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Una nueva operación contra la marihuana en las Tres Mil contradice a la Subdelegación
La Policía desmantela seis cultivos indoor a un clan, acusado además de defraudación eléctrica mientras que la subdelegada en funciones sostiene que «no hay datos policiales» que relacionen los cortes de luz con estas plantaciones ilegales
El cultivo de marihuana consume la electricidad equivalente a lo que gasta Sevilla en un año

La realidad es tozuda a pesar de los intentos por querer adaptarla de manera forzada a unos intereses partidistas. Hace unos días, la subdelegada del Gobierno en funciones, Isabel Mayo, repetía el mismo discurso que lleva meses sosteniendo el titular del departamento, Carlos Toscano, sobre los cortes de luz y su relación directa con el cultivo clandestino de marihuana en el interior de viviendas. Mayo le aseguró a la plataforma vecinal Barrios Hartos, que reclaman soluciones urgentes, que «no existen datos policiales» que relacionen los problemas de suministro con esa actividad ilícita. De esa manera la Administración central le lanza continuamente el balón al tejado de la Junta, achacando esta problemática exclusivamente a una cuestión de inversiones en la red e inspecciones técnicas.
Este martes la Policía Nacional ha dado a conocer los resultados de una nueva operación policial ejecutada en las Tres Mil Viviendas que ha acabado con el desmantelamiento de seis cultivos y el arresto de un clan familiar al que le imputan, además del delito contra la salud pública, uno de defraudación de fluido eléctrico. Los detenidos operaban en uno de los barrios más afectados por las interrupciones del suministro por sobrecarga en la red.
El pasado verano, la Policía intervino en varios invernaderos de marihuana del Polígono Sur, pero como es habitual en muchas de estas operaciones, no se detuvo a nadie. Nacieron aquí las primeras pesquisas de la «Operación Puchi», que ha acabado por identificar a los responsables de aquellos cultivos desmantelados hace un año.
Un matrimonio y sus tres hijos
«El grupo criminal estaría formado por un matrimonio encargado de ejercer el liderazgo sobre el grupo, dos hermanos que realizaban las funciones del cuidado de las plantaciones y de la venta de las sustancias estupefacientes y un tercer hermano encargado de vigilar los alrededores de la calle y avisar de la presencia policial«, señala un comunicado de la Policía.
Con los cinco integrantes del clan identificados, la Policía Nacional desplegó hace unos días en las Tres Mil Viviendas una redada en la que se realizaron seis registros, «donde se intervinieron 1.500 plantas de marihuana, 150 kilogramos de marihuana lista para su distribución, dos armas de fuego, cuatro armas simuladas, 10 gramos de cocaína y heroína y casi 80 cartuchos para arma de fuego», detalla la Policía. El uso de armas de fuego para proteger los cultivos de otros clanes se ha extendido aumentando el riesgo de esta actividad ilegal.
Los cabecillas del clan fueron arrestados finalmente en una vivienda de Utrera donde estaban pasando unos días. Tras pasar a disposición judicial, sólo uno de los cinco miembros del clan fue enviado a prisión.
La Subdelegación del Gobierno, junto con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el Ayuntamiento y otras entidades como el Comisionado del Polígono Sur participan en mesas de coordinación para frenar el auge del cultivo de la marihuana y en las que se ha expuesto en multitud de ocasiones los problemas derivados de esta producción clandestina como la defraudación de fluido eléctrico.