Este es el motivo por el que no debes comer el caqui recién cogido del árbol: es muy peligroso
Esta fruta debe pasar por un proceso previo antes de ser apto para el consumo
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el consumo de cinco porciones de frutas al día, como parte de una alimentación saludable. Estos alimentos ayudan a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles debido a sus múltiples beneficios. Un claro ejemplo es el caqui, una fruta rica en vitaminas, hidratos de carbono y minerales, según María del Carmen Moreu Burgos, farmacéutica y tecnóloga de los alimentos.
Ahora bien, el caqui guarda algunas peculiaridades. Una de las más llamativas es que no se debe comer recién cogido del árbol, lo cual se advierte en el programa 'Salud al día', de Canal Sur, emitido el pasado 16 de noviembre. ¿El motivo? Se trata de una fruta astringente.
¿Por qué el caqui no se debe comer recién cogido del árbol?
En concreto, el caqui no se debe comer recién cogido del árbol por ser una fruta astringente; es decir, que en el momento de ser recolectado contiene una alta concentración de taninos en su estado inmaduro, lo que le da un sabor amargo y una textura que puede resultar desagradable. Por eso, antes de ser comercializado tiene que pasar por un proceso de 24 horas en una cámara estanca, donde pierde esa astringencia y pasa ya a ser apto para el consumo. Así lo estima Antonio Rodríguez, ingeniero técnico agrícola y agricultor, quien por otra parte destacó también en 'Salud al día', de Canal Sur, que el caqui «se puede comer con piel o sin piel, pero al comerlo duro es muy fácil. No mancha absolutamente nada. Es una fruta muy cómoda de comer. No tiene hueso y se come absolutamente todo«.
Asimismo, este profesional agrícola de Lora del Río (Sevilla), entorno en el que se encuentra uno de los mayores productores de caquis en Andalucía, destacó acerca del proceso de recolección que esta fruta «hay que tratarla con muchísimo mimo. Mayoritariamente, la recolectan mujeres porque son más cuidadosas a la hora de la recolección«. Y es que, »cualquier golpe que le demos a la fruta, sale luego señalado. Es muy delicada. No se puede apretar con las manos, a la hora de depositarla en el macaco hay que hacerlo como si fuese un huevo, a la hora de volcar hay que hacerlo con mucho cuidado para que la fruta no ruede y no se golpee... Se trata con muchísimo mimo para que llegue lo mejor posible al cliente«.
