La Primera RFEF pierde la paciencia y se convierte en una trituradora de entrenadores

Hay muchos nervios en la Primera Federación en los clubes por estar arriba pero sobre todo por no estar abajo, y es que descienden cinco equipos de 20 en cada uno de los dos grupos y hay muchos nervios e impaciencia por no estar en esos puestos pese a que los presupuestos no suelen engañar.

El caso es que el grupo II, en el que milita el Recreativo de Huelva, se está convirtiendo en una trituradora de entrenadores y una vez que este fin de semana pasado se ha disputado la décima jornada, es decir, acaba de rebasarse únicamente el primer cuarto de la competición, ya han sido destituidos cinco técnicos, un 25% de los que comenzaron la campaña.

En la zona media anda clasificado el San Fernando, que es cierto que ha reaccionado tras el cambio en el banquillo y la llegada de Alfredo Santaelena por Héctor Berenguel. Y en el caso de los otros cuatro clubes que han cesado a sus entrenadores, por ahora andan en la zona baja de la tabla y confían en dar un giro de timón radical con esta decisión que han tomado entre las juntas directivas y las direcciones deportivas.

Tres de ellos están en puestos de descenso a la Segunda Federación. Se trata de la Unión Deportiva Melilla, donde Juan Sabas acaba de suplir a Miguel Rivera; del Atlético Baleares, a cuyo banquillo ha llegado Juana Barrero en detrimento de Tato García; y del Mérida, donde Manuel Rosa ha sustituido a Rai Rosa.

Y el otro es el Atlético Sanluqueño, que tras caer el sábado por 2-1 ante el Recreativo Granada, rival directo, destituyó al técnico que le llevó a ascender de categoría el pasado mes de junio, Antonio Iriondo. Su sustituto es Abel Segovia, que subió también a la Primera RFEF de manera muy brillante al Antequera en el pasado ejercicio.