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Esta es la ruta que conduce a una de las cascadas más bonitas y desconocidas de la Sierra de Huelva
Este camino circular de unos 16 kilómetros une las localidades de Alájar y Castaño del Robledo
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La Sierra de Huelva aguarda rincones secretos en los que merece la pena perderse. Entre Alájar y Castaño del Robledo, en una ruta circular de unos 16 kilómetros de distancia, se encuentra una cascada que invita a desconectar de la rutina para reconectar con la más pura naturaleza. Hablamos de la cascada del Joyaranco, una joya de la sierra onubense.
El sendero se adentra por una ruta repleta de exuberante vegetación, donde el sonido del agua guía el camino, que se divide en tres partes. El primer tercio va desde Alájar hasta la Rivera de Santa Ana. El segundo, y más duro, es la subido hasta Castaño del Robledo. Y, finalmente, el tercero atraviesa desde esta localidad hasta la Peña de Arias Montano en Alájar.
Es en el segundo tramo cuando se descubre la impresionante cascada, justo al cruzar el puente del Arroyo del Negrito. Hay que desviarse un poco del camino para localizar este salto de agua, pero merece la pena hacerlo, especialmente cuando ha llovido y goza de más caudal. La ruta se puede seguir al completo en este enlace de la aplicación Wikiloc.
Ficha técnica de la ruta
Distancia: 16,58 km
Dificultad: moderada
Desnivel: 646 m
Altitud máxima y mínima: 848 m - 519 m
Tipo de ruta: circular
La Cascada del Joyaranco, un rincón secreto de la Sierra
La Cascada del Joyaranco es una de las joyas naturales más escondidas de la Sierra de Huelva. Conocida por pocos, este salto de agua es un paraíso para quienes buscan tranquilidad y una conexión íntima con la naturaleza. Rodeada de una frondosa vegetación que se mantiene verde durante todo el año, la cascada ofrece un espectáculo visual y sonoro que sorprende al visitante.
El entorno del Joyaranco es ideal para disfrutar de un día de exploración, con oportunidades para la observación de aves y paisajes cargados de encinas, alcornoques, pinares y castaños. Al llegar a la cascada, la sensación de haber descubierto un rincón inexplorado es indescriptible, y muchos visitantes optan por hacer una pausa para relajarse junto al sonido del agua.
Alájar, parada obligatoria
El punto de partida ideal para esta aventura es el pintoresco pueblo de Alájar, una pequeña joya enclavada en pleno Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Con sus calles empedradas y casas blancas, Alájar invita a perderse por su casco histórico, donde el tiempo parece detenerse.
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Además de ser un lugar perfecto para los amantes de la naturaleza, Alájar ofrece una rica tradición cultural y gastronómica. Destacan platos típicos serranos y productos de la dehesa, que completan la experiencia de un día perfecto en la sierra.
Castaño del Robledo, pura naturaleza
Castaño del Robledo es otra de las localidades más emblemáticas de la sierra onubense, situada en un entorno privilegiado rodeado de castañares y robledales que le dan su nombre. Este pequeño pueblo, uno de los más altos de la provincia, mantiene intacto su encanto histórico, con calles empedradas y casas tradicionales que transportan a tiempos pasados. Durante el otoño, los alrededores de Castaño del Robledo se tiñen de tonos dorados y ocres, convirtiendo el paisaje en un auténtico espectáculo visual para los amantes de la naturaleza.
Además de su belleza natural, Castaño del Robledo es conocido por su patrimonio cultural, destacando su iglesia inacabada de principios del siglo XIX, que domina el paisaje desde lo alto del pueblo. La localidad también es un excelente punto de partida para rutas de senderismo que conectan con otros lugares de interés en la Sierra de Huelva.