquitos que las molestaban.
R.- Al final no respondió a lo que le preguntó mi abogado ni el de la compañía, sólo a lo que le preguntó su señoría. El dijo que no es culpable puesto que aquella noche había mosquitos. Pero yo digo que si hubiese sido sólo cosa de una vez, pensaría que mi hija había tenido mala suerte porque se había escapado una bestia. Lo que pasa es que eso no fue así. Yo soy una persona conocida en la provincia de Huelva y desde la noche del accidente me bombardearon con el perfil de la persona que cometió este delito. Y con mi trabajo arduo he conseguido las pruebas necesarias para demostrar que es una persona que no es la primera vez que dejaba a sus bestias sueltas. Ya habían provocado accidentes anteriormente con otros coches y el de mi hija fue el primero mortal.
P.- ¿Qué han solicitado para el presunto culpable del accidente?
R.- Le hemos pedido a su señoría del juzgado de instrucción de Moguer, número 2, con todo el respeto del mundo porque el tema está en manos de la justicia, que le imputen un delito de homicidio grave. Si su señoría y la Fiscalía creen conveniente que las pruebas que nosotros hemos presentado son lo suficientemente firmes y esclarecedoras, el tema pasará al juzgado de lo Penal de Huelva, que es donde tendrá lugar el juicio. Normalmente el homicidio imprudente va de uno a cuatro años, y el grave es cuatro años, que es el que lógicamente vamos a pedir nosotros porque tenemos claro que este señor siempre ha dejado a las bestias sueltas, antes del accidente de mi morenita bonita y también después. Es una persona que no tiene empatía y por eso yo le llamo desalmado, porque en la Real Academia de la Lengua Española es una persona sin alma.
P.- Además, no mostró después del siniestro ningún tipo de arrepentimiento, por lo que pudimos leerle a usted en sus redes sociales.
R.- Claro. Si al final tú tienes un poco de conciencia y eres consciente de que una persona se acaba de matar, siendo una chica sana, feliz y con toda la vida por delante porque sólo tenía 25 años, por culpa de dejar a tus bestias sueltas, lo mínimo que debes estar es amargado. Lo que no es normal es que sólo unos días después de aquello te vayas al Rocío de fiesta y luego a la Feria y a las Cruces de Bonares. ¿Qué ser humano puede hacer eso? Eso está diciendo un poco el perfil psicológico de esta persona cuando no ha habido ningún tipo de remordimiento y cuando en ningún momento ha venido a pedirnos perdón ni a mujer, ni a mi hijo ni a mí.
P.- Creo además que le dio clases a su hijo y a su exmujer en Bonares.
R.- Exacto, y los dos son unas bellísimas personas. Pero ¿qué culpa tiene el hijo de que el padre sea así o de que la exmujer se enamorara de alguien así? Es un poco también lo paradójico de esta situación. Yo que soy un enamorado de la educación, y me considero un educador de adolescentes pese a que doy Física y Química, eduqué a su hijo y a su exmujer y él ha acabado con la vida de mi hija.
P.- Con la mano en el corazón, ¿algún día viéndolo por la calle no ha tenido un impulso de tomarse la justicia por su mano?
R.- No, porque en mi familia tenemos una formación humanista muy profunda. Mi mujer tiene una fe enorme y pertenece a la organización religiosa de los 'kikos'. Aguantamos la cruz que estamos soportando y nuestra formación humanista no nos permite hacer el 'ojo por ojo, diente por diente'. Se trata de justicia, que es lo que estamos pidiendo para nuestra hija. No queremos para nada otro tipo de complicaciones sino que le caigan los años que le tengan que caer según el Código Penal.
P.- Recientemente ha creado la Asociación de Víctimas de Accidentes de Tráfico 'Fuente Clara Cabrera Mateos'.
R.- Me lo pidió una persona que me está ayudando muchísimo para demostrar que el desalmado es eso, un desalmado. La asociación la tenemos registrada con ese nombre en la Junta de Andalucía y tiene unos pilares y finalidades básicas. Serían los de luchar para que no haya equinos sueltos en nuestra comarca y también que en el caso de que haya un accidente nos pongamos en contacto con esa familia para darle apoyo psicológico y jurídico, que es en definitiva la situación en la que estamos nosotros.
P.- ¿Está teniendo buena acogida?
R.- Sí. No hay un accidente de equinos en Andalucía que no me llegue el 'whatsaap' muchísimo antes que a la prensa. Mi hija ya no va a venir más. Murió, pero fuimos capaces de transformar el dolor, la desesperación y la muerte en vida y resurrección a través de su donación de órganos. Le hemos dado esperanza de vida y alegría a esos enfermos y a sus familias. Queremos que ninguna familia más tenga que pasar por el calvario que estamos pasando nosotros. Nosotros ya estamos crucificados hasta que nos muramos. Yo le decía a José Ángel Narro, un neurocirujano de Sevilla que vino a visitarme tras la muerte, que él habría abierto a muchos seres humanos pero que no estamos diseñados para concebir la muerte de un hijo o de una hija, y esa es la verdad. Es muy simbólico que en Rociana se sembró un árbol gracias a la iniciativa solidaria de Antonio Bendala y ese árbol se ha convertido en un santuario al que la gente va a depositar ramos de flores y a regarlo. Me gusta decir que mi hija ha sufrida una profunda metamorfosis en la que ha dejado de ser un ser humano para convertirse en un ángel.
LUTO DIARIO
«Mi mujer, que ya está condenada de por vida, y yo vamos mucho al nicho de la niña. Y yo muchas veces me tiro encima de la cama de mi hija porque allí siento paz»
P.- ¿Cómo va la recogida de firmas en Change.org?
R.- Bien, aunque es complicada. Tenemos 150.000 visitas pero sólo 8.000 firmas. Me coge mucha gente y me dice que no sabe hacerlo. Yo soy un hombre metido en el mundo de las nuevas tecnologías y veo que no es fácil, pero al fin y al cabo lo importante es que se conciencie a los políticos y a los ayuntamientos, diputaciones y Junta de Andalucía para que luchen contra este anacronismo de dejar mulos sueltos que se ha llevado a mi hija.
P.- ¿Cómo está actualmente su mujer?
R.- Aparte de la pérdida en sí, ella también sufrió perder a su hija en sus manos. Eso para una madre es condenarla de por vida. Fuente Clara está como yo, con tratamiento psicológico y psiquiátrico. Ella es profesora de Inglés, se incorporó en septiembre a trabajar y está recibiendo ahora el cariño y el amor que yo ya recibí cuando volví a las aulas a dar clases en Bonares. Le está viniendo bien salir a trabajar por las mañanas porque estar todo el día metida en casa se hace muy duro.
P.- ¿Y su hijo?
R.- Se fue para Madrid y le está muy agradecido a su empresa porque le permitió teletrabajar todo el tiempo que quisiera. Le permitió estar cinco meses con nosotros pese a que normalmente tenía que trabajar de manera presencial en Madrid y también a veces viajando a Colombia. Pero ya decidimos que era mejor que volviese a Madrid a seguir su vida y con su duelo y nosotros quedarnos aquí en casa los dos solos. Mi morenita bonita también vivía en casa, con lo cual ahora no sólo estamos echando de menos su ausencia sino que también tenemos el miedo al vacío. Juan Diego viene periódicamente cada dos o tres fines de semana y está aquí cuatro o cinco días, pero después vuelve a Madrid porque sus padres piensan que es lo mejor para él. Los duelos son diferentes, tanto el suyo como el mío y el de mi mujer y respetamos enormemente los tiempos de cada uno de los tres.
P.- ¿Cómo es ahora el día a día de José Antonio Cabrera?
R.- Es complicado porque me levanto ya con la tristeza de que mi hija no está y me tengo que tomar después mis pastillas. Me voy a trabajar al instituto de Bonares, donde me he sentido siempre muy querido y muy respetado entre mis alumnos. Así que desde primera hora eso me permitió estar entretenido varias horas al día. Porque nosotros hemos decidido que no podemos pensar sólo en el mañana, sino repartir el día en mañanas, tardes y noches para poder sobrellevar esto. Por las tardes estamos en casa y a veces salimos a andar. Mi mujer se va a sus comunidades y a mí a veces me toca ir a Rociana. Y las noches también las pasamos en casa. Nosotros solemos ir a rezar al nicho de la niña, al sepulcro, porque creemos que nos da paz ir al cementerio. Y yo muchas veces me tiro encima de la cama de mi hija porque allí siento paz.
PRESUNTO CULPABLE
«El desalmado que dejó a las bestias sueltas no tiene empatía. Debería estar amargado y tener remordimiento en vez de irse al Rocío, a la Feria y a las Cruces»
P.- ¿Alguna vez le habla de su hija a sus alumnos en clase?
R.- Yo me incorporé al trabajo a los cuatro o cinco días del accidente y soy muy vitalista. Siempre que llego al claustro digo 'buenos días', y al llegar a clase les digo a mis alumnos 'buenos días con alegría'. Pero desde el accidente les digo 'buenos días a mis niños y a mis niñas, y a mi morenita bonita'. Los chavales me vieron dar clase llorando. Vieron al profesor y al hombre destrozado y a mí no me importó que me vieran desnudo del alma al estar desgarrado por la muerte de mi hija. Lo que sí le digo es que los niños llevan muchísimo mejor que los adultos todo esto. 30 chavales de Segundo de Bachillerato de Física y Química me dijeron al acabar las primeras clases tras volver que conmigo habían aprendido una lección de vida que jamás olvidarían, que es mirar de frente la vida te pase lo peor que te pueda pasar. Acabamos todos llorando ese día. Y en cuanto a los de Tercero de la ESO, me encontré un día en un pasillo de la clase que habían puesto un ramo de rosas por cada uno de los alumnos y de las alumnas para que yo se los llevara al nicho de mi hija. Cuando te ocurre esto te das cuenta de que los adolescentes muchas veces son mucho mejores que los adultos.