Así son los cinco faros más bonitos de la provincia de Huelva que debes visitar
Estas torres elevadas han echado raíces en el paisaje costero onubense para ser iconos de sus idílicas postales
Ejercen de claros puntos de referencia para embarcaciones y también para turistas y locales, que puedes disfrutar de unas vistas privilegiadas
El pueblo marinero de Huelva que tiene dos faros
Visitas guiadas al faro de El Rompido: horarios, entradas y reservas

De los periplos a las travesías. La historia de la navegación se ha forjado a base de valentía. De ir cada vez un poco más allá, con los recursos disponibles en cada época. Desde la antigüedad egipcios, fenicios y griegos fueron reconociendo el entorno del Mar Mediterráneo y más allá y en esa exploración fueron dejando marcas reconocibles. Montañas de piedra que avistar con facilidad desde las embarcaciones de día y a las que se les proveyó de hogueras para ser la estrella más brillante en el puerto de noche. El famoso faro de Alejandría o El Coloso de Rodas pasaron a la historia por su monumentalidad y esa herencia funcional y patrimonial la poseen los faros más modernos.
Hoy día los faros suman a la función básica una estética y paisajística. En una foto de postal veraniega hay elementos que quedan geniales en el encuadre. Necesitamos el mar, la arena y como elemento que domina sobre un espacio y otro y apunta al cielo están los faros. La provincia de Huelva cuenta con distintos faros con mucho encanto, cuya imagen es indisoluble de su entorno. Son grandes emblemas del destino, un icono reconocible.
El Patronato Provincial de Turismo de Huelva ensalza los faros que se elevan sobre la costa de la Luz onubense en una publicación que indica que visitantes y oriundos no deberían dejar de visitarlos. De hecho, aconseja una ruta turística en la que ir de faro en faro. Cada uno tiene su historia y una bella estampa que llevarse de recuerdo.
Visitar este faro es una de las propuestas en una parada en la localidad costera de Isla Cristina, un enclave de sol, playa, buena gastronomía y encanto.

Al contrario que otros faros, situados en puntos aislados, el isleño está plenamente integrado en la ciudad, con viviendas y establecimientos a sus pies, rodeado de barcos y bañistas entre los que no para de curiosear con su visita omnipresente.
Este faro fue construido en el siglo XIX y es toda una joya de esa época. Entró en funcionamiento en 1902 y ofrece unas vistas impresionantes tanto del mar como de la población en la que se alza. Supone un punto de referencia inconfundible para los navegantes y para los turistas.

Arquitectónicamente es muy singular. Se trata de una torre octogonal de unos 20 metros de altura adosada a una vivienda, realizada con sillería encalada con bandas de ladrillo en sus vértices. El faro se ubica junto al parque público de Mazagón, a 600 metros del mar, y a una cota de 30 metros. En el interior del edificio se realizan habitualmente actividades culturales. En Navidad, a su alrededor se instala cada año un belén viviente muy visitado.
En el núcleo costero de El Rompido, en el término municipal de Cartaya, hay dos faros cercanos al puerto. En 1861 se construyó el primero sobre parte del antiguo castillo de San Miguel. Funcionó hasta 1976 y ahora es biblioteca y centro cultural. Le dio el relevo un nuevo faro, que cumple a la perfección con sus funciones.

El antiguo faro venía a balizar la desembocadura del Río Piedras a la altura de la flecha donde se encontraba la Punta del Gato. De forma troncocónica y linterna decagonal, tiene una altura de 13 metros y un alcance de iluminación de 16 millas. A partir de 1930 y por el mayor alcance que va adquiriendo el faro de Mazagón va perdiendo importancia, por lo que se sustituye su alumbrado por uno permanente de acetileno.
El nuevo faro obedece a que, dada la situación, se necesitaba un faro de mayor altura, 31 metros, que permitiera completar el arco de navegación desde Ayamonte a Huelva. Su alcance es de 24 millas y es de forma cilíndrica y de hormigón armado.
Se inauguró en esta playa inserta en el Parque Nacional de Doñana en 1994 y alcanza una altura de casi 50 metros. Es el faro más nuevo de la provincia de Huelva y se muestra imponente sobre la costa.

Está ubicado entre el faro del Picacho y las luces de enfilación del río Guadalquivir. Su zona de influencia engloba desde las proximidades del Picacho hasta la Torre Zalabar.
Faro del Espigón
En el extremo final del Dique Juan Carlos I se encuentra el Faro del Espigón, como la playa a la que presta su luz. Fue inaugurado el 3 de octubre de 1983 y funciona con energía solar. Junto al de la playa de Mazagón, situado al otro lado, forman una baliza de referencia para los barcos que desde el mar se adentran en la ría onubense y llegar al puerto de Huelva.
La Autoridad Portuaria de Huelva cerró en 2016 al tráfico de vehículos de motor la parte del Dique Juan Carlos I, que carece de carretera de servicio, y por la que sólo se accede al faro y sólo pueden transitar vehículos de mantenimiento de esta infraestructura.