¿Qué es una dana y cómo funcionan los avisos de la Aemet?
Cuando estamos ante una depresión en niveles altos de la atmósfera, una DANA, este proceso tiene una especial intensidad
Con el aviso rojo, el nivel máximo de alerta, el riesgo es extremo y pueden producirse fenómenos altamente inusuales y de gran intensidad que son un riesgo para la seguridad de las personas
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En niveles altos de la atmósfera la presión no es, como es fácil adivinar, uniforme. Cuando se unen los puntos de igual presión, los de trescientos o quinientos hectopascales, se conforma una superficie que podría compararse, para entendernos, con el relieve de la Tierra. Hay elevaciones y hay depresiones. Una depresión a esas alturas, y téngase en cuenta que los quinientos hectopascales de presión suelen estar a unos cinco mil quinientos metros de altura, y recuérdese que a esa altura la temperatura es más o menos treinta y ocho grados más baja que en la superficie, luego el aire que esa depresión y a esas alturas, tiene encima, o en su interior, como prefieran, aire frío, o más bien muy frío.
Pues bien, el aire frío está más condensado y pesa más, o para ser más exactos ejerce mayor presión, que el aire caliente, que está expandido y por lo tanto ejerce su presión sobre una superficie mayor, más repartida. En consecuencia, el aire que pesa más, el aire frío, tiende a descender y ocupar el lugar que deja el aire más cálido, que pesa menos. De este modo se producen, además de fricciones, tormentas, rayos y truenos, aparato eléctrico debido a esa fricción, lo que ahora más nos preocupa, tremendas precipitaciones, veamos por qué.
Masas de aire a distinta temperatura
Tenemos una masa de aire frío que desciende y otra cálida que asciende, pues dos masas de aire de distinta temperatura no se funden ni se unen, sino que actúan como el agua y el aceite. El aire cálido, cargado de humedad, empieza a ascender y a entrar en alturas con temperaturas mucho más bajas, con lo cual se contrae. Es en este momento cuando las partículas de agua que contiene ese aire caliente comienzan a unirse, lo cual podemos ver, pues no se produce otra cosa que una nube. Al seguir ascendiendo esa masa de aire continúa encontrando temperaturas cada vez más frías, con lo cual se contrae más, y es cuando empezamos ver nubes oscuras. Cuando ya no se pueden contraer más, cuando son incapaces de contener tanta humedad, se rompe y precipita. Este es el comportamiento de una borrasca normal y corriente.
Cuando estamos ante una depresión en niveles altos de la atmósfera, una DANA, este proceso tiene una especial intensidad. Si además esa masa de aire cálido tiene la posibilidad de recorrer mares, pues cargará más humedad. Si esos mares, como ocurre con el Mediterráneo, tienen unas temperaturas anormalmente altas debido al calentamiento global y a la contaminación, pues la humedad que arrastra esa masa de aire es mayor, pudiéndose dar situaciones catastróficas.
Los avisos de la Aemet
La Agencia Estatal de la Meteorología, tiene establecidos tres distintos tipos de avisos, según la incidencia que los distintos elementos meteorológicos puedan influir en nuestras vidas. El primero de ellos es de color amarillo y no indica que tengamos que hacer nada fuera de lo normal, sino simplemente estar atentos a la posible evolución de esos elementos, ya sea calor, viento o lluvia, que puedan distorsionar nuestro día a día.
El segundo, que tinta en esta ocasión de color naranja las zonas de España afectadas, está avisando de que podrían producirse fenómenos no meteorológicos con algún grado de peligrosidad, sobre todo para actividades al aire libre, con lo cual es recomendable estar preparados e informados en todo momento de las actualizaciones en la predicción meteorológica de la agencia.
Por último, el aviso rojo, el nivel máximo de alerta, es ya mucho más serio y pone en conocimiento de los servicios de Protección Civil y de todas las administraciones, que deben estar listas para actuar, pues el riesgo es extremo y pueden producirse fenómenos altamente inusuales y de gran intensidad que son un riesgo para la seguridad de las personas. Olas de calor con temperaturas extremas, fuertes vientos, tornados, lluvias torrenciales… que hacen recomendable evitar a toda costa desde desplazamientos innecesarios hasta tomar medidas para asegurar las viviendas de cada cual, desde cerrar firmemente ventanas a destapar usillos.
El aviso rojo debe llevar parejo que en cada hogar de la zona afectada se tengan preparados elementos esenciales, como un botiquín, pastillas que se toman habitualmente para evitar tener que salir a buscarlas o agua y comida. Estos avisos rojos no son muy comunes, como podrán entender, y nos lleva a seguir las instrucciones de Protección Civil, tan útil en estos casos, o a tomar en consideración protecciones o precauciones que no se suelen tener en cuenta, como proteger los dispositivos eléctricos y electrónicos, en el caso del hogar, o por supuesto no recorrer ramblas, barrancos o cauces secos en general.Estos son los tres avisos de la Aemet y que tanto se pervierten o mal interpretan a veces.
En el caso de terremotos y maremotos
En el caso de los terremotos y, en el caso de maremotos, posteriores tsunamis, hay otra serie de recomendaciones que son inherentes al sentido común. Alejarse de la línea de costa, o procurar evitar situarse en lugares que puedan recibir impactos de elementos afectados por el temblor, como cornisas, balconadas o torres de edificios antiguos. Lo aconsejable, en el caso de Huelva, es subir a un tercer piso o acudir a un lugar por encima de la cota de los treinta metros, prácticamente toda la ciudad a excepción de las zonas más bajas, como el centro o las Colonias. En los pueblos costeros lo tienen más complicado y solo media hora para encontrar lugares seguros. El déficit de infraestructuras viarias será una trampa mortal con toda seguridad, aunque desde la administración e históricamente, no se tiene en cuenta esto, sino todo lo contrario. Entienden el sector turístico como el desarrollo urbanístico a toda costa, nunca mejor dicho, y eso no es lo correcto..