PSICOSALUD
Un equipo EPI para cada situación
Aunque llevamos más de un año en situación de pandemia, todavía existen muchas dudas sobre el nivel de protección que debemos adoptar en función de cada situación.

Actualmente, aún desconocemos el grado de riesgo que implican la mayor parte de las acciones que realizamos en nuestro día a día, sean o no actividades laborales. Por este motivo, a continuación, abordaremos la idoneidad de la utilización de los equipos EPI conformados, entre otros elementos, por buzos desechables. ¿Qué es un EPI?Un EPI, también conocido como equipo de protección individual, es cualquier tipo de dispositivo o medio que una persona utilice para protegerse de los riesgos que pueden amenazar su salud y seguridad. En cualquier caso, los EPI deben formar parte de un programa global de prevención de riesgos, que no se limite a recomendar únicamente la utilización de este dispositivo de protección.Por esta razón, los lugares de trabajo u otros espacios en los que se hace recomendable la utilización de un EPI deben contar con un programa global que incluya una evaluación completa de los riesgos, así como una selección y adecuación correcta del equipo que se utilizará. Además, la formación de las personas que lo emplearán será un aspecto fundamental, puesto que uno de los elementos más relevantes para su buen funcionamiento será su adecuada colocación. Igualmente, también será necesario realizar todas aquellas actividades que aseguren su buen estado y, por lo tanto, un funcionamiento efectivo del equipo. ¿Cuándo debe utilizarse?Generalmente, la utilización de los EPI está recomendada en aquellas situaciones o espacios en los que no es posible garantizar una seguridad personal completa mediante la adopción de otras medidas. No obstante, solo se emplean EPIS en aquellos contextos en los que no es posible ofrecer un alto nivel de seguridad a través de los medios técnicos de protección colectiva o mediante medidas de organización del trabajo. Por este motivo, la aplicación de un EPI debe estar en relación con una evaluación de riesgos previa, que delimite el nivel de riesgo y las medidas efectivas de protección. Por lo general, la utilización de EPIS suele ser la última acción a adoptar ya que en las estrategias de prevención de riesgos se suele priorizar la protección colectiva a la individual. Además, los niveles de protección de un equipo EPI no siempre son fáciles de medir, ya que dependen, en gran medida, de si el EPI es el adecuado, de si está correctamente ajustado y de si se adoptan medidas de mantenimiento efectivas. Asimismo, hay que tener en cuenta que el EPI no es un equipo excesivamente cómodo, ya que puede limitar la visibilidad y la movilidad de las personas que lo llevan. Tipos de EPIS para cada situaciónAntes de abordar las situaciones en las que puede ser recomendable la utilización de un EPI, es necesario contemplar que existen diferentes tipologías. De este modo, cada tipo de EPI está diseñado para una categoría de riesgo diferente, por lo que presenta distintos niveles de protección. De menor a mayor grado de protección, encontramos EPIS Categoría I, Categoría II y Categoría III. Los EPIS de Categoría I son los más básicos y protegen, fundamentalmente, contra los efectos dañinos de la luz o el calor. De este modo, los EPIS clasificados dentro de esta categoría estarían conformados por elementos tales como guantes de jardín, guantes para el manejo de objetos calientes que no superen los 50 grados de temperatura y ropa o calzado que proteja de agentes atmosféricos que no sean excepcionales ni extremos. Por esta razón, los EPIS Categoría I están orientados para aquellas situaciones cuyo riego es bajo o relativamente bajo. Los EPIS de Categoría II proporcionan una protección intermedia y están compuestos por equipos de protección específica para manos y brazos, para pies y piernas y cuentan con casco y con equipamientos destinados a la protección total o parcial de la cara. Estos EPIS de Categoría II también están conformados por otros mecanismos de protección faciales, bucales u oculares especialmente orientados para la protección contra la COVID-19. De cualquier forma, en el caso de estos EPIS, será fundamental que dispongan de la acreditación oficial conforme respectan las normas legales estipuladas por las instituciones. En el insst.es se puede encontrar toda la información al respecto. Finalmente, los equipos de protección individual de Categoría III tienen un diseño más complejo, puesto que están destinados a aquellas situaciones o espacios de máximo riesgo. De este modo, estos EPIS están aconsejados para proteger a las personas de graves riesgos contra su salud, que pueden dañarla de forma irreversible o incluso provocar su muerte. Por esta razón, se consideran equipos EPIS de Categoría III todos aquellos dispositivos de protección diseñados para proteger de caídas desde alturas elevadas, así como los equipos de protección respiratoria destinados a proteger a las personas contra aerosoles sólidos o líquidos y contra gases. De esta forma, estos equipos están recomendados para trabajos en alturas o para aquellos en los que los trabajadores están expuestos a sustancias químicas peligrosas.
Un EPI, también conocido como equipo de protección individual, es cualquier tipo de dispositivo o medio que una persona utilice para protegerse de los riesgos que pueden amenazar su salud y seguridad. En cualquier caso, los EPI deben formar parte de un programa global de prevención de riesgos, que no se limite a recomendar únicamente la utilización de este dispositivo de protección.
Por esta razón, los lugares de trabajo u otros espacios en los que se hace recomendable la utilización de un EPI deben contar con un programa global que incluya una evaluación completa de los riesgos, así como una selección y adecuación correcta del equipo que se utilizará.
Además, la formación de las personas que lo emplearán será un aspecto fundamental, puesto que uno de los elementos más relevantes para su buen funcionamiento será su adecuada colocación. Igualmente, también será necesario realizar todas aquellas actividades que aseguren su buen estado y, por lo tanto, un funcionamiento efectivo del equipo.
Generalmente, la utilización de los EPI está recomendada en aquellas situaciones o espacios en los que no es posible garantizar una seguridad personal completa mediante la adopción de otras medidas. No obstante, solo se emplean EPIS en aquellos contextos en los que no es posible ofrecer un alto nivel de seguridad a través de los medios técnicos de protección colectiva o mediante medidas de organización del trabajo.
Por este motivo, la aplicación de un EPI debe estar en relación con una evaluación de riesgos previa, que delimite el nivel de riesgo y las medidas efectivas de protección. Por lo general, la utilización de EPIS suele ser la última acción a adoptar ya que en las estrategias de prevención de riesgos se suele priorizar la protección colectiva a la individual.
Además, los niveles de protección de un equipo EPI no siempre son fáciles de medir, ya que dependen, en gran medida, de si el EPI es el adecuado, de si está correctamente ajustado y de si se adoptan medidas de mantenimiento efectivas. Asimismo, hay que tener en cuenta que el EPI no es un equipo excesivamente cómodo, ya que puede limitar la visibilidad y la movilidad de las personas que lo llevan.
Antes de abordar las situaciones en las que puede ser recomendable la utilización de un EPI, es necesario contemplar que existen diferentes tipologías. De este modo, cada tipo de EPI está diseñado para una categoría de riesgo diferente, por lo que presenta distintos niveles de protección. De menor a mayor grado de protección, encontramos EPIS Categoría I, Categoría II y Categoría III.
Los EPIS de Categoría I son los más básicos y protegen, fundamentalmente, contra los efectos dañinos de la luz o el calor. De este modo, los EPIS clasificados dentro de esta categoría estarían conformados por elementos tales como guantes de jardín, guantes para el manejo de objetos calientes que no superen los 50 grados de temperatura y ropa o calzado que proteja de agentes atmosféricos que no sean excepcionales ni extremos. Por esta razón, los EPIS Categoría I están orientados para aquellas situaciones cuyo riego es bajo o relativamente bajo.
Tipos de EPIS para cada situaciónAntes de abordar las situaciones en las que puede ser recomendable la utilización de un EPI, es necesario contemplar que existen diferentes tipologías. De este modo, cada tipo de EPI está diseñado para una categoría de riesgo diferente, por lo que presenta distintos niveles de protección. De menor a mayor grado de protección, encontramos EPIS Categoría I, Categoría II y Categoría III. Los EPIS de Categoría I son los más básicos y protegen, fundamentalmente, contra los efectos dañinos de la luz o el calor. De este modo, los EPIS clasificados dentro de esta categoría estarían conformados por elementos tales como guantes de jardín, guantes para el manejo de objetos calientes que no superen los 50 grados de temperatura y ropa o calzado que proteja de agentes atmosféricos que no sean excepcionales ni extremos. Por esta razón, los EPIS Categoría I están orientados para aquellas situaciones cuyo riego es bajo o relativamente bajo. Los EPIS de Categoría II proporcionan una protección intermedia y están compuestos por equipos de protección específica para manos y brazos, para pies y piernas y cuentan con casco y con equipamientos destinados a la protección total o parcial de la cara. Estos EPIS de Categoría II también están conformados por otros mecanismos de protección faciales, bucales u oculares especialmente orientados para la protección contra la COVID-19. De cualquier forma, en el caso de estos EPIS, será fundamental que dispongan de la acreditación oficial conforme respectan las normas legales estipuladas por las instituciones. En el insst.es se puede encontrar toda la información al respecto. Finalmente, los equipos de protección individual de Categoría III tienen un diseño más complejo, puesto que están destinados a aquellas situaciones o espacios de máximo riesgo. De este modo, estos EPIS están aconsejados para proteger a las personas de graves riesgos contra su salud, que pueden dañarla de forma irreversible o incluso provocar su muerte. Por esta razón, se consideran equipos EPIS de Categoría III todos aquellos dispositivos de protección diseñados para proteger de caídas desde alturas elevadas, así como los equipos de protección respiratoria destinados a proteger a las personas contra aerosoles sólidos o líquidos y contra gases. De esta forma, estos equipos están recomendados para trabajos en alturas o para aquellos en los que los trabajadores están expuestos a sustancias químicas peligrosas.
Finalmente, los equipos de protección individual de Categoría III tienen un diseño más complejo, puesto que están destinados a aquellas situaciones o espacios de máximo riesgo. De este modo, estos EPIS están aconsejados para proteger a las personas de graves riesgos contra su salud, que pueden dañarla de forma irreversible o incluso provocar su muerte.
Por esta razón, se consideran equipos EPIS de Categoría III todos aquellos dispositivos de protección diseñados para proteger de caídas desde alturas elevadas, así como los equipos de protección respiratoria destinados a proteger a las personas contra aerosoles sólidos o líquidos y contra gases. De esta forma, estos equipos están recomendados para trabajos en alturas o para aquellos en los que los trabajadores están expuestos a sustancias químicas peligrosas.