CONFIDENCIAL
El runrún: ¿Se salva Huelva del desplome de Imaginarium?
La crisis del Covid-19 sigue haciendo mella en el plano económico a empresas de cualquier tamaño y tipología y en todas las ciudades.
Los comercios pertenecen a la clase de los diezmados y en esa situación crítica está la cadena de jugueterías Imaginarium, que ha cerrado la mayor parte de sus tiendas. Una vez iniciada la caída de fichas, el efecto dominó avanza y como siempre nos preguntamos cuánto tardará en llegar a Huelva esa situación y que cierre el establecimiento onubense. La compañía aragonesa se encuentra a las puertas de entrar en concurso de acreedores y en plena negociación de un ERE al 80% de la plantilla. Ha cerrado en los últimos días unas 30 tiendas: 8 en Madrid, 4 en Barcelona, 2 en Valencia y 2 de Sevilla y una en Cádiz. Esta última dejó un mensaje a sus clientes: “Os hemos visto crecer. Ha sido un placer. Hasta siempre”. Ha tenido su repercusión en redes sociales, pues la nostalgia y melancolía se ha apoderado de muchas personas, que han mostrado su cariño a la marca pionera en los juguetes educativos. Llegados a este punto, ¿qué pasa con Huelva? Han corrido rumores y preguntas de diferente signo en torno a esta situación. Una capital pequeña siempre suele ser víctima antes que las grandes ciudades de los males de la economía. Sin embargo, en esta ocasión es al contrario y resiste mientras otras caen, aunque no sabemos durante cuánto tiempo. La clave es que la cadena mantiene abiertos por el momento siete establecimientos y diez que funcionan bajo franquicia y en esta categoría está Huelva junto a Cáceres, Ceuta, Lanzarote, León, Málaga plaza, Motril, Oviedo, Santander y Castellón. Por tanto, todo está por ver. La compañía se resiste a ver escrita la palabra fin en su actividad y prefiere hablar de “transformación”. El futuro de la empresa pasa por mantener entre 2 y 5 tiendas propias, y sólo está garantizada una en Zaragoza y otra en Málaga, y que el resto sea franquicias. Como en tantas ocasiones, será cuestión de tiempo ver cómo acaban las tiendas de las dos puertas.
Los comercios pertenecen a la clase de los diezmados y en esa situación crítica está la cadena de jugueterías Imaginarium, que ha cerrado la mayor parte de sus tiendas. Una vez iniciada la caída de fichas, el efecto dominó avanza y como siempre nos preguntamos cuánto tardará en llegar a Huelva esa situación y que cierre el establecimiento onubense
VOX Huelva triunfa en ’territorio comanche’. Compartía este martes Vox una fotografía fechada el domingo en Barcelona en la que aparece la delegación provincial del partido que se desplazó a Cataluña para participar en las elecciones autonómicas. La expedición onubense estaba encabezada por su presidente, Rafael Segovia, y el portavoz en el Ayuntamiento de la capital, Wenceslao Font. Acompañándoles, el secretario general, Javier Ortega Smith, y el diputado por Huelva Tomás Fernández. Y decimos participar porque el viaje de más de 1.000 kilómetros no fue únicamente para hacer turismo electoral, algo que no figura entre las excepciones que permiten saltarse el cierre perimetral de la provincia y la comunidad, sino para formar parte como apoderados en algunos de los colegios abiertos para al voto. El propio Segovia nos contaba lo sorprendente que le resultó comprobar “la falta de libertad que hay para expresarse” y ponía como ejemplo la actitud de los votantes de su partido, que les trasladaban “una mirada cómplice de agradecimiento” a la vez que no se atrevían a dirigirse a ellos, como si fueran apestados, elevando como mucho el pulgar “con disimulo”. La prueba es la dificultad que ha encontrado el partido de Abascal –no lo olvidemos, desde el domingo la cuarta fuerza política de la región–, para contar con apoderados en todos los colegios electorales, imaginamos que por miedo a sentirse señalados entre sus propios vecinos en un entorno, en muchos casos, abiertamente hostil a quienes defienden el ideario de Vox. De ahí que miembros de la formación y simpatizantes de fuera de la comunidad catalana hayan asumido esta figura recogida por la Ley de Régimen Electoral, cuyo papel es supervisar el correcto funcionamiento de las votaciones a lo largo de la jornada electoral y que no haya, por ejemplo, votos anulados injustamente o falta de papeletas de algún partido. A la vista de los resultados, con el partido verde irrumpiendo con once escaños en un parlamento mayoritariamente nacionalista, podemos imaginar que el viaje de vuelta fue una auténtica fiesta, por más que el constitucionalismo sea hoy un poco más débil en Cataluña.