confidencial
El runrún: Doñana, un infierno canino
La comarca de Doñana, tradicional refugio para toda clase de fauna, se ha transformado en un escenario de sufrimiento inimaginable para muchos perros abandonados que están intentando hacer de este vasto territorio algo parecido a un hogar
La implacable sequía que azota la región ha dejado a estos fieles compañeros deambulando desesperados, tristes y desorientados en busca de un recurso vital que escasea o ha desaparecido: el agua. Las temperaturas abrasadoras, que estos días están superando los 40 grados, agravan la ya penosa situación de estos animales, que antes encontraban consuelo y sustento en muchos rincones de este espacio natural.
La sequía, como decimos, ha transformado el paisaje en un terreno árido y desolado, donde la situación de estos animales se vuelve aún más trágica al saber que debido a la entrada en vigor de la nueva ley de protección animal, que castiga a quienes no hayan identificado a sus mascotas con microchip, muchos dueños, en un intento por evitar una posible multa, optan por abandonarlos de un modo miserable, lejos de casa para impedir un hipotético regreso. Para estos perros domésticos, que alguna vez conocieron el calor y la seguridad de un hogar humano, enfrentarse el mundo exterior en tales condiciones es una experiencia devastadora.
Sin embargo, entre tanta oscuridad, encontramos asociaciones como el 'Santuario Wendy Clements' o El Burrito Feliz, donde un grupo de voluntarias se ha propuesto la misión de aliviar el sufrimiento de estos perros. Su amor y compasión por estos animales les ha llevado a colocar bebederos estratégicamente para proporcionarles un respiro momentáneo. Un gesto conmovedor, sí, pero que no puede ser la solución que estos seres vivos necesitan. Por eso, han hecho un llamamiento a las autoridades para que aborden de manera integral esta crisis de subsistencia. Para estas asociaciones, lo prioritario no son las campañas para prevenir el abandono de perros y gatos, sino auxiliar a los animales que ya han sido abandonados y que, literalmente, se están muriendo de sed sin que nadie se responsabilice de ellos, ofreciendo una imagen tercermundista de lo que toda Europa, el mundo, hasta ahora ha considerado un paraíso.
Basura veraniega
Lidiar con la suciedad que generamos a diario es una tarea ingrata, qué duda cabe. En primer lugar por la propia naturaleza de lo que tratamos de eliminar, pero sobre todo porque una proporción importante de ciudadanos se desentiende del problema que supone para cualquier administración mantener limpia una ciudad: ensucio, porque para eso pago impuestos. Si esto es un problema la mayor parte del año, el asunto se vuelve especialmente peliagudo en circunstancias extraordinarias, como las que viven en temporada turística muchas localidades costeras de la provincia. En estos casos los ayuntamientos deben adaptarse al aluvión de veraneantes y ofrecer unos servicios, en principio, igual de eficaces que en los nueves meses restantes.
Y claro, no siempre lo consiguen. Sobre todo en lo que a satisfacción vecinal se refiere. Que se lo digan si no al Ayuntamiento de Almonte, que tras colocar en el paseo marítimo de Matalascañas contenedores para que –imaginamos– quienes vuelven de la playa puedan deshacerse de los desperdicios que hayan generado, está recibiendo críticas por algo que en otros núcleos costeros onubenses recibirían de buen grado. Al parecer, estos contenedores, más pequeños que los habituales, están siendo utilizados de manera inadecuada y, por lo que podemos ver, los restaurantes depositan en ellos –o peor aún, junto a ellos– la basura de sus negocios: cajas de pescado y residuos orgánicos que con las altas temperaturas generan unos olores que nuestros lectores se podrán imaginar. La solución que proponen quienes sufren esta «auténtica guarrada» es retirarlos, cuando quizá la alternativa sería reforzar la vigilancia y sancionar sin miramientos a los negocios que ensucian –vaya paradoja– el entorno del que disfrutan y 'venden' a sus clientes.
La mejor propuesta es que quiten de una vez los contenedores del paseo que es una auténtica guarrada. pic.twitter.com/4882jLJY2h
— Fernando Clemente (@Fer_Clemente) August 13, 2023