La Doñana que fue antes de las llamas, más cerca de volver: así avanza la restauración del espacio
Esta semana, aprovechando el periodo de lluvias que comienza, se ha dado un nuevo impulso a la restauración de la zona afectada por el devastador incendio de Las Peñuelas
Una nueva plantación de 55.000 árboles viene a complementar la segunda fase del plan de regeneración, que culminará en junio de 2025
La gran operación para regenerar Doñana: 55.000 árboles nuevos en zona quemada
Cerca de tres años para el Plan de Restauración de las zonas afectadas por el incendio de Doñana

El entorno de Doñana ardió, en junio de 2017, durante varios días. El incendio que se inició en la zona de Las Peñuelas, en término municipal de Moguer, el 24 de junio rondando las nueve de la noche, no se dieron por extinguidas totalmente hasta el 4 de julio a las 13.30 horas. Entre un día y otro, más de 10.000 hectáreas fueron asoladas por las llamas, que afectaron a cuatro términos municipales del área de influencia de Doñana, además de al propio Parque Natural.
Siete años después, el alcalde de Moguer, Gustavo Cuéllar, celebraba hace unos días que, muy poco a poco, el entorno empieza a recuperarse y a dejar entrever lo que un día fue y, con suerte -aunque habrán de pasar varias generaciones-, volverá a ser.
Y es que tras las primeras actuaciones de emergencia, los planes de restauración diseñados para la recuperación de la zona avanzan no sólo gracias a la intervención de la Junta de Andalucía, sino con un papel destacado de la colaboración público-privada y de las organizaciones del tercer sector, volcadas también en tratar de devolver lo antes posible su esencia a este paraje único en Europa.
En este contexto se presentaba esta semana la iniciativa para plantar 55.000 árboles en 137 hectáreas de las afectadas en término municipal de Moguer. Detrás de la misma se encuentra la Fundación Cepsa, encargada de la donación de los ejemplares que se plantan y gestionan en base a los criterios establecidos en los planes de restauración que se vienen desarrollando en los últimos años, con dos fases actualmente a punto de culminar.
Tal y como explicaba esta semana el delegado territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul del gobierno andaluz en Huelva, Pedro Yórquez, tras unas primeras actuaciones de emergencia consistentes en eliminar árboles quemados y retirar los elementos destrozados, se iniciaron «dos fases que ya son de regeneración, de restauración. La primera sobre determinados términos municipales, que está ya próxima a su finalización, y simultáneamente se ha iniciado la segunda porque afecta a otras áreas, y que se encuentra en un grado de ejecución del 70% aproximadamente, con lo que se prevé su finalización para junio de 2025».

Una fecha que se ha dilatado frente a la inicialmente prevista -noviembre de 2024- por la climatología, ya que «no podemos plantar en épocas de calor extremo, y están se están haciendo cada vez más largas, lo que casi nos impide trabajar entre los meses de mayo y octubre».
Una Doñana más resiliente
Tal y como han explicado esta semana desde la delegación y la Fundación Plant for the planet, que tienen una comisión de seguimiento de estas reforestaciones para tratar de garantizar su éxito, una de las funciones de estas plantaciones que se vienen desarrollando es «hacer el entorno de Doñana más resistente, más resiliente a las consecuencias del cambio climático. El proyecto de reforestación de Doñana tiene una comisión de seguimiento del proyecto de plantación en la que se decide de acuerdo a criterios técnicos las especies que se van a plantar, cómo y dónde, en qué densidades, y las metodologías que se usarán», explicaba Jordi Juanós, director de Plant for the planet.
«No es una cosa de ir allá, hacer un agujero y poner un árbol, sino que tiene todo un estudio detrás por parte del departamento forestal que decide qué especies se van a plantar, siempre con esos criterios de resiliencia. El cambio climático afecta a todo, por lo que se siguen siempre criterios técnicos y científicos», abundaba Pedro Yórquez.
Igualmente, para recuperar un espacio que ha sufrido tal devastación no basta con plantar, sino que hay que realizar todo un seguimiento de esas plantaciones «para asegurar la supervivencia de estos árboles y la continuidad de la acción. Si plantamos hoy pero nos olvidamos y no tenemos esa labor permanente de cuidado, corremos el riesgo de que la plantación quede en un acto muy bonito pero las generaciones futuras no vean el resultado».
Colaboración público-privada
Por su parte, la Junta de Andalucía está pendiente de poner en marcha -siempre en base a los criterios climatológicos comentados, por lo que «es muy difícil dar una fecha concreta»- la que sería la tercera y última fase de restauración, que supondría actuaciones en los términos municipales de Lucena del Puerto y Almonte.

Además, tras la plantación anunciada esta semana promovida por la Fundación Cepsa se ha querido poner en valor la colaboración de las entidades privadas en la recuperación del espacio natural. «Esta va a ser la cuarta temporada que nosotros estamos actuando en el espacio de Doñana, donde se han restaurado aproximadamente unas 1.800 hectáreas con fondos privados que complementan lo que está haciendo el Gobierno andaluz», explicaba Juanós, que valoraba que con la nueva aportación «se añaden otras 137 hectáreas con el esfuerzo de donantes privados, que complementan el trabajo que se está haciendo para restaurar todo el espacio de Doñana».
Un espacio que está más cerca de volver a ser el que era antes de las llamas, aunque con suerte más resistente a los escenarios futuros que se plantean.