Noche de recogimiento junto al Cristo del Amor en el Vía Crucis de la Semana Santa de Huelva
El titular de la Hermandad de la Sagrada Cena protagonizó una histórica jornada en su primera vez presidiendo el piadoso rezo cuaresmal de las hermandades de penitencia de la ciudad
El Vía Crucis de la Semana Santa de Huelva 2025, en imágenes
El Consejo de Cofradías y Hermandades de Huelva celebra hoy su Vía Crucis Oficial: horario y recorrido completo

Tarde primaveral. Cielos azules decorados con blancas y esponjosas nubes. Aroma a azahar que perfuma todo un barrio mezclado con el purificador incienso. Poco o nada tenía que ver la tarde de este tercer lunes de Cuaresma con el de la pasada semana. En aquella ocasión, el Vía Crucis de la Semana Santa de Huelva tenía que ser aplazado a causa de las fuertes lluvias. En esta, la ciudad se hizo penitencia rezando junto al Santísimo Cristo del Amor las estaciones del Vía Crucis.
Histórica estampa la que se ha vivido en el barrio del Polvorín. Por vez primera, el titular de la Hermandad de la Sagrada Cena presidía el Vía Crucis de la Semana Santa de Huelva. Lo hacía en su barrio, en la plaza dedicada a la dolorosa de la cofradía del Domingo de Ramos.
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El crujir del cerrojo de las puertas del templo enmudecía ante la gran cantidad de cofrades que llenaban desde minutos antes de las ocho y media de la tarde la calle presbítero Pablo Rodríguez. Comenzaba a salir del templo un cortejo encabezado por la cruz alzada seguida de las representaciones de las 28 hermandades que integran el pleno. El Consejo de Hermandades y la junta de gobierno de la hermandad cerraba el cortejo. Tras ellos, presidiendo el paso, la alcaldesa de Huelva junto al párroco del Corazón de Jesús, el presidente del Consejo y el hermano mayor de la Sagrada Cena.
El Cristo del Amor salía a la calle estrenando túnica de terciopelo morado junto a un mantolín burdeos bordado en oro perteneciente a la imagen de María Magdalena de la Hermandad de la Esperanza. Portaba un juego de potencias de plata sobredoradas y la Medalla de Huelva sobre el pecho, sostenida por un broche realizado por Juan Robles en plata de ley y donado por el grupo de Mayordomía.


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Rosas, lirios, claveles y cardos en diferentes tonos de morados y violetas exornaban el paso de la Virgen del Rosario gloriosa, utilizado en esta ocasión como andas para portar al Cristo en el momento en el que instituyó el sacrificio eucarístico de su Cuerpo y de su Sangre. Madera tallada y dorada que se iluminaba por cuatro candelabros de guardabrisa en las esquinas con cera color rojo sacramental.
Acompañaba su caminar un quinteto de metales de la Agrupación Musical Santísimo Cristo del Amor, formación propia de la Hermandad de la Sagrada Cena, luciendo sus característicos uniformes. Tras el breve recorrido por el barrio, llegaba a una Plaza Virgen del Rosario engalanada con colgaduras en los balcones y con una alfombra que marcaría el recorrido del Señor a lo largo de las estaciones. Unas esta iones del Vía Crucis señaladas por las cruces de guía de diferentes hermandades de la ciudad, relacionadas con la cofradía del Domingo de Ramos, cobijadas bajo pequeños doseles e iluminadas con faroles.
Con un ritmo pausado, el Señor del Amor fue recorriendo toda la plaza, culminando el rezo de cada estación con una meditación sobre la misma. Fue el obispo de la Diócesis de Huelva, Santiago Gómez Sierra, el encargado de realizar esta meditación en la última de las estaciones, dando así por concluido el rezo. Unas palabras del obispo que invitaba a todos los fieles a vivir este tiempo de preparación para la pasión, muerte y resurrección de Cristo que es la Cuaresma acercándonos al sacramento de la eucaristía. Llamándonos también a vivir este tiempo con esperanza tal y como nos invita el papa, en este Año Jubilar dedicado a la Esperanza.