CONFIDENCIAL

El runrún: La ayuda de Laura Sánchez a más de 100 mujeres

La onubense tiene una cara solidaria y hasta una psicológica y de 'coach', ya que ha ayudado a muchas mujeres con un tema tan complicado como salir del armario

El runrún: Política 'fúnebre' en Almonte

Laura Sánchez h24

Los onubenses nos sentimos muy orgullosos de una mujer de nuestra tierra como Laura Sánchez. Su alma inquieta la ha llevado a ser modelo, actriz y empresaria, a organizar eventos, rodar anuncios y series, participar en programas de televisión, conquistar pasarelas y a todo aquel que la conoce de cerca. Pero sobre todo esta mujer es bandera de Huelva con su sonrisa y su mirada, con su forma de hablar y con lo que cuenta de su lugar en el mundo.

La onubense también tiene una cara solidaria y hasta una psicológica y de coach, ya que ha ayudado a muchas mujeres con un tema tan complicado como salir del armario. Ella interpretó en la popular serie a Pepa Miranda, que era lesbiana, y eso inspiró a muchas otras jóvenes a seguir sus pasos y decidirse a reconocer su orientación sexual en su entorno.

En una entrevista comentó al respecto que «Mira, la serie terminó hace 12 años, pues la semana pasada me vino una chica y me dijo: 'Te voy a confesar una cosa. Gracias a ti tuve el valor de decirle a mis padres que me gustaban las mujeres'».

Agregó sobre esta situación que «Me sigue pasando. Te puedo decir que a lo largo de estos años más de un centenar de mujeres me han confesado que han tenido la valentía de salir del armario gracias a mi personaje en la serie. Eso traspasa el simple papel de Pepa Miranda. Es increíble que un personaje de ficción ayude a una chica, a una adolescente a la que le cuesta, a normalizar su orientación. O poder hablar sin tabú de este tema con la persona que quiere. A veces no somos conscientes del impacto que podemos tener en la vida de las personas, ¿no?». Pues sí, Laura Sánchez impacta.

Lago Junior y su pareja onubense, víctimas de ataques racistas

Lago Junior es un centrocampista nacido en Costa de Marfil hace 32 años y que desde muy joven juega en clubes españoles, concretamente desde que a los 18 recaló en el Numancia. Posteriormente ha vestido varias camisetas como las del Éibar, Nástic de Tarragona, Mallorca (donde más estuvo, entre 2015 y 2022), Málaga la pasada campaña y el Racing de Santander de la categoría de plata en la actual. En una entrevista concedida al propio club cántabro, Lago Junior acaba de denunciar que tanto él como su familia han vivido ataques racistas en nuestro país. Está casado con la olontense Fabiola Parralo y tienen una hija en común.

Lago Junior junto a la onubense Fabiola Parralo

El futbolista destacaba que hace unos días se encontraba paseando por la calle en Santander cuando de repente «alguien me escupió desde un balcón. Mi niña no se dio cuenta. Mi mujer sí y me dijo: 'pasa y sigamos caminando para casa'», añadió el jugador. Sobre episodios que le han ocurrido en varios estadios de fútbol de España, Junior relataba que «lo mismo te llaman malo, que negro. A un compañero que llevaba una coleta, le llamaban cantante. Yo eso no lo veo como racismo, aunque cada uno lo quiere llevar a a su terreno y puede tener la libertad de llevarlo como quiera». Y reconocía también que los momentos más difíciles de racismo los vivió cuando no era un futbolista famoso: «Al principio fue difícil. Había sitios donde no me dejaban entrar por ser negro. Era el Lago no conocido. Restaurantes donde iba, con reserva, y al llegar no me dejaban entrar por ser negro. No eran casos aislados. Me pasaba».

Un monstruo de 400 kilos

Es un clásico de nuestro subsuelo, como del de cualquier ciudad española habitada por ciudadanos que consideran que lo que hacen en la intimidad de su cuarto de baño no tiene consecuencias para el buen funcionamiento de una infraestructura básica como es la red de saneamiento. Sí, sabemos que no es la primera vez que compartimos esta repugnante imagen, de hecho llevamos años haciéndolo.

Pese a ello, en Aguas de Huelva siguen sorprendiéndose con estos monstruosos hallazgos formados por miles de toallitas húmedas y otros desechos que muchos onubenses siguen empeñados en tiran al váter provocando carísimas averías en la red de saneamiento. Y no, aunque las marcas, conscientes del vacío legal engañan a los consumidores destacando en sus etiquetas que se trata de toallitas «biodegradables» aptas para ser tiradas al WC, no es así, ya que llegan a las depuradoras prácticamente intactas. Además, en su recorrido se deshilachan, trenzándose entre sí y con otros residuos que también arrojamos al inodoro (bastoncillos, algodones...) hasta provocar gigantescos atascos que cada año cuestan alrededor de mil millones de euros en mantenimiento en todo el país, según cifró la OCU.

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