¿Por qué tiran jamones y paletillas en Trigueros en las Fiestas de San Antonio Abad?
Se trata de una de las celebraciones más peculiares que tienen lugar en España y para entender su significado hay que remontarse al siglo XVIII
Entre sus singularidades también está la unión de los religioso y lo civil, pues de hecho se mantuvo la procesión del santo durante los años de la II República

Las últimos días de enero en Trigueros, las fiestas en honor a San Antonio Abad, sumergen a esta localidad onubense en una de las celebraciones más peculiares de España, donde lo religioso se mezcla con lo civil y donde destacan sus famosísimas 'tiradas', una tradición arraigada en la historia del lugar.
La tradición de las 'tiradas' en honor a este santo se remonta al siglo XVIII y hunde sus raíces en la necesidad de repartir alimentos entre los pobres, que por entonces conformaban una buena parte de la población. Estas limosnas han evolucionado a lo largo del tiempo, convirtiéndose en una competición entre la juventud del pueblo por «recoger» los objetos más preciados lanzados desde balcones y ventanas.
Las preparaciones para estas festividades comienzan el Día de Reyes, con la suelta de cochinos destinados a la rifa, seguida por eventos como la celebración de Las Candelas y Las Novenas. El punto culminante llega el sábado con el «Traslado» del patrón desde su capilla a la parroquia, marcando el inicio oficial de la festividad. El domingo, la bendición de los animales y la solemne Procesión de Tercia ocupan las calles, pero es durante este recorrido cuando se producen las 'tiradas', uno de los momentos más esperados y distintivos de las celebraciones.
Las 'tiradas' eran inicialmente ofrecidas por familias pudientes y el Ayuntamiento, atrayendo a necesitados de localidades cercanas. En la actualidad, la participación se ha democratizado, involucrando a familias de diversos niveles económicos que, en muchos casos, se unen para llevar a cabo estas ofrendas. Incluso en el Ayuntamiento, donde antes eran los caciques y posteriormente los afines al régimen franquista quienes realizaban las tiradas, ahora participan diversas familias, reflejando el cambio social experimentado durante el último medio siglo.
El inicio de las 'tiradas' se anuncia con el disparo de un cohete desde el lugar designado. Los jóvenes triguereños, conocedores de los puntos estratégicos, colocan plataformas en lugares propicios para «recoger» los lanzamientos. Cuando el cohete se eleva, la multitud espera bajo balcones y ventanas para recibir pan, pelotas, camisetas, chucherías, chorizo, bacalao e incluso jamones o paletillas. Las roscas de San Antonio Abad suelen ser el último lanzamiento, disputadas por los receptores con entusiasmo. Un segundo cohete marca el fin de la 'tirada', seguido por aplausos en señal de gratitud.
Limosna transformada en espectáculo
Aunque las limosnas originales se destinaban a los más necesitados de la localidad en forma de alimentos, ropa y dinero, las 'tiradas' actuales se han convertido en un espectáculo donde la comunidad se une en una muestra de generosidad y devoción. Es común ver a familias, grupos de amigos, e incluso instituciones como el Ayuntamiento participando activamente en este evento.
La peculiaridad de esta festividad radica en la fusión de lo religioso y lo civil. A pesar de ser un acto religioso, las 'tiradas' son organizadas por el ayuntamiento, subrayando la conexión arraigada entre el pueblo llano y su patrón. Esta tradición ha resistido el paso del tiempo, incluso en 1932 cuando muchas localidades prohibían procesiones religiosas, las Fiestas de San Antonio Abad continuaron, con el patrón procesionando incluso con su carné de la UGT.