SEMANA SANTA 2023 > VIERNES DE DOLORES
Huelva brinda su corazón a María en un Viernes de Dolores pórtico de la Semana Santa
23.24 h. La Virgen del Prado por el Higueral y la Virgen de los Dolores por el barrio de las Colonias abren los desfiles procesionales en la ciudad de Huelva en este Viernes de Dolores.
La Semana Santa de Huelva ya está aquí. Tras toda una Cuaresma de cultos, actos y preparativos, la cuenta atrás terminó y Huelva pudo vibrar con sus primeras procesiones en la tarde de un brillante y esperado Viernes de Dolores. Un Viernes de Dolores en el que la ciudad divide su corazón en dos, dos dolorosas que protagonizan la jornada y dos barrios que se convierten en el centro de atención de toda la ciudad. Prado y Dolores, Colonias e Higueral. Un corazón dividido en dos que la Huelva cofrade brinda a la Santísima Virgen María.
La tarde daba comienzo en el Higueral. La más joven de las cofradías de nuestra ciudad se ponía en la calle por segundo año como hermandad de penitencia. Su elegante cortejo de nazarenos de túnicas color crema y morriones de terciopelo azul abandonaba la capilla de la hermandad para salir al encuentro de su titular, que se encontraba en una carpa instalada en la plaza Fuentepiña. Un cortejo que no deja de crecer cada año, siendo cada vez más los vecinos del barrio que sienten como suya a Nuestra Señora del Prado en su Dolor.
Avanzaba la cruz de guía por la plaza mientras el Liceo de la Música de Moguer interpretaba la primera marcha. Se estrenaba la formación musical moguereña tras el paso de la Virgen del Prado, una de las principales novedades que ponía en la calle la hermandad. La otra era el avance en la realización de las piezas de orfebrería del futuro paso de palio, completándose este año el juego de violeteras que rodean toda la mesa. También era novedad la culminación del juego de varas, unas personales insignias en cuyas astas podemos apreciar hojas de higuera, en referencia al municipio de Higuera de la Sierra cuya patrona es la Virgen del Prado.
Comenzaba el Viernes de Dolores con la primera chicotá en la calle de la Virgen del Prado. A los mandos de Fernando Melgar la joven cuadrilla de la cofradía daba sus primeros pasos, arropada por el numeroso público que bajo un cielo de escasas nubes altas e incesante sol se congregaba en este barrio onubense. Desde los balcones se sucedían las primeras saetas, las primeras petalás, los primeros vivas a la Virgen en este año 2023. Huelva inauguraba su Semana Mayor y lo hacía junto a la Virgen del Prado, mientras por las radios ya se anunciaba que la Reina de las Colonias iba a ponerse en la calle.
Y es que con el permiso de la Virgen del Prado, el Viernes de Dolores en la ciudad de Huelva tiene nombre propio: Nuestra Señora de los Dolores. Día grande en el barrio de las Colonias, que el próximo Martes Santo se hará oración y penitencia para acompañar a la Hermandad de la Lanzada pero que esta jornada de vísperas la vive con un carácter festivo y cercano a su Virgen, a la vecina más ilustre del barrio. Un Viernes de Dolores el de este año cuyo principal estreno no estaba ni en la Virgen ni en el paso, tampoco en el cortejo. La novedad más importante era la reforma de la plaza que lleva el nombre de la Virgen. Un enclave renovado que ha hecho variar el itinerario de la procesión y los rituales ya asentados tras tantos años.
Casi todo ha cambiado pero todo sigue igual. Allí esperaba la Hermandad del Rocío de Emigrantes. En un lugar más adelantado y junto a un nuevo azulejo de la dolorosa de las Colonias, pero allí estaba la Concha Peregrina para rendirse a las plantas, junto a toda Huelva, de la Virgen de los Dolores. A los sones de la Banda de Música Municipal de Aznalcóllar y comandada por Francisco Javier Michinina, la cuadrilla de costaleros hacía avanzar el paso de palio entre la multitud que atestaba la plaza hasta plantarse frente al azulejo, comenzando una sucesión de cantes, rezos y plegarias a la Virgen.
Entre balcones engalanados con colgaduras y estampas de la dolorosa se paseaba la Virgen de los Dolores por su barrio. Lo hacía con un aspecto remozado, pues procesionaba por primera vez tras la importante restauración que ha realizado Pedro Manzano, devolviéndole a la imagen un aspecto más similar al que tuvo en su origen. Nuevos eran también los bordados interiores de la bambalina trasera de su paso de palio. Puntadas de oro que continúan haciendo brillar el sueño de todos sus hermanos. Con la emoción aún a flor de piel la Virgen de los Dolores dejaba atrás su plaza para retomar su camino, teniendo su próxima parada a las puertas de la residencia de ancianos de las Hermanas de la Cruz. Otro de esos momentos de pellizco que encogen el corazón de los cientos de onubenses que allí se congregan.
