semana santa 2025
Huelva recupera su idilio con el Miércoles Santo
Las nubes que teñían de blanco el cielo no pudieron con el día en el que Huelva se desborda en devoción junto a sus dos grandes dolorosas
Miércoles Santo de la Semana Santa de Huelva 2025, en directo: horarios, itinerarios y última hora hoy

Tarde de frío, viento, sol e incluso leve llovizna. Pero sobre todo, tarde de procesiones la de este Miércoles Santo de 2025. Tras dos días en los que la lluvia se convirtió en protagonista trastocando la normalidad de las estaciones de penitencia, el Miércoles Santo Huelva se agarró con fe a los bajos porcentajes de lluvia y pudo disfrutar junto a las hermandades del Prendimiento, Santa Cruz, Victoria y Esperanza.
La primera en ponerse en pisar suelo onubense era la Victoria. El entorno de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús era un hervidero de cofrades deseosos de ver en las calles a la Reina del Polvorín. El cielo se vestía con los colores de la hermandad y la calle presbítero Pablo Rodríguez rompía en aplausos cuando las puertas del templo se abrían. Comenzaba a salir de su interior unas largas filas de nazarenos de capas azules y túnicas blancas. A los pies de la rampa de la puerta se apostaban numerosos onubenses para contemplar la siempre dificultosa salida desde este templo.
El primero de los pasos en salir era el de Nuestro Padre Jesús de la Humildad en el desprecio de Herodes. La canastilla el paso comenzaba a recibir los primeros rayos del sol, reluciendo el dorado completo denla canastilla del paso, estreno este año. Los sones de la Vera Cruz de Los Palacios recibían en su primera chicotá al Cristo de la Humildad, que momentos después era echado a tierra para que se le colocaran las potencias y los cascos a los romanos, quitados para facilitar la salida.
Minutos después, con el misterio entrando en el Barrio Obrero y con cientos de nazarenos entre medias, salía a la calle la Virgen de la Victoria. Entre vítores, guapas y muestras de amor la dolorosa que fuera coronada en el año 2012 pisaba las calles de Huelva, algo que no hacía desde 2023. Los costaleros rodilla a tierra salían con dificultad, ayudados por el resto de la cuadrilla por fuera. Los sones de las Mercedes de Bollullos volvían a sonar tras la Victoria varias décadas después y en la misma puerta de salida llegaba la primera saeta.
A esa misma hora, a varios kilómetros de allí, la segunda hermandad se ponía en la calle. Sin necesidad tampoco de pedir horas de moratoria como días atrás y con la convicción de que el día aguantaría, el portentoso paso de misterio de la Hermandad del Prendimiento tomaba la barriada del Carmen. Nazarenos de color crema y marrón, tonos carmelitas, de compostura recta y elegante marcaban el caminar del único de los pasos de la cofradía por ahora, mientras sueñan en el barrio con la inminente salida de la Virgen de la Estrella.

Una salida triste la de este año en la cofradía del Prendimiento, por el reciente fallecimiento de un hermano de la cofradía que ha sacudido a la hermandad en esta Cuaresma. Con él en el recuerdo, el Cristo del Prendimiento traicionado por Judas salía y la banda del Nazareno lo recibía con sus exquisitos sones. Una estampa que nos retrotraía años atrás, volviendo a darse un binomio que ya se disfrutó durante varios Miércoles Santos a principios de siglo. Lucía el Señor de estreno su nueva túnica bordada, ofrenda de un grupo de hermanos.
La cofradía dejaba atrás su barrio y afrontaba las largas avenidas que, andando de frente, el gran paso de misterio va surcando camino del centro. Llegaba a la calle San José cuando las campanas de la Concepción marcaban las siete y cuarto. La tarde era clara de cofradías, la leve llovizna que de vez en cuando salía no preocupaba a las hermandades y la tercera en ponerse en la calle lo hacía con normalidad. La Cofradía de la Santa Cruz iniciaba su estación de penitencia anunciando la llegada de la cruz de guía con un joven muñidor.
La Esperanza escribió un bello capítulo en su estación de penitencia en este año tan especial para la Corporación
En el más absoluto silencio, con los nazarenos del Prendimiento entrando ya por Placeta, las filas de nazarenos de la cofradía comenzaban a lucir su elegante hábito, de capa y escapulario todo en azul oscuro. Una cofradía para disfrutar y contemplar desde la cruz de guía hasta el preste, llena de detalles que emanan onubensismo. Este año lucía de estreno el dorado de los respiraderos del misterio, un paso que la hermandad espera tener completado el próximo año, cuando cumplirá 25 años de su erección canónica.
Entre una nube de incienso aparecía el misterio del traslado al sepulcro, con el Cristo de la Providencia y María Santísima Madre de Gracia, acompasado por los sones del trío de capilla, violines y barítonos. La nota simpática la ponían la decena de pequeños monaguillos, futuro de la hermandad, repartiendo caramelos y estampas por delante de la presidencia.
Casi a la misma hora muy cerca de allí, toda Huelva esperaba la salida de la Reina de San Francisco. La Hermandad de la Esperanza, la más veterana del día, hacía su salida en cuarto lugar, con la tarde cayendo y toda la ciudad en las calles. Acababa de pasar la Victoria por el entorno del Convento de las Hermanas de la Cruz cuando las puertas de Santa María de la Esperanza se abrían y la cruz de guía cruzara el dintel del templo. En el año jubilar de la Esperanza, en el año del 25º aniversario de la Coronación de la Virgen, a Huelva no le podía faltar su Esperanza.

Morriones de terciopelo morado y capas blancas recorrían los primeros metros del itinerario, abriéndose paso con dificultad entre la multitud apostada a las puertas del templo. Antecedían al Cristo de la Expiración, primero de los pasos de la cofradía. Un paso que de manera excepcional lucía este año con lirios morados, estampa añeja para el Señor que siempre mira al cielo onubense. Su banda, de uniforme de gala, interpretaba las primeras marchas de las muchas que sonarían a lo largo de toda la tarde noche.
Si la emoción recorría los cuerpos de todos los presentes con el Cristo de la Expiración, las emociones se desbordaban cuando aparecían los ciriales que antecedían a la Esperanza. La dolorosa, que aun saldrá dos veces más a la calle de manera extraordinaria a lo largo de este año, salía entre vivas, palmas y lágrimas de emoción. La Banda de la Puebla del Río se estrenaba tras el manto de tisú verde entonando una marcha tras otra, por una calle Esperanza Coronada repleta de público tanto a pie de calle, como en los balcones. El Miércoles Santo ya era pleno. Huelva lo recuperaba tras más de dos años.