Carlos, paciente oncológico de Muface en Huelva: «La situación es lamentable, agotadora e inhumana»
Denuncia el «ninguneo» de su compañía el pasado mes de enero, por culpa de la cual acudió a una revisión médica con varias semanas de retraso
«A los mutualistas no nos atienden ni en la oficina ni por teléfono; te dan un QR para mandar un correo electrónico pero escribes y ni siquiera te responden», señala el profesor del IES Fuentepiña
Casi 18.000 funcionarios onubenses afectados por los recortes en Muface: «Hasta que no haya un acuerdo estaremos beligerantes»

El actual desencuentro entre el Gobierno de España y las aseguradoras privadas provoca que muchas personas no sepan a ciencia cierta qué va a ocurrir con los tratamientos médicos que están recibiendo en la actualidad. Se trata de los funcionarios acogidos desde hace ya medio siglo a la Mutualidad General de Funcionarios del Estado (Muface). Llevan más de dos meses soportando renuncias y retrasos debido a esa crisis del concierto y a expensas de que se desbloqueé cuanto antes el acuerdo.
En la provincia de Huelva existen casi 18.000 afectados, muchos de ellos con problemas graves al haber padecido, por ejemplo, un cáncer, como es el caso que cuenta a Huelva24.com Carlos Antonio Romero Margarito, profesor con destino ya definitivo en el IES Fuentepiña de la capital onubense y cuya compañía médica es DKV a través de Muface.
«Hace cuatro años, en septiembre de 2021, me detectaron un cáncer, con lo cual tuve que someterme a una operación y me efectuaron una nefrectomía. Perdí un riñón en la operación y afortunadamente no tuve tratamiento pero, como en cualquier proceso de este tipo, es necesario tener un control durante cinco años que conlleva una serie de pruebas médicas para tener la certeza de que la enfermedad no se va a reproducir. Es el plazo que ellos consideran oportuno para este tipo de patologías», relata antes de hacerse eco de las mil y una trabas con las que se ha encontrado con su aseguradora desde que comenzó este 2025.
Carlos Romero explicaba que «he estado haciéndome analíticas y resonancias magnéticas durante estos años sin ningún problema y la última me tocaba hacerla en enero. Mi médico me manda revisiones aproximadamente cada nueve o diez meses para ver que todo sigue bien. En enero, y aunque yo ya sabía todo el lío que se había formado con las compañías y las mutuas, solicité mi prueba y mi sorpresa fue que cuando fui a pedir la autorización en la oficina en primer lugar ni siquiera me atendieron sino que me proporcionaron un QR para que pidiera la autorización de la prueba a través de un correo electrónico y así lo hice. Después de diez días sin que me respondieran volví a llamar pero fue imposible porque dicen que a los mutualistas no nos atienden por teléfono sino únicamente a través de esa dirección de correo».

Continuaba su relato de los hechos el profesor del instituto de Huelva comentando que «en la oficina también se niegan automáticamente a atenderte por venir de Muface y la compañía nos ningunea de una manera tremenda. Recibí un correo de DKV diciendo que me faltaban datos, algo que no es real, así que volví a mandar la solicitud y después de otros diez días de espera seguía sin recibir la autorización. Ya la fecha que tenía con el médico que me operó para la revisión había pasado, así que tuve que volver a modificarla. Un día ya me harté y me presenté en la oficina diciendo que me tenían que dar ya la autorización por la situación límite en la que me encontraba. Volvieron a decirme que sólo atendían por correo y yo les dije que había escrito 'emails' en dos ocasiones y no me respondían. Le conté lo que me pasaba, algo totalmente innecesario porque no tengo por qué estar contándole mi situación médica personal a nadie, y al escuchar la palabra cáncer la chica por decirlo de alguna manera se compadeció de mí y en el plazo de 72 horas me dio la autorización de la prueba sin que yo tuviera que hacer nada más».
Asegura que lo ha pasado bastante mal en estas últimas semanas a nivel físico y psíquico y que es un problema que debe arreglarse con urgencia porque hay mucha gente que lo está pasando mal con estas desavenencias entre el Gobierno y las aseguradoras privadas: «Por fin pude hacerme la prueba y ahora he vuelto a solicitar cita con mi médico un mes después. Afortunadamente todo está correcto, pero el estrés que a mí me origina cada vez que tengo que pasar por este tránsito de pruebas, sobre todo por el recuerdo de la operación y de la enfermedad, añadido a esto, es totalmente inhumano e innecesario debido a que nosotros los funcionarios estamos en medio de un fuego cruzado y las compañías lo único que están haciendo es respetar las directrices del Gobierno, que son las de tener la atención hasta el 31 de marzo pero a costa de nuestro agotamiento y de poner palos y trabas a pruebas médicas».
«Tengo compañeros a los que les han denegado pruebas»
Remataba Carlos Romero señalando también que «en mi instituto hay muchísimos compañeros a los que les han denegado pruebas diagnósticas porque las patologías o los motivos son menos graves que el que yo tenía. Estamos totalmente desatendidos y esta situación a mí me parece lamentable».