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Rafael Ávila: «Nuestros representantes políticos no han trabajado lo suficiente, de ahí el tremendo déficit de infraestructuras»

Constantinense de origen y onubense por elección, fue pieza clave en la creación de la Federación Onubense de Empresarios y en la consolidación del tejido empresarial de la provincia

Tras más de tres décadas de compromiso con Huelva, hoy disfruta de una jubilación activa en Beas junto a Lina, su mujer

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Rafael Ávila en su retiro beasino h24
Bernardo Romero

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En los tan cambiantes años setenta hubo un pretendido desembarco de Constantina en Huelva que no fue tal, pero muchos lo percibíamos así y no sin sentido del humor, pues dos cosas caracterizan a aquella lejana y gris Huelva, la mala jacha, que en el fondo es una forma perversa de mirarnos a nosotros mismos, y el hecho de que en esta ciudad es bastante difícil ser nativo o tener entre Cardeñas y Los Rosales alguna raíz que regar. Rafael Ávila es uno de los destacados constantinenses que arribaron a Huelva para quedarse y dar, mucho además, a una provincia por la que se han desvelado. Fue una pieza fundamental en la creación de la Federación Onubense de Empresarios, estuvo detrás, o muy delante más bien, de la creación del Huelva Información, un periódico que vino a cubrir el vacío del único que había entonces, el Odiel. Casado con Lina, una onubense de Beas a la que fue él quien acabaría trayéndola a Huelva desde la Sevilla donde había estudiado su joven novia y gozaba de una regalada vida. Rafael pudo crear con Lina una familia, ahora sí, estable en una provincia a la que adora. En Beas anda ahora instalado, ya jubilado y ocupando su tiempo entre los amigos, un olivar y la hermandad responsable del famoso Belén viviente de la población de la Campiña onubense. En Trigueros tengo la suerte de compartir con él momentos entrañables cada dos o tres meses con una reunión la mar de divertida y curiosa, compuesta por buena parte de la élite que rigió los destinos de esta provincia a ambos lados del cambio de milenio, lo cual me ha permitido conocer a otro Rafael Ávila muy diferente de ese señor serio de la FOE que conocí hace medio siglo.

- Si me pongo a nombrar a onubenses ilustres nacidos en Constantina no paro: gente del mundo de la comunicación como Fernando Merchán o Félix y José Luis Camacho Malo, el pintor Miguel Ángel Sáenz, o el doctor José Carlos Medina que dirigió el hospital provincial. pero resulta que cada cual vino por su lado e incluso algunos, de distintas generaciones de constantinenses, ni os conocíais siquiera. En tu caso, ¿qué te trajo a Huelva?

- Pues muy fácil, la vida te va llevando de aquí para allá y un conjunto de decisiones, tanto personales como ajenas, me trajeron a este puerto. Desde luego a un puerto

«Tengo en mis mejores recuerdos a mi pueblo, a Constantina, pero soy más de Huelva que un choco o más de Beas que un olivo»

inmejorable. Después de más de cincuenta años en Huelva, y con toda mi familia, mujer, hijas y nietos de aquí, pues ya me dirás si ha sido una buena arribada o no. Soy de aquí y tengo en mis mejores recuerdos a mi pueblo, a Constantina, pero como se suele decir soy más de Huelva que un choco o más de Beas que un olivo.

- Pero antes de echar aquí el ancla no habías parado de dar vueltas, Carmona, Málaga, Sevilla…

- Claro, por los estudios. Tuve que ir a Carmona, donde por cierto había gente de Huelva en el instituto, para estudiar el bachillerato ya que en mi pueblo, en aquellos años, no había Enseñanza Secundaria, solo primaria. Estando en quinto de bachiller, con quince años o así, vi pegado en una pared del patio del instituto, fíjate tú qué lugar, un cartel que daba cuenta de las asignaturas de la carrera de Económicas en la Universidad de Málaga y aquello me llamó la atención, o más bien se me metió en la cabeza y nada más acabar el bachiller superior allá que me fui a estudiar.

Imagen principal - Arriba, una imagen de su etapa escolar y sobre estas líneas otra con el equipo de baloncesto que dirigió y con su primo, en el mercado de abastos de Constantina
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Imagen secundaria 2 - Arriba, una imagen de su etapa escolar y sobre estas líneas otra con el equipo de baloncesto que dirigió y con su primo, en el mercado de abastos de Constantina
Arriba, una imagen de su etapa escolar y sobre estas líneas otra con el equipo de baloncesto que dirigió y con su primo, en el mercado de abastos de Constantina

- A Constantina, tal como eran las comunicaciones entonces, ¿no irías todos los fines de semana?

- Claro que no. Desde la capital de la Costa del Sol hasta la Sierra Norte de Sevilla hay todavía hoy, con las evidentes mejoras en las comunicaciones, una buena tirada, en aquellos años sesenta habría sido estar todo el fin de semana metido en un autobús, no me habría dado tiempo ni a saludar. Sería llegar y volver.

- El pueblo, siempre tira, ¿qué te sigue uniendo a Constantina?

- Pues la verdad es que menos de lo que desearía. Con mis hermanos me suelo reunir en Sevilla, donde tengo una hermana y nos cae bien a todos. Pero cuando me han llamado del pueblo no he dudado un momento en estar ahí, para dar una charla en el Instituto, que ahora sí que lo hay, o hasta para entrenar a un equipo de baloncesto en un verano que pasé hace unos años allí.

- Te encuentras con el baloncesto en Málaga

- Bueno, siempre me encantó el baloncesto y nada más llegar a la facultad me hice responsable de un equipo de baloncesto. Reuní a un grupo de jugadores y busqué hasta patrocinio, que entonces no había presupuestos para actividades deportivas en la universidad. Con la Cruz del Campo en las camisetas tuvimos para desplazamientos y equipaciones. Recuerdo que fiché a Sebastián Herrera, un tipo genial con dos metros de altura. Jugamos en tercera división y quedamos campeones. Y para que veas cómo es la vida, este mi querido amigo Sebastián Herrera fue el que un tiempo después me avaló para entrar a trabajar en la Dirección General de Asuntos Económicos, en Sevilla, donde al poco tiempo se iban a convocar plazas y consigo sacar una. Esta dirección general era un órgano que prestaba asesoramiento a los empresarios de la provincia. Trabajando allí, el director de la entidad, Miguel Ángel del Río, puso en marcha un estudio de la incidencia de los polos de desarrollo implantados años atrás en España. Allí tuve mi primer contacto con la realidad económica onubense, a través de su Polo de Promoción Industrial, que junto al de Tarragona era el más importante de todo el país y el que más éxito estaba teniendo. Esto, como comprenderás, a un recién licenciado en Económicas, al menos le tiene que llamar la atención. Además, y para que veas como son las cosas de la vida, a aquel director le nombran delegado provincial de Sindicatos en Huelva, del sindicato vertical de entonces, y le da al hombre por preguntar que a quién le interesa formar parte de su equipo. Ni me lo pensé. Fui el primero en levantar la mano.

- De botar un balón a iniciar tu carrera profesional, ¿no estabas estabilizado en Sevilla?

- En lo laboral, sí. Y además mi novia, Lina, hoy mi mujer, aunque era de aquí, de Beas, que había estudiado Magisterio primero y luego enfermería, no quería dejar la Sevilla que tanto le gustaba. De modo que fui yo quien tuve que tirar de ella, ya ves, uno de Constantina convenciendo a su novia de venir a una ciudad que sólo conocía por lo que ella misma me contaba. Pero Lina, entre otras muchas virtudes, tiene la de la clarividencia, así que nos vinimos y te puedo asegurar que no pude tener una idea mejor en todos los días de mi vida.

Con secretarios generales de otras provincias andaluzas

- Eran tiempos de cambios, a mediados de los setenta

- De auténtico vértigo. Al poco de llegar a Huelva e instalarnos, en un piso protegido de la barriada de la Hispanidad, se acabó lo del Sindicato Vertical. Estábamos allá por el año 1976. La democracia trajo la libertad sindical, los trabajadores conformaron ya legalmente sus asociaciones sindicales, y los empresarios las suyas. Pasado el tiempo a mí y a otros en una situación parecida a la mía se nos abrían varios caminos, entre ellos el de conformar una asociación de empresarios en Huelva para poder negociar con los sindicatos y ocuparnos de los problemas de las empresas. Fue así, por esa necesidad, que se crea la Federación Onubense de Empresarios, un proyecto en el que tuve el honor y la satisfacción de estar desde el principio. Me ocupé de la Secretaría General y así he estado treinta y cuatro años, prácticamente toda mi vida profesional.

- Del sindicato vertical a una asociación empresarial, todo seguido

- Con parada en el Gobierno Civil. Date cuenta que yo era un funcionario público, formaba parte de la administración del Estado, de modo que a los que estábamos en los sindicatos nos trasladaron a otras administraciones, y a mí me tocó el Gobierno Civil, como me podía haber tocado otro destino, pero me pude quedar en Huelva afortunadamente, porque tengo que decirte que fue llegar y besar el santo. A mí, Huelva me cautivó desde un primer momento.

- Era entonces Juan Posada gobernador civil de Huelva

- Sí, todo un personaje. Una gran persona, culta y muy trabajadora. Con él estuve de jefe del gabinete técnico del Gobierno Civil. Después fue nada menos que presidente de las Cortes, con eso queda dicho todo.

- ¿Y cómo fue lo de entrar a formar parte del equipo que va a poner en marcha la Federación Onubense de Empresarios?

- Pues porque yo antes había formado parte del Consejo Provincial de Empresarios de Huelva, donde fuimos conscientes de que había que crear una asociación, entre otras cosas porque este organismo estaba en vías de extinción y además para tener la lógica interlocución con los trabajadores, con sus sindicatos, que tenían la ventaja de venir trabajando en la defensa de sus intereses desde la clandestinidad. Por otro lado, teníamos la necesidad de poder tener también la misma interlocución con la Administración. Carlos Expósito y Miguel Martín eran los máximos dirigentes, y gracias a su labor se pudo formalizar la Federación Onubense de Empresarios.

- Una tarea compleja

- Bastante, date cuenta de que es una federación y en aquellos tiempos no había ni asociaciones de empresarios siquiera, de ahí que tuviéramos primero que crear distintas asociaciones empresariales, del metal, de las artes gráficas, de la madera, del comercio, de la industria química, de la exportación de productos del mar…

- La industria química ya era entonces muy importante, tendría mucho peso en aquella conformación de una asociación empresarial como la FOE

- No tanto como se pueda presuponer. Es evidente que había gente de primer nivel, como Manolo Abollado, director de Refinería, o Carlos Expósito, que era director de Foret, pero también había gente importante como los Arcos, Raya o Fonseca en el apartado del comercio o Guillermo Martín en el de las Artes Gráficas, y en lo del mar, Conde, Mancha…

- Todo paso a paso, primero asociaciones para acabar poniendo en marcha la FOE

- Así es. El primer día de abril de 1977 se convoca una asamblea a la que asisten cuarenta y cuatro empresarios en representación de los distintos sectores económicos onubenses. Aquel día se hizo la declaración fundacional de la Federación Onubense de Empresarios y a partir de ahí ya fuimos una voz oficial para poder sentarnos en una mesa con los sindicatos o con la administración. Quisiera destacar que una de las características de la FOE desde un primer momento, ha sido mantener vivo el diálogo social. Tuve, y sigo teniendo, muy buenas relaciones con los representantes de los trabajadores con los que compartí mesa de negociaciones en infinidad de ocasiones.

En el homenaje por su jubilación, con un grupo de empresarias

- La FOE fue una necesaria e importante construcción

- Por supuesto, supuso la construcción de un importante edificio, tanto físico como asociativo. Tenemos en Huelva dos oficinas, otra en La Palma, y también en Lepe, Ayamonte, Valverde, Riotinto, Aracena… y más de cien asociaciones tanto sectoriales como locales. Recuerdo que en el ámbito español se ponía a la FOE y a la federación almeriense como ejemplos de buen hacer debido a la fuerte implantación en sus provincias.

- Desde luego el edificio que la FOE ha levantado en la zona de Pescadería, es toda una referencia en la ciudad

- Ni te imaginas la de reuniones y proyectos que nos costó su financiación. Estábamos ya aburridos cuando Matías Conde, entonces presidente del PP en Huelva, nos concertó una entrevista en la Dirección General de Fondos Europeos del Ministerio de Economía. Allí nos dijeron, con cierto pesimismo, que para ladrillos solo les quedaban cuatrocientos mil euros. A ellos, acostumbrados a manejar otras cifras aquello les parecería poco, pero a mí se me encendió una bombilla encima de la cabeza, como en las historietas, ese presupuesto que a ellos les parecía poco a mí me pareció un mundo, de modo que puse sobre la mesa un Centro para la Cooperación Empresarial con el Algarve, tal como uno que ya estaba en funcionamiento al otro lado de la Raya, en Loulé. De vuelta en Huelva solicitamos una reunión con el alcalde Pedro Rodríguez y no hubo problema alguno, al revés, nos facilitó una parcela de 450 metros y ahí tienes el resultado.

- Pues lo inauguró Gaspar Zarrías

- Sí, eso fue al menos curioso. El entonces presidente de la FOE, Antonio Ponce, se esforzaba porque viniera algún ministro del gobierno de José María Aznar, ya que todas las ayudas vinieron de ese gobierno, pero no hubo manera. Así que poco antes del acto inaugural nos avisan de que un consejero de la Junta vendría en representación del gobierno autonómico. Cuando llegó el momento de la inauguración, el consejero Gaspar Zarrías era, de entre los presentes, la mayor autoridad, así que al día siguiente apareció su foto cortando la cinta en todos los medios de comunicación.

- Hablando de medios de comunicación, también protagonizas otra fundación, la del diario Huelva Información

- Fue algo parecido a lo de los consejos empresariales, que vimos cómo estaban destinados a desaparecer. En Huelva solo había un periódico, el antiguo diario Odiel, heredado por la joven democracia española de los antiguos medios de comunicación del Movimiento. Se había creado de una manera algo improvisada una amalgama de medios de comunicación del estado que según nos hizo ver Fernando Merchán, por entonces delegado en Huelva de El Correo de Andalucía, tenía los días contados, como así fue. Realmente lo que hizo Fernando Merchán fue utilizarme, en el buen sentido de la palabra, para que encontrara a un grupo de empresarios dispuestos a crear un nuevo y necesario medio de comunicación onubense.

En una comida con amigos

- Sales de un fregado y te metes en otro, ahora la Hermandad de Clarines con su Belén Viviente de Beas

- Desde hace ya veinte años en realidad, que no veas cómo pasa el tiempo. Un buen amigo y presidente entonces de la Hermandad de Clarines, me propuso que me hiciera cargo de ella porque él ya no podía continuar y no tenía a nadie a mano, de modo que, sin haber pertenecido a hermandad alguna nunca, aunque soy creyente, me veo en la necesidad de tirar para adelante con una Hermandad que, entre otras cosas, mueve a ciento cincuenta personas en Navidad como figurantes del importante y señero Belén Viviente de Beas.

- Más de medio siglo contemplan a un Rafael Ávila que ha protagonizado momentos importantes en la historia más reciente de esta provincia. Una provincia muy cambiada, ¿no?

- Absolutamente cambiada. Huelva ahora sería irreconocible para alguien que, al contrario que yo, llevara cincuenta años sin venir por aquí. Solo hay que pasear por el paseo marítimo, ese empeño que muchos onubenses han tenido en que la ciudad mire al mar, o pasear también por la Avenida de Andalucía, por el Parque Moret… Te pongo solo dos ejemplos muy distintos o dispares de lo que ha cambiado la ciudad, la Universidad y la Semana Santa. La ciudad ha cambiado y los onubenses, los nuevos onubenses, también son muy distintos, ahí está nuestra esperanza, en los más jóvenes.

- Una ciudad y una provincia evidentemente muy cambiadas, pero queda por hacer, ¿no es cierto?

- Bastante y en aspectos fundamentales. Tenemos unos magníficos recursos naturales, esto es un auténtico paraíso desde la sierra hasta el mar, pero Huelva anda

«Uno de los grandes retos de esta provincia es que su Universidad sea un semillero de empresarios. Sin un tejido social completo no se logrará el progreso deseado»

necesitada de recursos humanos eficientes, gente bien formada que se quede aquí, que no tenga que salir fuera. Ahora es clave la Universidad, que debería fomentar vocaciones empresariales. Uno de los grandes retos de esta provincia es que su Universidad sea un semillero de empresarios. Sin un tejido social completo no se logrará el progreso deseado. Hay mucho que construir y que resolver: alta velocidad, hidrógeno verde, minería, agricultura, palacio de congresos y conexiones, sobre todo conexiones. No podemos seguir aislados.

- ¿Causas?

- Obviamente nuestros representantes políticos no han trabajado lo suficiente, de ahí el tremendo déficit de infraestructuras. Si tiramos de hemeroteca comprobaremos casos sangrantes de dejadez, oportunismo político… Fío todo a los nuevos universitarios, a gente que ya ha nacido en una ciudad más estable, más consciente de ella misma, gente que no tiene como aspiración irse sino quedarse. Para ello tenemos ya un centro universitario, por un lado, pero por otro nos falta una evidente mejora de las infraestructuras, estas son las claves de un futuro que es ya.

Después de más de tres décadas en la FOE, ha dejado su casa de la calle Palos para irse a vivir a Beas con Lina, su mujer también jubilada después de haber ejercido en el Hospital Juan Ramón Jiménez todos estos años. Allí tiene un buen grupo de amigos paisanos de su mujer, beasinos que han vuelto al pueblo tras haber desarrollado carreras profesionales fuera de Huelva o en la capital onubense. Antes de jubilarse ya tomó la decisión de vivir en una vivienda tradicional, de anchos muros, espaciosa y con patios. Ocupa su tiempo en el campo, gestionando algunas propiedades familiares, y en la Hermandad de Clarines, en la tesorería del Casino del pueblo, que también le han encomendado, o en el Consejo Económico Parroquial. Ocupado y feliz, lo dejo con su sonrisa de siempre, emplazándome para el próximo mes que nos volveremos a ver en Trigueros, para hablar de muchas cosas, pero siempre con Huelva de fondo. Es lo que suele ocurrir cuando se ama la tierra en la que vives.

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