La Junta trabaja en la elaboración de un «censo exhaustivo» en los asentamientos de Huelva

El Plan Easen busca actualizar la cifra de 390 residentes entre Lepe, Moguer y Lucena y tener datos concretos de cada persona para intervenir en su integración

Esta estrategia forma parte del plan para la erradicación de asentamientos y formales e inclusión social

El primer plan para la erradicación de los asentamientos de la Junta contempla un total de 79 propuestas

El chabolismo: una realidad contra la que los principales afectados empiezan a alzar la voz

Infraviviendas de un asentamiento chabolista de Lucena del Puerto M. A. F.
Mario Asensio Figueras

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La Junta de Andalucía viene trabajando desde hace casi un año en el primer Plan Estratégico para la erradicación de asentamientos informales y la inclusión social de personas residentes en zonas agrícolas de Andalucía conformados por población migrante (Easen). Uno de los puntos de partida de esta estrategia de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdades, es lograr a través de la Dirección General de Políticas Migratorias, que dirige Jesús Toronjo, un «censo exhaustivo» de las personas que viven en los asentamientos de la provincia de Huelva.

Así lo han destacado a Huelva24.com fuentes de la consejería que encabeza Loles López, que busca además de una cifra recabar información de dónde nació la persona, nombre y apellidos, sexo, edad, idioma, tiempo de residencia en España, si tiene estudios y cargas familiares y su situación laboral. «Es una radiografía completa que permite después actuar con medidas de inserción adaptadas a la realidad», indican.

La cifra de partida son los censos elaborados por los ayuntamientos y corroborados por el Servicio de Emergencias 112 Andalucía. El dato a actualizar son 390 personas que viven de manera permanente entre los asentamientos de Lepe, Moguer y Lucena del Puerto, donde se han reducido en los últimos años los asentamientos. La Junta indica que en los dos últimos años pasaron en Lepe de 17 a 9 los asentamientos chabolistas y en Moguer de 15 a 6.

Plan Easen

Este estudio sociológico se integran en el Plan Easen, que busca establecer una alianza estratégica que implique a todas las administraciones, empresarios, entidades y sindicatos, y articule recursos para que los habitantes de los núcleos chabolistas vivan como seres humanos y tengan la oportunidad de integrarse en la sociedad con plenos derechos.

El objetivo de la iniciativa es crear una respuesta adecuada a la realidad de cada municipio para una erradicación efectiva de este modelo indigno de vida. En el caso de la provincia onubense los puntos más destacados son localidades agrícolas como Lepe, Moguer, Lucena del Puerto y Palos de la Frontera, en cuyos ayuntamientos recae una gran responsabilidad al ser la administración más cercana. Con ellos se trabaja desde la administración andaluza para trazar un retrato de la situación concreta de cada municipio y sus asentamientos.

Asentamiento junto una zona de basura en el municipio de Lucena del Puerto M. A. F.

Desde la Dirección de Políticas Migratorias se ha venido realizando un estudio previo que ha supuesto la creación de hasta diez mesas sectoriales. En ellas han participado más de 50 instituciones y se han elaborado 79 propuestas en los ámbitos de vivienda, inclusión social, jurídico, comunicación y sensibilización, entre otras.

La estrategia, sostienen desde la Junta, pasa por erradicar los asentamientos antes de que se formen de manera estable, al inicio, para que no haga un efecto llamada sobre otros futuros integrantes de esa comunidad y que crezca hasta ser un nuevo foco de problemas. «Hay que trabajar con la gente y darle una alternativas. No pueden estar ahí, pero son personas», subrayan.

Inversión económica

La Junta ha movilizado un total de 3,4 millones de euros, con cargos a fondos europeos, para la adquisición de inmuebles, construcción, reforma o equipamiento de nuevos recursos públicos para la atención residencial de las personas migrantes. De esta línea de ayudas se han beneficiado los ayuntamientos onubenses de Lepe, Moguer y Lucena del Puerto y el almeriense de Níjar. Además, la Junta destinó 400.000 euros mediante una subvención a la residencia para trabajadores temporales de Lepe.

La respuesta tibia del Gobierno

La consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Loles López, señaló que tras la fase de estudio, la de conocimiento y la de consulta es el momento de la participación de las administraciones públicas, que deben dar pasos en un «análisis participado y consensuado».

Imagen - «Si el Gobierno central no se implica, no se podrá acabar con los asentamientos»

«Si el Gobierno central no se implica, no se podrá acabar con los asentamientos»

Loles López

Consejera de de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdades

Expuso que mientras que la administración andaluza ha dado un paso al frente, desde el Gobierno Español no hay claridad a la hora de sumarse a esta «cuestión de primer nivel». La situación, sostuvo, requiere de que «el Gobierno se implique de verdad y a fondo» porque «son personas y se merecen un trato digno». Tajantemente afirmó que «si el Gobierno central no se implica, no se podrá acabar con los asentamientos», ya que es el Ejecutivo quien tiene competencias en esta materia.

«No se trata solo de erradicar asentamientos chabolistas sin más, sino de dar una respuesta a estas personas con alojamientos dignos e itinerarios sociolaborales que les permitan tener sus propios proyectos de vida, porque hablamos de personas», enfatizó López.

Una realidad instalada hace 30 años

La proliferación de asentamientos con personas migrantes es una realidad en Huelva desde hace más de 30 años. Ciudadanos de otros países han llegado en busca de una vida mejor y se han encontrado habitando un limbo. Se han ido estableciendo en infraviviendas con la esperanza de encontrar trabajo en la campaña agrícola y han acabado malviviendo en unas condiciones precarias e indignas. Rodeados de basura, aislados, sin agua corriente ni luz, con escasa protección del frío o del calor, pasto de frecuentes incendios y otras situaciones de inseguridad. Ésa es su rutina.

El no mirar para creer que no existe ha sido durante demasiado tiempo la respuesta por gran parte del resto de la sociedad. Otro segmento, como asociaciones, ONGs, voluntarios y algunas administraciones, sí han ido sumando para intentar sacar a estas personas de la invisibilidad, pero la situación es compleja y nunca ha sido suficiente para que desparezcan del todo estas poblados de la miseria.

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