Un granadino viajó desde Motril hasta El Rocío andando y esto es lo que le ocurrió al llegar a la aldea: «Agradecido a la vida»

Hacer el camino de El Rocío es una de las experiencias más bonitas que se pueden vivir en la vida. Una peregrinación que ofrece la posibilidad de disfrutar de momentos únicos e inolvidables y que, además, termina con la visita a la Virgen del Rocío, una de las devociones más importantes del planeta.

Las personas que lo han hecho alguna vez pueden dar fe de ello, como es el caso de un granadino que se ha decidido a vivir esta experiencia. Se trata de Fran Garca, un motrileño que ha realizado el camino hacia El Rocío recientemente, aunque en esta ocasión, de una forma un poco peculiar.

Fran Garca es un granadino aficionado al deporte que hace unas semanas decidió llegar hasta El Rocío andando desde Motril. Comenzó su aventura a principios de mes y hace unos días consiguió llegar a la aldea después de un largo camino. El motrileño, además, estuvo documentando su experiencia a través de una serie de vídeos que compartió en su canal de TikTok (@fran.garca559).

En uno de estos vídeos, publicado hace unos días, Fran Garca muestra un curioso episodio que le ocurrió nada más llegar a la aldea tras varios días caminando. El granadino pudo comprobar en primera persona la enorme amabilidad y simpatía de la gente de El Rocío.

Al parecer, según cuenta Fran en el vídeo, nada más llegar a la aldea una familia que estaba en una casa le invitó a comer con ellos. Le ofrecieron una cerveza, diferentes platos y el arroz que acababan de elaborar. «Acabo de entrar por la puerta de El Rocío y me encuentro con esta familia, que son superamables, la verdad. Lo primero que han hecho es invitarme a una cerveza, para celebrar la vida. Tortilla de patatas, queso, empanada de atún… y ahora un arroz. Agradecido a la vida», afirmó el granadino en el vídeo.

Esta familia se encontraba disfrutando de un fin de semana en El Rocío y no dudó en invitar a Fran a disfrutar de una cerveza y de la comida que estaban preparando, demostrando así la amabilidad que caracteriza a la gente de la aldea.