Orgullo en la Feria de la Gamba: «Nuestras playas se venden solas, pero esto también nos pone en el mapa»
La XXIX Feria Nacional de la Gamba, la Chirla y el Boquerón de Punta Umbría mostró el viernes inaugural sus dos caras: la primera marcada por el disfrute pausado de la gastronomía local y otra más festiva en la que los jóvenes tomaron el relevo hasta la madrugada
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La XXIX Feria Nacional de la Gamba, la Chirla y el Boquerón de Punta Umbría arrancó este viernes con un magnífico ambiente desde su inauguración, marcado en las primeras horas por la presencia de parejas mayores y grupos de amigos que, aprovechando el buen tiempo, disfrutaban de la oferta gastronómica y el ritmo pausado propio del mediodía. Sin embargo, conforme avanzaba la tarde, la feria fue transformándose: la juventud fue ganando protagonismo, preludio de un fin de semana que promete ser multitudinario y festivo.
Este año, además, la feria se enmarca en la celebración del 62 aniversario de la segregación de Cartaya, un hecho histórico que marcó el nacimiento de Punta Umbría como municipio independiente el 26 de abril de 1963. La efeméride se conmemora con distintos actos institucionales y culturales, recordando el esfuerzo de varias generaciones para lograr la autonomía local y ensalzando la identidad puntaumbrieña, que hoy se refleja en la vitalidad de eventos como esta feria.
Efectivamente, este viernes el bullicio se percibía desde lejos y apenas tuvo lugar la inauguración oficial, la imponente carpa de 2.200 metros cuadrados en la Plaza Pérez Pastor ya registraba un constante ir y venir de visitantes que promete convertirse en un auténtico aluvión desde este sábado. Y es que, como viene ocurriendo en ediciones anteriores, el primer día a mediodía el ritmo es más pausado y es manifiesta la presencia de jubilados y turistas ocasionales que alternan entre la degustación platos marineros, el baile por sevillanas y los paseos para hacer la digestión frente a la ría. Pero no nos engañemos, ya que el domingo muy probablemente se habrán superado los 80.000 asistentes que barajan las previsiones.

Tras los mostradores de los 23 stands, la actividad es frenética desde primera hora. Platos de gambas, chocos, adobos y todo tipo de frituras, seña de identidad de la gastronomía puntaumbrieña, se amontonan esperando dueño. Compiten en protagonismo con las exquisiteces de la sierra onubense, donde el jamón y los embutidos ibéricos se presentan como duros competidores de la auténtica estrella del evento.
Manuel, de la Cofradía de Pescadores Santo Cristo del Mar, aprovecha un breve descanso tras el primer aluvión de comensales para comentar: «Esta ubicación en la Plaza Pérez Pastor es mucho mejor que la antigua, porque es mucho más grande. Este año además veo el primer día más animado, quizá por el buen tiempo que hace después de la temporada de lluvia que hemos atravesado«.
El fragor del cacharreo de cazuelas en las improvisadas cocinas apenas se percibe gracias a otro de los elementos que dan ambiente al evento: la música. A las tres de la tarde, el grupo Manguara arranca su actuación sacando a bailar por sevillanas a quienes ya han despachado el almuerzo, mientras otros visitantes siguen disfrutando de los platos a precios populares: 7 euros las raciones de marisco y 6 euros los platos elaborados por los restaurantes participantes.
«Veníamos a pasar unos días, es nuestra primera vez en Punta Umbría y nos hemos encontrado con esta maravilla por casualidad», comenta Javier mientras su esposa Susana asiente con entusiasmo. Esta pareja de madrileños recién jubilados no puede ocultar su sorpresa. «No esperábamos este ambiente tan extraordinario un viernes por la mañana». ¿Y las gambas?: «Espectaculares».

«Venimos todos los años, esto es calentar motores para la Feria de Abril de Sevilla», comenta entre risas Santi, que acude desde la ciudad del Guadalquivir con su pareja: «Aunque veraneamos aquí habitualmente, no nos perdemos esta cita por nada del mundo. La comida es maravillosa y el ambiente una pasada».
La ubicación de la feria, pese a no ser una novedad de esta edición, vuelve a confirmarse como un éxito, no solo por el gran espacio disponible en la carpa, que además protegería en caso de eventuales lluvias, sino por el atractivo del espacio donde se sitúa, junto a la ría. Muchos asistentes se asoman al paseo para admirar las fantásticas vistas y disfrutar de un momento más reposado tras el bullicio interior, o incluso tomar un café o un helado en la terraza contigua.
En el puesto de Mariscos Huelvamar, Rocío confirma la buena marcha del primer día: «Estamos encantados con la afluencia y el ambiente, la gente viene con ganas de disfrutar». Mientras, Paco, en el stand de La Sierra en Punta Umbría, especializado en chacinas y productos ibéricos, también está satisfecho: «Por experiencia, el viernes a mediodía suele ser cuando la cosa está más floja, pero este año estamos viendo muy buen ritmo desde el principio».
Manuel, puntaumbrieño de nacimiento y residencia, observa el panorama con orgullo: «Esta feria es lo que necesita Punta Umbría para seguir en movimiento durante los meses menos potentes turísticamente. Supone una enorme ayuda en la promoción de la localidad y su gastronomía, porque nuestras playas se venden solas, pero esto también nos pone en el mapa».
El día continuó con el 'tardeo' amenizado por Somos Noniná a las 17.00 horas, momento en que la feria comenzó a experimentar una evidente metamorfosis. Conforme avanzaba la tarde, un público más joven y bullicioso fue ganando terreno, mientras los visitantes de mayor edad cedían protagonismo junto al escenario para refugiarse en la zona más tranquila y propiamente gastronómica. Entre platos de gambas y 'frito variado', los mayores observaban cómo la nueva generación tomaba el relevo.
Las copas, que ya desde la sobremesa habían comenzado a ganar protagonismo en los stands de bebidas, se convirtieron con la caída de la noche en el auténtico combustible de la celebración. A las 22.30, La Flaka subió al escenario para ofrecer la actuación estelar ante un público entregado, marcando el momento álgido de una jornada que se prolongaría hasta las tres de la madrugada. Este vibrante estreno por todo lo alto no es más que el preludio de lo que Punta Umbría vivirá durante el sábado y domingo, cuando la feria alcance su cénit con la llegada masiva de visitantes y un programa musical que promete no dar tregua a los amantes de la fiesta y la buena gastronomía.