Psicosalud
Libros irrompibles de fotografías
Como comentábamos hace dos semanas, los cuentos son una excelente opción de juego y aprendizaje para los niños. A ellos les encanta escuchar cuentos desde mucho antes de que puedan comprender todo su significado; de hecho, hacia los 2 años suelen pasar bastante tiempo mirando libros... y también rasgando sus páginas

Pero esto último puede evitarse, por ejemplo, ofreciéndoles libros de cartón o de algún otro material resistente. Y de eso quería hablaros hoy, de cómo fabricar nosotros mismos libros irrompibles especialmente para los niños.
Aprovechando que en esta edad los niños comienzan a aprender a señalar los objetos y a llamarlos por su nombre, vamos a fabricar libros con fotografías que sean lo más realistas posible, sin distorsiones de color ni de forma, para que sean realmente útiles.
Pues bien, para fabricar nuestro libro irrompible vamos a necesitar lo siguiente:
De catálogos o revistas que tengamos a mano podemos recortar las fotografías más realistas que encontremos. Si no vemos nada útil, ‘Google’ siempre es un buen aliado para buscar imágenes.
Una vez las tengamos, las pegaremos en las cartulinas, mejor una por página. Si es posible, procuremos que el color predominante de la imagen se corresponda con el del fondo de la cartulina, y así de camino trabajaremos los colores.
Luego, en cada ‘plastiquillo’, colocaremos dos de las cartulinas adosadas y las colaremos por las anillas del bloc. Podemos agrupar las fotografías en álbumes por categorías, por ejemplo, ‘objetos cotidianos’, ‘animales’ o ‘alimentos’, entre otras.; o según la edad de los niños a las que van dirigidas.
Este tipo de libros son muy entretenidos e interesantes para los niños. Pero no sólo eso, sino que también ayudan al desarrollo del lenguaje. Otra alternativa es escribir el nombre de los objetos que aparecen en la imagen en la misma página.
Una anécdota al respecto: un niño de 16 meses se pasó un buen tiempo pasando las páginas de uno de estos libros, hasta que se quedó fijo mirando con toda su atención una fotografía de un plato de galletas cubiertas de chocolate; después de observarla un rato, agachó la cabeza y le dio un lametón a la página, y luego dijo aeta”.
Durante el segundo año de vida (entre los 12 y los 24 meses), los niños pasan de identificar un objeto común, por ejemplo un plátano, a señalarlo y aprender del adulto su nombre, ‘plátano’. El hecho de establecer relación entre la realidad tangible y la abstracción de una fotografía es un proceso cognitivo complejo, de ahí que los objetos que aparezcan en las imágenes sean como los de verdad.
En las escuelas de educación infantil, estos libros pueden ser una opción barata, diversa y pedagógica. Además, durarán mucho tiempo (siempre y cuando estén medianamente cuidados, claro). ¿Os animáis?
¡Compartid los resultados!
Esperanza G. Harriero
hola@esperanzaharriero.com
@EGHarriero
Pero esto último puede evitarse, por ejemplo, ofreciéndoles libros de cartón o de algún otro material resistente. Y de eso quería hablaros hoy, de cómo fabricar nosotros mismos libros irrompibles especialmente para los niños. Aprovechando que en esta edad los niños comienzan a aprender a señalar los objetos y a llamarlos por su nombre, vamos a fabricar libros con fotografías que sean lo más realistas posible, sin distorsiones de color ni de forma, para que sean realmente útiles. Pues bien, para fabricar nuestro libro irrompible vamos a necesitar lo siguiente:Álbum o bloc de anillas de cubierta dura.tLo que comúnmente conocemos como ‘plastiquillos’, que no son más que esos portafolios de plástico transparente que usamos con los blocs de anillas.tTrozos de cartulina de distintos colores tamaño A4.tFotografías de objetos identificables y realistas (frutas, flores, animales, vasos, platos…).tTijeras.tPegamento. De catálogos o revistas que tengamos a mano podemos recortar las fotografías más realistas que encontremos. Si no vemos nada útil, ‘Google’ siempre es un buen aliado para buscar imágenes. Una vez las tengamos, las pegaremos en las cartulinas, mejor una por página. Si es posible, procuremos que el color predominante de la imagen se corresponda con el del fondo de la cartulina, y así de camino trabajaremos los colores. Luego, en cada ‘plastiquillo’, colocaremos dos de las cartulinas adosadas y las colaremos por las anillas del bloc. Podemos agrupar las fotografías en álbumes por categorías, por ejemplo, ‘objetos cotidianos’, ‘animales’ o ‘alimentos’, entre otras.; o según la edad de los niños a las que van dirigidas. Este tipo de libros son muy entretenidos e interesantes para los niños. Pero no sólo eso, sino que también ayudan al desarrollo del lenguaje. Otra alternativa es escribir el nombre de los objetos que aparecen en la imagen en la misma página. Una anécdota al respecto: un niño de 16 meses se pasó un buen tiempo pasando las páginas de uno de estos libros, hasta que se quedó fijo mirando con toda su atención una fotografía de un plato de galletas cubiertas de chocolate; después de observarla un rato, agachó la cabeza y le dio un lametón a la página, y luego dijo aeta”. Durante el segundo año de vida (entre los 12 y los 24 meses), los niños pasan de identificar un objeto común, por ejemplo un plátano, a señalarlo y aprender del adulto su nombre, ‘plátano’. El hecho de establecer relación entre la realidad tangible y la abstracción de una fotografía es un proceso cognitivo complejo, de ahí que los objetos que aparezcan en las imágenes sean como los de verdad. En las escuelas de educación infantil, estos libros pueden ser una opción barata, diversa y pedagógica. Además, durarán mucho tiempo (siempre y cuando estén medianamente cuidados, claro). ¿Os animáis? ¡Compartid los resultados! Esperanza G. Harrierohola@esperanzaharriero.com@EGHarrierohttps://www.facebook.com/HarrieroPsicoterapiaswww.esperanzaharriero.com