Un hombre recoge las colillas de la playa de Punta Umbría para realizar esculturas y concienciar a los bañistas
Llena bidones enteros con estos peligrosos residuos y otros desperdicios para crear esculturas en la playa para llamar la atención sobre el problema de la contaminación en las costas
Las colillas tardan años en degradarse y contienen potentes tóxicos para la fauna marina como el cadmio o el arsénico
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Un activista dedicado a la limpieza de las playas de Punta Umbría se ha convertido en un ejemplo de compromiso ambiental al batir sus extensos arenales para recolectar colillas de cigarrillos y otros desechos. Durante horas, este individuo llena bidones enteros con estos peligrosos residuos, con el objetivo de crear conciencia sobre la problemática de la contaminación en las costas.
Su labor no se limita a la recolección de basura, sino que va más allá: utiliza estos desechos para crear esculturas en la playa, obras de arte improvisadas y efímeras con las que trata de recordar a quienes disfrutan de ese entorno de la sucia realidad con la que se enfrenta a diario.
El Ayuntamiento, en ocasiones, ha intentado abordar este problema distribuyendo ceniceros reutilizables entre los usuarios de la playa, aunque sin mucho éxito. Muchos aún prefieren usar la arena como cenicero improvisado, o incluso usar en su lugar latas o botellas que luego depositan en cubos de basura junto con otros residuos.
Esta situación es especialmente grave considerando los peligros que las colillas representan para la fauna marina. Estos residuos contienen una mezcla de sustancias tóxicas, incluyendo metales pesados como el cadmio y el arsénico, así como la nicotina y otros productos químicos nocivos. Además, los filtros de cigarrillos, compuestos principalmente de acetato de celulosa, son extremadamente duraderos y pueden persistir en el medio ambiente durante años, contribuyendo a la acumulación de microplásticos y dañando la vida marina.