El runrún: Vándalos, y encima chulitos, en Costa de la Luz

Y quizás lo más sorprendente, llamativo y hasta alucinante es que en esta ocasión el presunto ladrón le echó cara y tuvo incluso tiempo para fumar en el interior. También hace un par de días en el parque del barrio los vecinos se encontraron con dos personas dormiendo en el parque infantil y en el césped.

«Desde la Asociación de vecinos Costa de la Luz pensamos que no es lugar y demandamos al Ayuntamiento de Huelva y demás instituciones que tienen competencia en la materia que no permitan que una persona tenga que dormir en la calle o como este caso en un espacio público, que además está destinado para los más pequeños», se quejan una vez más en sus redes sociales.

En los últimos años hemos venido asistiendo en toda España a la extensión de un fenómeno que, pese a tener la Navidad como inspiración, poco tiene que ver con el espíritu navideño. Nos referimos a la competición a la que parecen haberse apuntado los ayuntamientos con respecto a la iluminación y la decoración festiva. Animados por el ejemplo de muchas capitales, que gastan cantidades desproporcionadas en este capítulo para captar la atención de locales y turistas y así potenciar la hostelería y el comercio, no hay municipio que no se vea obligado a echar el resto para no desentonar con esta nueva corriente.

Obviamente, no todos los ayuntamientos pueden apostar por árboles de más de 50 metros, bolas gigantes y luces que podrían ensombrecer a Nueva York y su Quinta Avenida; aun así, muchos se sienten en la obligación de vestir sus calles con motivos más o menos navideños y aquí es donde empiezan los problemas.

Cuando no hay dinero, ganas ni buen gusto, ingredientes que rara vez van de la mano, nos encontramos con casos como el de Mazagón, donde existe cierto malestar por la decoración que el Ayuntamiento de Moguer ha destinado a sus calles. No sólo porque, como informa José Antonio Mayo Abargues, hasta bien entrado el mes de diciembre no se había terminado de instalar la iluminación ornamental. Al parecer, lo que parece haber indignado a los vecinos ha sido la «decoración» colocada en las glorietas del núcleo costero, consistente en 'pinchar' de cualquier manera –no hay más que ver la fotografía que acompaña la denuncia– figuras que fueron utilizadas en cabalgatas de Reyes de años anteriores y que estaban acumulando polvo en los almacenes municipales del Consistorio. O la «ridícula» estructura metálica de un árbol, instalado en la puerta del edificio de la Mancomunidad, «que si bien ha sido decorado con mucha ilusión con manualidades realizadas por los niños del colegio El Faro, está provocando una lamentable polémica entre los vecinos». Como bien apunta este cronista, la decoración navideña no solo tiene como objetivo alegrar la vida de los vecinos, «también repercute de manera directa en el turismo y la hostelería, principal sostén de la economía local», por lo que no debe ser considerada un gasto, sino una inversión, especialmente para una población que vive en un «largo letargo» en los meses de invierno.

Es la sensación del equipo culé, o igual es que por aquí nos tira la tierra y lo vemos con buenos -los mejores- ojos. Fermín López, el campillero jugador de uno de los mejores clubs del mundo, estará el próximo martes, 26 de diciembre, celebrando la Navidad con todos sus seguidores onubenses. Lo hará en el encuentro organizado por el periódico Tinto Noticias y la Fundación Cajasol, en el que el futbolista revelación compartirá sensaciones con todo el que se acerque a verlo. Las personas que acudan a este encuentro -en la sede de la Fundación Cajasol en la calle Puerto- podrán fotografiarse con Fermín y, por supuesto, pedirle un autógrafo. La entrada al evento, que tendrá lugar a las 11.00 horas, es libre y gratuita hasta completar aforo.