Sandra Schenkel, una belga-venezolana con hambre de sol que brilla en Aracena
Cambió su vida como funcionaria en Bélgica por ser guía de ciclismo en Ronda, donde conoció a su pareja, Fernand Cools, y juntos dieron el salto hace 5 años a la Sierra de Aracena, un paradisíaco centro de alto rendimiento para ella
Pasó de verse alejada del atletismo por una lesión a vivir la «mejor temporada» de su vida este año, en el que ha ganado cinco campeonatos andaluces entre las especialidades de duatlón y triatlón
«La vida es muy corta y hay que intentar disfrutar de todo», dice Sandra, que da clases de matemáticas online, acoge perros abandonados e inició un campus de entrenamiento para deportistas de elite
Resultados Duatlón Cros Laguna de El Portil 2023: Sandra Schenkel y Sergio Correa, vencedores
La 'onubense' Sandra Schenkel y Sergio Ortiz, campeones de Andalucía de Triatlón en Punta Umbría

No hay reto vital más importante para cada persona que encontrar su lugar en el mundo y aprovechar el momento para vivir como siempre ha querido. Sandra Schenkel (1986) tomó todas las decisiones necesarias y afrontó todos los cambios oportunos para lograrlo. Ahora es feliz en Huelva, concretamente en Aracena, donde ha encontrado el sol que buscaba, donde ella brilla en múltiples aspectos. De padre belga y madre venezolana, destaca como triatleta y duatleta tras ser atleta. Es profesora de matemáticas y empresaria. Su pareja, Fernand Cools (1988), holandés, es también su socio, quiromasajista, triatleta y exciclista. Ambos llevan cinco años siendo onubenses de adopción y de sentimiento.
Todo lo han construido con entusiasmo y determinación, con actitud positiva. «La vida es demasiado corta para estarse quejando de lo que uno no tiene. Intento aprovechar las oportunidades que se me ofrecen y ser buena persona», afirma Sandra Schenkel a Huelva24.com en toda una declaración de principios.

Desde este rincón de la sierra, rodeada de naturaleza, Schenkel se ha hecho muy visible a raíz de sus éxitos deportivos y ya es todo un ejemplo e a seguir. Su última victoria se produjo hace una semana. Ganó el Duatlón Cros Laguna de El Portil con 11 minutos de diferencia sobre la segunda clasificada. Así ha cerrado la que califica como «la mejor temporada de mi vida», en la que ha ganado cinco títulos andaluces en distintas modalidades de duatlón y triatlón y un bronce nacional.
Entre Venezuela y Bélgica
Sandra nació en Venezuela pero se crió en Bélgica, en Lovaina, en la región de Flandes. Realizó toda su formación y estudios en neerlandés y tiene «un vocabulario más rico» que en español, aunque igualmente su nivel es muy bueno. «Mis padres siempre me insistieron para que hablara y escribiera en español, para que leyera libros. Además fui un poco autodidacta con la gramática», explica y recuerda que sus vacaciones en familia eran siempre a Venezuela hasta que se complicó la situación y pasó a recorrer España. Madrid, Barcelona, Segovia, gran parte de Andalucía…. «Visitamos bastante y me llevaron a ver muchos museos y catedrales», comenta. Ahí ya tuvo una primera toma de contacto que quizás sembró la semilla de un deseo vital.
«Desde mis veintipocos ya tenía planteado irme fuera... que no veas un rayo de sol durante meses es horrible»
Sandra Schenkel
«Desde mis veintipocos ya tenía planteado irme fuera. Llevo muy mal los inviernos. No me gusta la oscuridad y el frío y cada año me estaba sentando peor y peor. Que se haga de noche a las cuatro de la tarde y sobre todo que no veas un rayo de sol durante meses es horrible», relata con sentimiento. Eso pesó más que su vida asentada en Bélgica, donde tenía su plaza de funcionaria como profesora de matemáticas en un instituto.

En un momento dado encontró el punto de inflexión para darle la vuelta a su día a día. «Vi que estaban buscando guías de ciclismo en Ronda, en Málaga, y dije esta es la oportunidad de mi vida, voy para allá», cuenta. Durante cuatro meses disfrutó de este nuevo desempeño, conoció a su pareja, Fernand, y juntos planearon perfeccionar aún más su estilo de vida. «Dije ya está, me voy a buscar con mi novio un sitio con poca gente, que nadie lo conozca, pero que tenga todas las instalaciones. Empezamos a buscar cerca de los aeropuertos por Googlemaps y vimos Aracena, la visitamos y nos quedamos allí. Estamos súper contentos».
Aracena «lo tiene todo»
Sandra y Fernand sienten que en Aracena «lo tienes todo». Aman «el sol y la naturaleza, que para entrenar es un paraíso». Valora su «tranquilidad» en una población de 10.000 habitantes y con «mucha vida cultural, siempre hay algo que hacer». «Me encanta la Sierra de Aracena, es súper bonita», resume. En este idílico lugar se ha rodeado de todo lo necesario para ser la campeona que es. «Tengo la piscina a 200 metros. La pista de atletismo la tengo al lado y hay una gran cantidad de caminos y senderos. Es una pasada». Además «las carreteras están en mejor estado que las de Bélgica para la bici de carretera y con poco tráfico. Y para el 'mountain bike' ya ni te cuento». Es por ello que subraya que «acertamos de pleno».



Con su espíritu vital y este entorno natural y de instalaciones ha encontrado la fórmula ideal para ser a sus 37 años una deportista reconocida. En este 2023 ha conquistado el título de campeona de Andalucía de duatlón de carretera, duatlón cros, triatlón de carretera, triatlón cros y triatlón olímpico, adjudicándose también los circuitos andaluces de ambas modalidades. Le faltó ganar el Acuatlón y el Triatlón de Media Distancia, donde no participó. A nivel nacional se colgó en Soria el bronce en el Campeonato de España de Duatlón Sprint y acabó entre las 14 primeras el Nacional de Triatlón. Además, está en el club Diablillos de Rivas, el mejor equipo femenino de duatlón de España y que también subió al podio en el triatlón.
« Con lo de la rodilla me habían dejado claro que el deporte de alto rendimiento ya era historia, así que nunca lo había podido soñar»
Sandra contempla ahora satisfecha sus resultados, pero quién le iba a decir que iba a estar a este nivel cuando su carrera como atleta se truncó por una lesión de rodilla. Hasta entonces había sido campeona de 1.500 de Bélgica, país al que representó en un Europeo de Campo a Través y en Copas de Europa de 3.000 y 5.000 metros.
«Nunca me lo habría imaginado. Con lo de la rodilla me habían dejado claro que el deporte de alto rendimiento ya era historia, así que nunca lo había podido soñar y está guay», expresa feliz.
Esta temporada, además de todos los títulos, demostró una gran regularidad, pues siempre estuvo entre las cinco primeras del ránking nacional de duatlón. Es por ello que señala que «me temo que en duatlón ya hacerlo mejor que esta temporada va a ser casi imposible, aunque lo intentaré». En triatlón sí considera que tiene más margen de mejora y se fija como objetivo «entrar en el top-10». «A ver si ahí puedo dar todavía un salto», apostilla.
En 2020 fue internacional por Bélgica en el Campeonato de Europa de Duatlón, donde entró entre las 14 primeras, aunque reconoce que «realmente no lo disfruté mucho». No cree que repita pese a tener el nivel suficiente porque «tengo que pagarme prácticamente todos los gastos y yo no vivo de esto», recuerda.
Por eso, cree que compitiendo en citas nacionales ya encuentra un desafío lo suficientemente atractivo. «El nivel en España es tan tan alto que ya es suficiente. Al final si voy a competiciones internacionales compito más o menos con las mismas». El año pasado compitió en la Liga francesa de duatlón y cree que «ya puedo decir que he competido al nivel más alto posible de duatlón en España y en Francia. Hasta ahí me encuentro a las mejores españolas también», apunta.
Aprovechando el momento
Centrarse en dar lo mejor de sí en el terreno deportivo le ha hecho aparcar alguna de sus múltiples facetas y de momento quiere seguir apostando por ello. «Tengo 37 años, pero estoy en el mejor estado de forma de mi vida. Lo estoy evaluando cada año y voy viendo cómo me va. Mientras siga disfrutando continuaré», asegura.
Paralelamente a su vida deportiva es autónoma y ejerce de profesora de matemáticas online. «Doy clases sobre todo a niños belgas. Es ideal para compaginarlo con el deporte. Me organizo mejor las horas. Trabajo por las tardes y tengo toda la mañana libre para entrenar y los fines de semana que no compito trabajo todo el día, mañana y tarde». Como ella misma cuenta «la pandemia me dio la oportunidad de desarrollar mis tutorías online de matemáticas que ahora es de lo que vivo y también es algo mío al 100%. Cada crisis tiene sus oportunidades, supongo».

Por otro lado, el proyecto que tenían Sandra y Fernand para desarrollar un campus de entrenamiento para deportistas de elite se ha quedado en pausa. Lo tuvieron un tiempo en marcha con éxito, pero no lo retomarán hasta que ella deje de competir a alto nivel. La idea en funcionamiento es ofrecer alojamiento, entrenamiento y rutinas a deportistas de alto nivel que necesitan realizar concentraciones específicas, especialmente para deportistas del norte que en invierno buscan climas más suaves. «Todos se iban al Algarve o a Lanzarote», expone Sandra y ellos abrieron una vía alternativa. Tuvieron varias atletas campeonas de Bélgica de campo a través y 10.000 metros, entre otros deportistas, y también recibieron en tres ocasiones a un triatleta «muy bueno» que preparaba el Ironman de Hawaii, en Kona, con una gran marca de nueve horas y media.«
«Estaba yendo bien el negocio, pero se me estaba haciendo complicado compatibilizarlo con el duatlón y el triatlón, porque hago muchísimas competiciones»
«Estaba yendo bien el negocio, pero se me estaba haciendo complicado compatibilizarlo con el duatlón y el triatlón, porque hago muchísimas competiciones y en este momento lo pausamos el proyecto. No se puede hacer todo», comenta y señala que los visitantes «siempre han salido súper encantados de la Sierra, con ganas de volver, pero competir a alto nivel lo tengo que hacer ahora, no lo puedo posponer. Este negocio lo podemos reactivar más adelante», detalla Schenkel, que deja patente que le saca partido a todas sus cualidades. «Se intenta», dice.
Más interés turístico
En los cinco años que llevan viendo en Aracena han comprobado cómo ese punto que eligieron en el mapa ha ido ganando en interés y afluencia de turistas. Ellos también han contribuido, porque son grandes embajadores de sus excelencias. «Cuando vamos fuera hablamos mucho de la Sierra de Aracena y transmitimos lo entusiasmados que estamos», admite Sandra, que opina que «en general hemos visto una evolución brutal. Antes había dos momentos con más gente: la feria de agosto y la feria del jamón y ahora cada finde hay. Hay muchos eventos que atraen a muchas personas. Oigo a bastantes de Holanda y de Bélgica, porque paso corriendo y se me pega el oído fácil». Eso antes no pasaba. «Hace cinco años era sobre todo turismo local y ahora es como más internacional y vienen en autobuses», describe.
«Aracena es un sitio muy bonito donde vivir, con muchísima calidad de vida en todos los aspectos»
Alaban que la zona tenga turismo y se genere riqueza y no temen que se masifique. «No pasa nada. Gran parte del año estamos muy tranquilos. Con tal de que no se vuelva la Costa Brava. Realmente es un sitio muy bonito donde vivir, con muchísima calidad de vida en todos los aspectos y no tenemos de qué quejarnos», expone con positivismo.
Hogar de perros abandonados
Viven de alquiler en una casa con jardín y árboles frutales, «algo imposible en Bélgica», un espacio idílico que también les permite ser casa de acogida para perros callejeros. Colaboran como voluntarios con las asociaciones Huellas Serranas y Peludos de Aracena. Por su hogar han pasado una media de siete perros por año durante los últimos cuatro años. Ahora dan cariño a dos cachorros, uno de ellos fue «abandonado en una caja de cartón y otro en un pueblo cercano», indica Sandra, que ha ido llenando todos los aspectos de su vida que pretendía. Es por eso que concluye que «no nos aburrimos. La vida es muy corta y hay que intentar disfrutar de todo».