Yo jugué con Julio Alberto en el Recreativo de Huelva
Varios jugadores, miembros del cuerpo técnico y periodistas recuerdan la figura del internacional español en la campaña en la que militó en el Decano
Renacido Julio Alberto
Julio Alberto: «Diego no supo escoger a sus compañeros de viaje»

Julio Alberto Moreno Casas (Candas, Asturias, 1958) es, por currículum, uno de los jugadores más laureados de la historia del Recreativo de Huelva. Aunque pocos, sobre todo los aficionados más jóvenes, recuerdan que vistió la camiseta del Decano. Primero porque han pasado ya 45 años, y segundo porque por culpa de una maldita lesión apenas si pudo disputar una decena de encuentros con el equipo más antiguo del país. Un honor, eso sí, que nunca olvida, ya que siempre ha hablado muy bien públicamente de la entidad albiazul y aún conserva amigos por tierras onubenses.
Su carera deportiva, y su vida en general, han sido un constante tiovivo lleno de sombras y de luces. Vivió en un orfanato a pesar de tener padre y madre, tuvo que arrimar el hombro para sacar adelante a sus seis hermanos, fue violado por un monitor, una dura experiencia que no contó hasta los 50 años... Y conoció las mieles del éxito tanto en el césped como fuera de él pero a veces le faltó controlar ciertos excesos, algo que ha reconocido sin tapujos y que desde hace ya muchos años ha sabido encauzar.
Se formó en los escalafones inferiores del Candas, el equipo asturiano de su localidad natal, y cuando se marchó a vivir a Madrid tras la separación de sus padres hizo unas pruebas en los juveniles del Atlético. Las pasó con nota y en enero de 1977, con poco más de 18 años de edad, Luis Aragonés le hizo debutar en Primera División en un partido contra la Real Sociedad. Y tras otra campaña alternando el filial y el primer equipo colchonero, Julio Alberto fue cedido al Recre, que en la campaña 1979/80 partía como uno de los favoritos al ascenso en la categoría de plata al ser un recién ascendido y haber conformado una plantilla con nombres de mucho prestigio con Marcel Domingo, entrenador muy conocido en aquella época, al frente, y José Antonio Muñoz Lozano en la presidencia.
Ya mostró buenas maneras durante la disputa del Trofeo Colombino los días 18 y 19 de agosto. En esa edición, pregonada por el redactor de Radio Nacional de España Juan Antonio Fernández Abajo, el Decano alzó la Carabela de Plata tras superar por 4-0 al Stal Mielec y por 2-1 al Beveren (que en la semifinal se había impuso por 1-3 al Betis). En la gran final, en la que Villazán hizo un doblete, precisamente Julio Alberto fue expulsado de manera rigurosa por doble amonestación, y la semifinal la jugó completa.

En cuanto al campeonato de Segunda División, el potente lateral zurdo asturiano (en algunas ocasiones en su carrera deportiva también actuó como central) fue titular en las ocho primeras jornadas de liga, disputando completas siete de ellas y anotando un gol en en la primera, en el triunfo por 3-0 del Recre ante el Nástic en el viejo Colombino. Hasta que llegó la visita albiazul al Racing de Santander, saldada con victoria por 0-1, con gol de Benito, y en el minuto 19 Julio Alberto se rompió con una grave lesión de ligamento cruzado que ya le hizo perderse toda la temporada y regresar a Madrid.
Aquella plantilla, en la que destacaban jugadores como Baumgatner (guardameta internacional por Austria), Juanjo Enríquez (que venía del Barcelona y después se marchó al Atlético de Madrid), los hermanos Zambrano, Cepeda, Villazán, Melo, Aitor Aguirre o Rivero, entre otros, finalizó muy lejos de las expectativas, en mitad de tabla (posición duodécima de 20 equipos) y muy lejos de los puestos de ascenso. Marcel Domingo estuvo siete partidos en el cargo, un joven Cándido Rosado (tenía 33 años) dirigió al equipo en otros tres y después José Antonio Naya fue el míster albiazul en las 28 últimas jornadas de la competición.
Posteriormente Julio Alberto estuvo dos campañas más en el Atlético de Madrid, sin ganar títulos, y en el verano de 1982, próximo a cumplir los 24 años (a Huelva había llegado con algo menos de 21) fue traspasado al Barcelona, al que llegó desde el Manzanares junto a su compañero y buen amigo Marcos Alonso. En aquella plantilla azulgrana había figuras como Maradona, Schuster, Víctor Muñoz o Quini, entre otros. En el club catalán sólo le faltó ganar la Copa de Europa, algo que estuvo a punto de hacer pero se retiró del fútbol (por culpa de las lesiones) justo un año antes de que el Barcelona la conquistara en 1992. Ganó, entre 1982 y 1991, dos Ligas, tres Copas del Rey, dos Copas de la Liga, una Supercopa de España y una Recopa de Europa. Y con la Selección Española fue internacional en 34 ocasiones, alcanzando la plata en la Eurocopa de Francia 84 y los cuartos de final en el Mundial de México 86.

«Era muy amigo de mi hermano Antonio porque se conocían de la Sub 21. Yo aún conservo una camiseta del Barcelona que me regaló cuando me enfrenté a él»
Manolo Zambrano
Exjugador del Recre
Tras dejar el fútbol, el asturiano entró en una época de depresión, lo que unido a su adicción a la droga le llevó a coquetear en varias ocasiones con la muerte. Todo ello lo cuenta en libros autobiográficos como 'Mi verdad' y 'Nunca recordaré haber muerto', así como también habla de sus tres matrimonios (uno de ellos fue bastante sonado con Carmen Escámez, sobrina del presidente del Banco Central) y de sus tres hijos. Actualmente vive en Asturias y desde el año 2003 ha impartido más de 400 conferencias a jóvenes para concienciarles sobre el peligro de las adicciones (una de ellas tuvo lugar en Gibraleón hace una década). Ya en 2022, viviendo de nuevo en su tierra y tras dejar de trabajar en el FC Barcelona, creó la asociación Relife, con la que pretende educar, prevenir e informar a jóvenes, docentes y padres sobre los riesgos de las adicciones, apoyado en la experiencia de especialistas en psicología, psiquiatría y coaching. Hace un par de semanas apareció en el programa 'Salvados' de La Sexta y contó parte de su historia en televisión.
Huelva24.com ha dialogado con varios de los compañeros que tuvo en su etapa en el Recre. Por ejemplo, Cándido Rosado, que estaba en el cuerpo técnico de Marcel Domingo y dirigió al Decano en tres jornadas (Julio Alberto jugó la primera de ellas, señalaba que «tengo un recuerdo imborrable de él. En aquella plantilla había futbolistas involucrados y otros de los que prefiero no hablar. Pero de Julio Alberto, de Baumgatner o de Benito, que fue el que hizo el gol del triunfo en Santander el día que Julio Alberto se rompió la pierna, sólo tengo buenas palabras».
«No sé si era mejor futbolista que persona, o al revés. En el campo era un jugador con mucha potencia y muy noble. Era fuerte, velocísimo y contundente, cualidades que ya empezó a demostrar en Huelva y que luego le llevaron al Barcelona y a ser internacional. Yo tenía una gran relación con él. En Santander, donde en el Racing por ejemplo jugaba Quique Setién, salió a morir y tuvo la desgracia de lesionarse. Es de los futbolistas de los que guardo un mejor recuerdo. Era de una verdad increíble«.

Manolo Zambrano recordaba que «era muy amigo de mi hermano Antonio porque los dos se conocían de jugar juntos con España Sub 21. Llegó a Huelva cedido por el Atlético y era el típico futbolista que venía con muchas aspiraciones. Era muy llano y humilde como persona, y en el aspecto futbolístico ya se veía el potencial tan grande que después demostró tener en el futuro. Era muy físico, fibroso, resistente, con largo recorrido y un buen defensa muy difícil de regatear para los rivales».
También señalaba que «en los primeros meses estaba muy sólo y se quedaba a veces en casa de mi hermano». De la lesión, esgrimía que «en aquella época una operación de ligamento cruzado no tenía los avances que tiene ahora, por lo que me consta que lloró y sufrió mucho de dolor para recuperarse. Además, querían que estuvieras ya para jugar en cuatro o cinco meses y no como ahora, que te tiras a veces casi un año para recuperarte. El caso es que los médicos del Atlético lo examinaron y prefirieron que regresase ya a Madrid para recuperarse de la lesión allí«.
También apuntaba que «cuando creamos la primera Escuela de Fútbol en la provincia de Huelva, Julio Alberto se acercó por aquí a vernos. Vino algunas veces tanto solo como acompañado por el 'Lobo' Carrasco y conservaba amistades como la de mi hermano en nuestra tierra. Yo me enfrenté algunas veces a él, porque yo jugaba en la banda y él me defendía como lateral, y en una ocasión me regaló su camiseta del Barcelona que todavía conservo«.

«Era un futbolista muy joven y un gran lateral con gran recorrido, pero no tenía la cabeza muy bien amueblada. Creo que la fama se lo acabó comiendo»
Isabelo Ramírez
Exjugador del Recre
Isabelo Ramírez, que ya afrontaba esa temporada la última de su carrera tras un exitoso periplo en Primera División en clubes como el Sevilla, Celta de Vigo, Racing de Santander y el propio Recre, recalcó que «me acuerdo de que era un futbolista muy joven y un gran lateral con un gran recorrido, pero no tenía la cabeza muy bien amueblada. Sólo tendría unos 20 años y era un poco 'loquillo'. No sé si es que le vino demasiado pronto la fama. El caso es que creo que la fama se lo comió a él. Empezó a juntarse después de irse al Barcelona con Maradona y ya todos sabemos lo que le ocurrió. Para mí fue un golpe grande enterarme de todo aquello y lo sentí mucho«.
«Era una persona amable, estupenda y muy risueña que se desvió luego un poco pero me alegro de que ya esté completamente recuperado», añadía Isabelo, que confiesa que fue a verlo y acompañarlo en la charla que dio hace unos años en Gibraleón. «Aquí tuvo la mala suerte de sufrir esa lesión que le cortó el ritmo. Esa campaña tuvimos momentos muy buenos pero no pudimos engancharnos con los equipos de arriba pese a que teníamos una gran plantilla«, concluía el tharsileño.
El delantero Mariano Mansilla atendía a este diario desde Córdoba y recordaba que «Julio Alberto era un futbolista magnífico y la pena fue la lesión que sufrió porque nos hubiese aportado muchísimo esa temporada. Ya vimos todo lo que consiguió después en el mundo del fútbol. Para mí era un jugador muy importante porque yo era un jugador de ataque rematador y él un lateral que llegaba arriba muy bien y centraba. Ya se veía que tenía un potencial enorme y que llegaría lejos«.

Sivianes señalaba que «era una buena persona y trabamos una buena amistad. De hecho, cuando dio la charla en Gibraleón y me vio de lejos dejó a las autoridades, con las que estaba hablando, y se vino a darme un abrazo. En el vestuario se juntaba sobre todo con los más fiesteros pero luego era de los que estaban siempre dispuesto a echarle una mano a los compañeros a los que le hiciera falta algo.«
En el apartado futbolístico, decía que «era un portento físico y corría constantemente la banda hacia arriba y hacia abajo. La pena fue la lesión que sufrió». Y se lamentaba al recordar que «esa temporada fue más bien mala para el Recreativo. Marcel Domingo vino aquí a pasárselo bien y a pescar. Ponía a Juan Domínguez a entrenar y sólo hacíamos ronditos. El año fue malo pese a que teníamos una gran plantilla con grandes jugadores como Juanjo, Villazán o Baumgatner, entre otros«.
«Era muy cercano a la gente y a los periodistas»
Y también daban su opinión sobre Julio Alberto algunos periodistas de la época. Así, Ignacio Ruiz comentaba que «el Recre venía de descender de Primera División y se hizo un equipazo para aspirar a recuperar la categoría perdida, incluso con internacionales como Baumgatner. A Marcel Domingo le dieron todo lo que quiso pero se pasaba más tiempo jugando al gol que centrado en el fútbol».
Del lateral zurdo asturiano comentó que «desde el principio se mostró muy educado con la prensa y nos cayó muy bien. Me acuerdo de que yo los domingos tenía un programa en Radio Nacional y él incluso venía a la emisora a atenderme antes de los partidos. Estaba sólo aquí en Huelva al principio aunque después me parece que se vino un tiempo una hermana a vivir con él. Humanamente me pareció un tipo extraordinario«.
Y José Luis Camacho Malo recalcó que «jugaba al fútbol de puta madre aunque luego era un poco pillo e indisciplinado. Me acuerdo de que era un desastre total con el coche y de que se juntaba mucho con Antonio Zambrano, que era igual que él. La droga le jodió luego bastante la vida, pero aquí en Huelva fue una persona muy querida por la afición y se mostró siempre muy cercano a la gente en los meses que estuvo antes de regresar al Atlético de Madrid y empezar su exitosa carrera deportiva«.