La misma estampa marismeña de un padre y su hijo 9 años después
RECOGIDA DE YEGUAS
La casualidad ha querido que el fotógrafo Antonio Pereira Jiménez haya podido calcar su instantánea de la Recogida de Yeguas de Hinojos con los mismos protagonistas de 2015
«Ese niño es ahora un hombre que es todo un fanático de los caballos, como se veía venir», comenta
Hinojos recupera la Recogida de las Yeguas tras cinco años de parón por el covid y la sequía

¿Cuántas personas pueden ser captadas en el mismo día casi una década después haciendo lo que les apasiona y en la mejor compañía? Concebimos el tiempo como lineal pero realmente es cada uno quien traza su camino en los minutos, horas y días. El transcurso de la vida pone trabas y apoyos y con ellos la voluntad marca un rumbo, en el que creemos estar donde queremos estar.
En un día tan señalado como la tradicional Recogida de Yeguas de Hinojos el fotógrafo castillejero Antonio Pereira Jiménez atrapó con su cámara una bella estampa en 2015 que recogía muchos significados. En ella un padre guiaba a un par de caballos con sus riendas en la mano derecha y en la izquierda agarraba la mano de su hijo, que seguía sus pasos en el mundo ecuestre. Ambos sonreían, radiantes de felicidad.
Ese padre hinojero, Francisco Javier Valero Díaz, decidió tatuarse esta fotografía tan especial para hacer siempre presente ese momento en su piel, para que no dejara de acompañarle.

Como cada año Antonio Pereira ha vuelto a escudriñar una historia entre nubes de polvo y multitud. La casualidad o el destino ha querido que su objetivo volviera es estar frente a aquel padre y su hijo en 2024, hace unos días, cinco años después de la última celebración de este rito equino.
Ahora cada uno conduce a su caballo a pie y acompasan sus pasos para compartir con intensidad el momento, hacerlo el doble de emotivo. El espíritu es el mismo y también la felicidad.
«Todo un fanático de los caballos»
El niño que quería ser marismeño ya es un hombre hecho y derecho y quizás alguna vez repita la escena cuando tenga un hijo junto al abuelo.
«La imagen es del mismo día 9 años después y ese niño es ahora un hombre que es todo un fanático de los caballos, como se veía venir», comenta a Huelva24.com Pereira, que se entrega con pasión a la fotografía para retratar fiestas y tradiciones, una vocación en la que en ocasiones encuentra estos regalos de la vida que tanto merece la pena ser contados. ¿Se tatuará ahora alguien esta nueva estampa?