Doñana se pinta de verde: radiografía del antes y después de las lluvias

Las intensas precipitaciones reactivan el sistema de arroyos y permiten que vuelvan a alimentar las marismas

Abel Valero destaca que aunque ahora cuentan con «imágenes que pueden resultar espectaculares», Doñana sigue en déficit y debería presentar «más inundación para las fechas en las que estamos»

Histórico enero en Doñana: las lluvias acumuladas no se registraban desde hacía una década

Imagen por satélite de Doñana en octubre de 2024 y enero de 2025 ICTS Doñana
Mario Asensio Figueras

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Las lluvias en lo que va de 2025, especialmente la de los últimos días de la borrasca Gaoré, han transformado el paisaje de Doñana, que ha pasado a tener más zonas inundadas. La imagen captada por el satélite Senitel II en octubre de 2024 presenta un rostro árido que contrasta con la instantánea de enero de 2025, en la que el espacio natural rebosa verde por el agua acumulada. Los sistemas de seguimientos manuales y automáticos del espacio natural han llegado a registrar en sus estaciones más de 300 litros desde el 1 de enero -algo no visto desde hace 10 años-, situación que ha reactivado el sistema de arroyos que alimentan su marisma. 

Así lo manifiesta a Huelva24.com Abel Valero Lancho, responsable técnico de datos automáticos la Infraestructura Científica-Técnica Singular (ICTS)de Doñana, perteneciente a la Estación Biológica y adscrito del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

«Hemos tenido la suerte que ha llovido mucho en los últimos 10 días. Eso hace que la marisma se empape y se encharque y se ha activado todo el sistema hidrológico, todos los aportes fluviales de las marismas de Doñana, que tienen el problema de que dependen casi exclusivamente del aporte de la lluvia», señala el experto.

Imagen principal - Imágenes del satélite Sentinel II a su paso por Doñana. Arriba, en octubre de 2024 y abajo en enero de 2025
Imagen secundaria 1 - Imágenes del satélite Sentinel II a su paso por Doñana. Arriba, en octubre de 2024 y abajo en enero de 2025
Imágenes del satélite Sentinel II a su paso por Doñana. Arriba, en octubre de 2024 y abajo en enero de 2025 ICTS DOÑANA

Recuerda que antiguamente el «principal aporte» fluvial de las marismas era el río Guadiamar, que tiene «una cuenca enorme», y que llegaba «originalmente al corazón de la marisma». El caño de Guadiamar, que entraba en el límite entre las marismas de Hinojos y Aznalcázar, se modificó en la zona norte por los arrozales y en 1998 a raíz de los vertidos del desastre ecológico de Aznalcóllar se construyó un muro de contención desde la zona de Caracoles hasta el río. No obstante, en 2015 la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir realizó unas obras de permeabilización en el muro y por esa vía también ha llegado agua a las marismas.

«Como ha llovido muy de golpe se ha activado el río Guadiamar y gracias a la obra de permeabilización también se ha conseguido que el agua salte hacia adentro y se inunden las marismas del Travieso de Aznalcázar», indica Valero. También subraya que las intensas lluvias concentradas en un corto espacio de tiempo ha reactivado los arroyos que convergen en El Rocío, como el arroyo de la Rocina, así como los sotos de la parte de los campos de los Mimbrales, entre otros, que llenan la marisma de Hinojos. Todas estas zonas estaban secas desde los últimos meses del pasado año.

También destaca que ha llovido mucho en la corona norte de Doñana, una zona de arenosa y que permite que haya «mucha infiltración hacia el acuífero», que está «a un nivel muy bajo», castigado por las masivas extracciones en todo el extrarradio. Reseña que el Espacio Natural de Doñana tiene unas 110.000 hectáreas, pero el acuífero es «mucho más grande» y «las extracciones es uno de los grandes problemas que tiene». Éstas se localizan en todas las poblaciones limítrofes.

Sin salir de la situación de déficit

Valero señala que pese a la notable mejora de la situación hídrica en Doñana, no hay que lanzar las campanas al vuelo y recuerda que la sequía de los últimos años debe compensarse para que el espacio natural presente un estado óptimo. «A parte del déficit que tenemos acumulado actualmente, estamos por debajo de la media anual y llevamos varios años de sequía, por lo que dependemos bastante del acuífero».

«Viene muy bien este agua de cara a la temporada, pero queda mucho por llover. Estando por debajo de la media no podemos estar contentos, sobre todo viniendo del estado deficitario que veníamos», subraya.

Imagen - «Tenemos que tener muchos años de superávit para compensar ese déficit, además de frenar las extracciones»

«Tenemos que tener muchos años de superávit para compensar ese déficit, además de frenar las extracciones»

Abel Valero Lancho

Responsable técnico de datos automáticos ICTS Doñana

Valero recalca que «ahora mismo tenemos una lámina de agua bastante aceptable pero tendría que subir. Tiene que llover mucho más y tenemos que tener muchos años de superávit para compensar ese déficit, además de frenar las extracciones», sostiene el experto, que insiste en que «tendría que tener mucha más agua, más inundación para las fechas en las que estamos».

Detalla que «tenemos una lámina que es continua, con imágenes que pueden resultar espectaculares, pero la lámina de agua tendría que ser mucho mayor para que cuando llegue la primavera y se den las condiciones óptimas para que las aves africanas que vienen aquí puedan criar y también para los patos y las aves europeas».

Imagen principal - Dos momentos del caño de las Madres-Resolimán, este lunes y en noviembre de 2024
Imagen secundaria 1 - Dos momentos del caño de las Madres-Resolimán, este lunes y en noviembre de 2024
Dos momentos del caño de las Madres-Resolimán, este lunes y en noviembre de 2024 ICTS DOÑANA

Apunta además que ahora, con los efectos del cambio climático más evidentes que nunca, hay un mayor ascenso de las temperaturas, un mayor radiación solar y eso se traduce en una «mayor evaporación».

Sistema de mediciones

En la Estación Biológica de Doñana miden la altura del agua en distintos puntos de la marisma, tanto de forma manual como a través de sus sistema de estaciones automáticas, que cuentan con un sensor de nivel que aporta resultados en tiempo real. Explica que las marismas de Doñana presenta un relieve muy plano aparentemente, pero presenta «una microtopografía» que tiene su importancia estudiar. «Pequeñas diferencias de la lámina de agua en centímetros en vertical hace que se inunden muchas hectáreas en horizontal», resalta.

Imagen principal - Dos momentos en torno a la caseta hidrometeorológica de las Honduras del Burro
Imagen secundaria 1 - Dos momentos en torno a la caseta hidrometeorológica de las Honduras del Burro
Dos momentos en torno a la caseta hidrometeorológica de las Honduras del Burro ICTS DOÑANA

Expone que ahora mismo hay zonas como las Honduras del Burro, cerca de la marisma de Hinojos, con 32,5 centímetros, mientras que Vetalengua, que forma parte de la marisma de Almonte y está en la finca de Marismillas, cuenta con unos 20 centímetros, pero hay otros puntos con 8,5 centímetros.

«Tenemos una estación cerca del Rocío que nos anuncia cuándo se produce una avenida del agua y nos la describe», indica sobre las avenidas, que es una crecida temporal y excepcional de caudal.

Un fenómeno curioso con las precipitaciones

El responsable técnico de datos automáticos de la Infraestructura Científica-Técnica Singular de Doñana resalta que en el espacio natural se produce un fenómeno muy particular y es que cuando entra un frente borrascoso del Atlántico en esta zona, éste «se abre» y se reparten la mayoría de las precipitaciones entre la corona norte y el litoral, cayendo menos directamente en las marismas. «No sabemos si es porque no hay árboles y menos vegetación, y es una observación personal, pero hay menos precipitaciones», agrega.

Esta gran variabilidad queda registrada en los números. En la estación de Palacio de Doñana se han registrado en lo que va de 2025 un total de 100 litros por metro cuadrado -300 desde septiembre-, cuando en la mayoría de las estaciones se han superado en el presente año natural los 300 y en la estación meteorológica de Moguer, situada en El Arenosillo, se han superado los 460 litros. «En concreto aquí en un día en Palacio de Doñana se registraron 42 litros por metro cuadrado y en esas zonas en cualquier municipio como Rociana, Hinojos o Almonte, cayeron bastante más, 100 litros o más», comenta.

Valero resalta que el que haya llovido en el entorno tan de golpe ha ayudado a la inundación de los humedales, que vienen de una racha en la que ha ido lloviendo y se han secado las lagunas al ser precipitaciones muy espaciadas.

Como conclusión, expone que para el buen estado hídrico de Doñana «lo ideal sería una aportación regular fluvial y no depender sólo de la pluvial y que lleguen de los arroyos, de los sotos, de la Rocina y la entrada del Guadiamar en las marismas», opina y agrega que desde muchos colectivos científicos y ecologistas que está demandando que la entrada de este río vuelva a su estado original, lo que supondría «una diferencia radical».

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