SEXOLOGÍA
Alcohol y sexo: mala pareja
Si para iniciar un acercamiento a la persona que nos gusta necesitamos tomar alguna copa es que hay algo en nosotros que no marcha del todo bien.

Hace ya algún tiempo escribí sobre la relación entre el vino y la sexualidad como conjunción para el juego erótico de las parejas: una copita de vino puede ayudar a romper el hielo, a desinhibirnos y formar parte de un encuentro que tenga un fin muy sensual y satisfactorio. Hasta aquí buena combinación la de estos dos placeres de la vida, pero ¿qué pasa si finalmente se nos va la mano y terminamos tomando alguna copita más de la cuenta? ¿Y si esto nos pasa de forma más o menos habitual? Pues que todo se estropea y comienzan los problemas, pasando de ese encuentro sexual satisfactorio a un más que posible momento de desencuentro e insatisfacción sexual.
En primer lugar aclarar que no es bueno necesitar el alcohol para desinhibirnos. Si para iniciar un acercamiento a la persona que nos gusta necesitamos tomar alguna copa es que hay algo en nosotros que no marcha del todo bien (inseguridad en uno mismo, baja autoestima, etc.) y esto puede llevarnos a generar una dependencia psicológica. Si esto es así, deja la copita a un lado y reflexiona. ¿Qué me hace sentir la necesidad de tomarla en esta situación? ¿Me va a hacer ser otra persona? La respuesta es NO. Si lo haces con copita, lo harás igual de bien sin ella, el alcohol no te da habilidades que TÚ no tengas. Así que a por ello y sin copa, verás que bien lo haces.
Y si además lo haces de forma habitual, ¿qué efectos va a tener esto sobre tu respuesta sexual? Grandes efectos negativos sobre ésta, llegando incluso a bloquearla. Veamos algunos de ellos:
-En el hombre, problemas de erección (llegando incluso, en el caso de un alcoholismo crónico, a generar una disfunción eréctil generalizada). Dificultades para controlar la eyaculación. Falta de deseo sexual. Cuando el uso del alcohol es prolongado en el tiempo, puede llegar a afectar a la calidad y cantidad del esperma.
-En la mujer, problemas de lubricación vaginal lo cual puede hacer las relaciones sexuales molestas y/o dolorosas. Falta de deseo sexual. Dificultades para alcanzar el orgasmo. Problemas menstruales.
¿Cómo afrontarlo?
-No hacer uso del alcohol para afrontar situaciones que generen cierto nerviosismo. Aprender a vivir estas situaciones desarrollando las destrezas necesarias para ello (potenciar la seguridad en uno mismo, desarrollar la autoestima, etc.).
-Si vemos que ya existe una necesidad de consumir alcohol, pedir ayuda a familiares y amistades para que nos ayuden a abandonar el consumo.
-Si es necesario, recurrir a la ayuda de un profesional de la psicología para iniciar un tratamiento de deshabituación.
-Acudir a asociaciones de alcohólicos.
-Abandonado el uso del alcohol, la mayoría de las disfunciones sexuales desaparecen, de no ser así buscar un sexólogo que nos ayude a afrontar y solucionar el problema para volver a disfrutar de nuestra sexualidad.
Además de las consecuencias sobre la sexualidad del abuso del alcohol, son numerosos los efectos de éste a nivel físico, familiar, laboral y social. Recuerda que tener una vida sana contribuye a ser feliz y disfrutar saludablemente de uno mismo, la familia, amistades y por supuesto, de las relaciones sexuales.
Carmen Canterla
Psicóloga Sexóloga
Co-Directora del I.S. Vidacer Huelva.
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