COACHING, EMOGESTIÓN Y CRECIMIENTO PERSONAL

Soy bueno, pero puedo ser mejor

Cuando la motivación y la emoción, propias de cualquier comienzo, se van diluyendo nos va quedando el compromiso, la constancia y la búsqueda de nuevos alicientes que nos mantengan ilusionados. Para empezar un proyecto, personal o profesional, se necesita valentía y decisión; para terminarlo se necesita perseverancia. Se trata de ese convencimiento sobre lo que queremos llegar a ser o aquello a lo que aspiramos lograr con la humildad necesaria para admitir los fallos y tener una mentalidad de “error positivo”.

Soy bueno, pero puedo ser mejor

Huelva24

Huelva

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El deporte es una de esas disciplinas que van unidas, de forma indisoluble, al esfuerzo, a la capacidad de superación y la persistencia. La motivación inicial no puede mantenerse al mismo nivel que conseguimos tener en el inicio de un plan o de un proyecto. Entonces, es cuando nos pondremos a prueba para comprobar si realmente estamos comprometidos con ese objetivo que estamos persiguiendo.

Sin embargo, a veces no basta la voluntad, el trabajo y el empeño para conseguir algo. Estamos inmersos en nuestro mundo, tan inevitablemente condicionados por nuestra propia perspectiva y visión, que a veces no somos capaces de ver lo que a ojos de otra persona es evidente. En esos momentos, no alcanzamos a detectar lo que estamos haciendo mal o aquello en lo que fallamos… Sí, nos equivocamos y no hay que tener miedo a cometer errores porque de ellos sacaremos nuestras mayores grandezas a través de nuevos aprendizajes. Son esos errores positivos que deben ayudarnos a crecer, a mejorar, a conseguir ser la mejor versión de nosotros mismos tanto personal como profesionalmente. La distancia entre tus sueños y la realidad es la acción y la actitud. 

Soy bueno, pero puedo ser mejor

Cuando empezamos a practicar un deporte sabemos que hasta pasado un tiempo puede que no consigamos buenos resultados; asumimos que necesitamos invertir muchas horas para poder avanzar y adquirir buena técnica. Aprendemos que para mantener los resultados hay que mostrarse tenaz y no decaer en la dedicación. Y para avanzar y superarnos para conseguir superar los bloqueos tendremos que hacer algo nuevo y distinto de lo que veníamos haciendo hasta el momento. Puede que no hayas llegado todavía, pero estás un poco más cerca que ayer.

El éxito personal, entendido como satisfacción y plenitud, llega muy tarde y es efímero. Se logra tras muchas horas de juego, de días malos y buenos, de tesón y voluntad. En este sentido, el deporte nos enseña a aplazar la recompensa marcándonos objetivos a corto y largo plazo, nos hace conscientes de nuestros límites así como de nuestras necesidades de una ayuda externa que nos corrija y nos oriente en aquello que estamos fallando. En la vida, como en el deporte, nunca puedes dar por hecho que “ya sabes”. Puedes tener un día brillante y jugar muy bien y al siguiente hacerlo de forma equivocada. Esto nos deja una lección constante de humildad que no permite que te pierdas y te alejes del camino. Cuando nos ponemos a prueba, no se construye el carácter, se revela. 

Soy bueno, pero puedo ser mejor

De igual modo, triunfar profesionalmente y personalmente es saber que siempre tenemos margen de mejora, que siempre podemos aspirar a más, siempre hay algo más que hacer, siempre podemos crecer. Somos buenos, pero siempre podemos ser mejores y debemos convertirnos en esa persona que queremos ser, en esa persona que sabemos que podemos ser.Hay algo en nosotros que nos hace únicos; debemos tomar consciencia de aquello en lo que somos buenos y podemos aplicarlo en todas las facetas de nuestra vida. Y aunque nos cueste, debemos seguir perseverando. Nos lo debemos. El triunfo no está en vencer siempre, sino en no rendirse nunca.

El éxito en el deporte estriba en la humildad que mostremos para ser consciente de nuestros errores y fallos y de la capacidad que tengamos para poner en marcha planes de mejora.  Creer que somos muy buenos en algo y que no es posible mejorar aún más nos hace, sin embargo, más débiles. Si se desea obtener buenos resultados es necesario aprender una nueva manera de llegar a esos nuevos objetivos, porque de seguir haciendo lo mismo los resultados no variarán. Ese es el mayor regalo que te ofrece un error, la posibilidad de mejora. Si llegas al éxito es porque has fallado.

Soy bueno, pero puedo ser mejor
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación