Crisis y oportunidades en el rompecabezas de la falta de agua en la provincia de Huelva
Un experto analiza para Huelva24.com las diferentes opciones sobre la mesa para un mejor aprovechamiento de los recursos hídricos
Apuesta por desarrollar con depuradoras un ciclo integral completo y que las aguas regeneradas de las poblaciones se reinvierta en la agricultura
Desaladoras, trasvases, embalses y acuíferos, así como el consumo responsable de la agricultura, la industria y los ciudadanos, están en el foco
«Tenemos la oportunidad de cambiar las cosas para hacerlo mejor y más sostenible», resalta

El agua es oro. Siempre lo ha sido pero en el contexto de sequía actual gana peso la idea de que es un bien preciado que debemos cuidar entre todos. Se manifiesta el cambio climático con lluvias más escasas y temperaturas medias más altas. Esto se traduce en restricciones para productores y ciudadanos. Los agricultores, en pie de guerra, reaccionan yendo de tractorada en tractorada. Las administraciones buscan soluciones entre medidas de ahorro e inversiones en infraestructuras hídricas, pero nada es la panacea y sobre todo, nada es inmediato.
La provincia de Huelva no es una excepción en este panorama, un rompecabezas donde es necesario encajar la demanda y la necesidad con las medidas de control y optimización para que no se agoten los recursos. Menos hacer que llueva más, hay toda una serie de aspectos en los que una correcta intervención puede marcar la diferencia.
Un experto en recursos hídricos y Ciencias Ambientales analiza para Huelva24.com sobre el tablero todas las piezas que pueden moverse para combatir el déficit hídrico. Considera que esta crisis abre también una oportunidad para hacer las cosas mejor que hasta ahora y teme que cuando este periodo pase caigan en el olvido las acciones positivas garantes de un entorno más sostenible. Sobre la mesa están depuradoras, embalses, trasvases, desaladoras y acuíferos, así como el uso del agua de sectores económicos claves como la agricultura y la industrial, además del de los ciudadanos. «Tenemos la oportunidad de cambiar las cosas para hacerlo mejor y más sostenible», resalta.
Proceso de adaptación
«Creo que hay oportunidades dentro de las debilidades que tenemos como provincia y saber que nos tenemos que acostumbrar a estos periodos de sequía prolongados. Antes eran tres años de sequía y siete de agua y cada vez eso se está convirtiendo en un proceso más largo», manifiesta este experto, que recuerda la gran sequía de 2005. Ante esto considera que «cada uno en su parcela se tiene que poner las pilas y no podemos estar echándonos las culpas unos o a otros».
Este profesional del Medio Ambiente resalta que «llevamos un periodo de sequía bastante largo» y que aunque las precipitaciones de enero y febrero están sobre la media, no hay que olvidar el panorama de subida de temperaturas en su media anual. Aquí fija el punto de partida, porque «esto hace que haya más evapotranspiración y que los recursos hídricos que almacenamos en embalses tengan unas grandes pérdidas». También causa que sea menor «la capacidad de resiliencia de la vegetación, que está más estresada desde el punto de vista hídrico por las temperaturas altas al perder la humedad del suelo mucho antes».
«Una mayoría del agua que se pierde lo hace por las canalizaciones. Más de un 40%«
Resalta un aspecto del que no se habla y es que «una mayoría del agua que se pierde lo hace por las canalizaciones. Más de un 40%. Tenemos una red de canalizaciones hídricas bastante defectuosa y es donde deberían hacer el esfuerzo con inversiones las administraciones».
Indica que junto a las condiciones climáticas, tenemos una disponibilidad hídrica menor que en otros años porque el consumo es más alto. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), desde los años 80 hasta ahora se ha triplicado el consumo medio de agua por familia. A esto hay que sumar que el peso de sectores económicos muy importantes en Huelva como la agricultura y la industria tienen una destacada demanda de agua.
En el terreno agrícola, señala que en los últimos 20 años se ha producido una progresiva sustitución de cultivos de secano más adaptados a las condiciones climáticas de Huelva por otros de regadío que requieren de más agua.

Propone como alternativa o complemento a los cultivos mayoritarios en la provincia otros que también pueden tener rentabilidad económica y menos demanda hídrica, como la producción de almendra o de pistacho, que «están dando muy buen resultado», así como el algarrobo, que es un sector productivo importante en la economía de Portugal y que en la provincia cayó en desuso. «Funciona bien y tenemos olvidado. Tiene un tipo azúcar que no tiene problemas para los diabéticos y está siendo cada vez más utilizados en sus platos por los cocineros», apunta.
También pone el foco en el olivar, cuya rentabilidad es palpable. «Este año en la Sierra de Aracena se ha recogido más aceituna que castaña. Hace 40 años que no se sacaba la aceituna en la mayoría de olivares. Tenemos la oportunidad de que todo eso vaya en ecológico y a la vez sea el sustento de familias del mundo rural», dice citando un ejemplo concreto.
Remarca que la apuesta por cultivos «más étnicos» y por tanto mejor adaptados a condiciones climáticas y plagas, también se hace evidente en la situación de crisis generada por la guerra en Ucrania. «El garbanzo, la lenteja, el trigo y otros cereales son productos valorados en el mercado y resilientes ante lo que pueda venir, por lo que deberían potenciarse».
En cuanto a la industria, Huelva está en el epicentro de la gran revolución que supone la producción de gran escala de energía limpia con el hidrógeno verde. Cuenta con grandes proyectos, inversiones multimillonarias y un horizonte de creación de 10.000 empleos de ahora a 2030. En sus procesos el agua también tiene un protagonismo importante. Con la electrólisis se extrae el hidrógeno del agua y se libera oxígeno. De este modo, asociada a esta industria pueden construirse infraestructuras hídricas como desaladoras, que la Junta de Andalucía también contempla en un plan específico entre su medidas para combatir la sequía.
Desaladoras
Al respecto de estas instalaciones, el experto detalla que «las desaladoras pueden ser una solución pero requieren de una energía brutal para funcionar, por lo que debería estar apoyadas por sistemas energéticos sostenibles, como plantas fotovoltáicas y también se están hablando del hidrógeno verde». A esto suma que produce como residuo, la salmuera, con el doble de salinidad que el mar y que ha creado «problemas de impacto ambiental en el Mediterráneo en la posidonia oceánica y especies de peces». No obstante, cree que probablemente el impacto sea menor en el Océano Atlántico.
«Producir un litro de agua en una desaladora es mucho más caro que poner en marcha otras medidas de contención»
Desde el punto de vista económico resalta que «producir un litro de agua en una desaladora es mucho más caro que poner en marcha otras medidas de contención».
Trasvase del Alqueva
También de actualidad está la posibilidad de que se realice un trasvase de agua desde el embalse del Alqueva, que comparten Portugal y España, hacia la provincia. La Junta de Andalucía lo ha solicitado al Gobierno de España y de momento las negociaciones con las autoridades lusas no van por buen camino. «Es la guerra del agua y se se viene hablando de ella desde hace muchos años. El recurso hídrico es un bien público que debería estar controlado por las administraciones y que debería ser solidario y más en cuencas internacionales como las del Guadiana», afirma. También tiene en cuenta que desde Portugal hay una alta demanda de agua por el uso intensivo de regadío para el olivar.

Señala otros sistemas como la toma de agua dulce del caudal del río Guadiana que se realiza en la presa del Chanza para rellenar el pantano cuando baja la marea, que se viene realizando desde los años 90.
Depuradoras
Muestra su predilección por la apuesta de usar aguas depuradas para el riego agrícola, que están promoviendo comunidades de regantes con la autorización por parte de la administración autonómica. La Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Niebla y Gibraleón ya surten a productores de varios municipios y desde finales de año figura en el BOJA la autorización para la de Huelva capital.

Detalla que el agua regenerada se obtiene del tratamiento en la depuradora del agua residual de los núcleos poblacionales. Se descontamina con un primer proceso en el que se le retiran los sólidos. En el secundario se realiza un tratamiento químico y a partir de ahí el agua se devuelve a los ríos. Si se aplica el terciario, «el bacteriano, el más importante», se acaba con bacterias y virus y el agua pasa a ser «totalmente potable». Un cuarto proceso adicional se centra en la eliminación de contaminantes específicos.
«Creo que es una solución mucho más barata que la desalinización y responde totalmente a la idea de reciclaje, de economía verde y circular«
«Creo que es una solución mucho más barata que la desalinización y responde totalmente a la idea de reciclaje, de economía verde y circular. De este modo se cierra el ciclo. Se usa el agua y se aprovecha para la agricultura», señala el experto. Agrega que este uso hace que «la red hidrológica sea menos centralizada y con muchos menos kilómetros. Las tuberías que hay que montar son mínimas en comparación con grandes infraestructuras como el túnel de San Silvestre».

Subraya que se trata de «una inversión para aprovechar todo el ciclo del agua» y recuerda que «los municipios más grandes de la provincia de Huelva están asociados a esas zonas de cultivo». Entre ellos se encuentran Cartaya, Lepe, Moguer, Bonares, municipios más grandes que los de El Andévalo y la Sierra. «Es una oportunidad y son infraestructuras que se pueden autogestionar con el control de calidad de las autoridades».
Cabe recordar que en Andalucía la reutilización de las aguas residuales requiere de una concesión administrativa. Desde 2007 está regulado a nivel nacional estas acciones con el Real Decreto 1620/2007. Desde el Ministerio de Sanidad se destaca que cumpliendo lo dispuesto en este decreto estas aguas son seguras de usar.
Desde finales de año la Consejería de Agricultura hizo público en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) una resolución de concesión de aguas públicas reutilizadas para el riego agrícola en los términos municipales de Huelva y Gibraleón.
Presas y acuíferos
En cuanto a los proyectos de presas como la de Alcolea, comenta que tanto el río Tinto como el Odiel son industriales por su alto contenido en «aguas ácidas y metales pesados», por lo que en su opinión que «gastar dinero en construir una presa para luego descontaminar esas aguas va a costar más que aprovechar la de los municipios».
Otra alternativa poco común en Andalucía es la de recarga de acuíferos. «Tenemos una visión muy antigua de cómo debemos de mantener los recursos hídricos. El uso de pantanos tiene un problema de colmatación y de evaporación bastante importante».
Es por eso que plantea que donde haya «acuíferos que se encuentren en buenas condiciones pueden ser recargados y son reservas hídricas para momentos de sequía porque no se evapora y se mantienen en condiciones. Va a tener un consumo mínimo de la arboleda y las especies vegetales que haya encima con respecto a las pérdidas que hay por evaporación».
Medidas, ahora
«No estamos tan mal como en otros lugares, pero que tenemos que hacer es empezar a tomar medidas y creo que es el momento de que las administraciones», sostiene el ambientalista, que hace hincapié en que «el problema va a llegar cuando tengamos dos años en los que llueva bien. Se nos va a olvidar que hemos pasado una sequía y volveremos a los malos hábitos».
Es por ello que insiste que con las medidas adecuadas «creo que hay agua para todos los sectores económicos de la provincia de sobra».