Huelva acoge la construcción de un nuevo monasterio en plena sequía de vocaciones
Una pedanía de Zalamea la Real recibe a las hermanas de la Familia Monástica de Belén tras casi una década asistiendo únicamente a cierres de conventos
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La diócesis de Huelva se prepara para la inauguración de un nuevo monasterio, Nuestra Señora de la Bondad de Dios, de la Familia Monástica de Belén, en Zalamea la Real. Este proyecto supone la excepción a la regla en un contexto de fuerte crisis vocacional, ya que el último monasterio que se abrió en la diócesis data de agosto de 2015, en Cumbres Mayores. Este nuevo espacio de contemplación y oración será iniciado por un equipo de cuatro hermanas que ya trabajan en la preparación del terreno.
La llegada de las Hermanas de Belén a la pedanía zalameña de Marigenta es fruto de una decisión tomada tras cerrar su monasterio en Jerez de la Frontera. Según explican, se sintieron guiadas por la «estrella de Belén» hacia este nuevo emplazamiento, descrito como un lugar de paz y recogimiento. Bajo la dirección de la hermana Sol Miriam, vicaria in capite, las cuatro religiosas –Yohanan, Christ Gracia, Salvada y Sol Miriam– desarrollarán su vida comunitaria y espiritual en el monasterio. Su objetivo principal será servir como espacio de oración, intercesión y acogida para quienes buscan la soledad y la conexión con lo divino. Inspirado en las tradiciones litúrgicas latinas y orientales, confían en que el lugar también sea un referente espiritual para los vecinos de la zona.
A pesar de la buena noticia que supone este proyecto para la diócesis de Huelva, el panorama general de la vida religiosa en España continúa marcado por los cierres de comunidades. En los últimos años, varias congregaciones de la provincia han abandonado la diócesis, como las Carmelitas Teresas de San José en Lepe, las Hermanas de la Providencia de Santa Olalla del Cala, y las Franciscanas del Buen Consejo de Cartaya, estas últimas cerrando en agosto de este año.
El fenómeno no es exclusivo de Huelva: a nivel nacional, el envejecimiento de las comunidades religiosas y la falta de nuevas vocaciones han forzado a muchas congregaciones a reducir su presencia, especialmente en zonas rurales.
Financiación: buscando el milagro
La construcción del monasterio de Nuestra Señora de la Bondad de Dios requerirá un esfuerzo económico importante. El presupuesto estimado de la primera fase asciende a casi 700.000 euros, de los cuales apenas se han recaudado 725 euros a través de 12 donaciones iniciales, por lo que las hermanas precisarán de algo parecido a un milagro para completar el proyecto.
La financiación provendrá en gran parte de donaciones gestionadas por la Fundación Contemplare, que apoya la vida contemplativa en España. Con un objetivo inicial de 100.000 euros, las hermanas hacen un llamamiento a los onubenses y a todos los interesados en colaborar, ya sea a través de aportaciones económicas o apoyo logístico.
La primera fase de la construcción incluirá un espacio de 381 m² con capilla, celdas, cocina y una sala principal, rodeadas por un claustro. Este diseño refleja la espiritualidad de las Hermanas de Belén, basada en «el silencio, la comunión litúrgica y la vida fraterna».
La apertura de este nuevo monasterio no solo es una señal de esperanza para la diócesis, sino también un recordatorio del valor de la vida contemplativa en tiempos de crisis, como lo explica la la hermana Laure Marie, priora general de las Hermanas de Belén, «este lugar de oración está dedicado a llevar en silencio las intenciones de la Iglesia y del mundo, ofreciendo un espacio de acogida a quienes buscan encontrarse con Dios y experimentar su bondad».