NOCHE ONUBENSE EN EL FORO

Antílopez y Cristian de Moret, trajes a la medida del talento

La noche más onubense de la programación del Foro Iberoamericano de La Rábida se vistió con el talento de Antílópez y Cristian de Moret, ambos con un sello propio que imprimieron con arte. El dúo isleño hilvanó todo su descaro e ingenio, su crítico e irónico humor y sus ritmos fusionados para llevarse de calle al público, que también disfrutó con la rabiosa fuerza de Cristian de Moret, una figura emergente que impresiona con su forma de tocar y cantar entre el rock y el flamenco.

Antílopez y Cristian de Moret, trajes a la medida del talento

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Antílopez y Cristian de Moret, trajes a la medida del talento

Las noches del Foro Iberoamericano de La Rábida siempre destilan un ambiente mágico. Condensan en dosis individuales la emoción y diversión colectiva recogida por todos los sentidos. Permiten con mucha fuerza sentir que se hace honor al ‘Carpe diem’, recordar lo bueno vivido sin rastro de lo malo y pensar que el verano es ese lugar favorito al que aún podemos acudir muchas veces para sentirnos felices. 

Con vocación de suma sobre todos esos cimientos, pusieron su talento al servicio de los corazones más deseosos de música Antílopez y Cristian de Moret, que con distinta firma demostraron que Huelva tiene calidad para exportar. Ambos fueron profetas en su tierra e hicieron vibrar al público congregado en la noche más onubense de la programación. 

Antílopez y Cristian de Moret, trajes a la medida del talento

Sin aguja ni cinta métrica, pero con los patrones muy claros confeccionaron un traje a la medida de lo que se esperaba de ellos y sentó genial a todo aquel que lo quiso vestir. Sus propuestas sobre la pasarela del escenario conquistaron y cada gesto, cada letra y cada acorde fueron reflejo del modelo de artista que representan.  Antílopez con más camino hecho pero siempre frescos, siguen volando alto y haciendo piruetas, riéndose del mundo que retratan con irónica pincelada fina. Cristian de Moret, despegando como un cohete, proyecta la sombra de lo grande que será, un diamante que ya brilla mientras se va puliendo. 

Con optimismo y buen rollo desde el minuto 1, Antílopez cerró la noche con una hora y pico de descaro, ingenio y mucho humor, con letras inteligentes y mordaces, ritmos enérgicos y estribillos que disfrutas al cantar. Todo eso surcando con estilo los géneros más diversos, mezclados con partes exactas de barman en la coctelera para dar placer al gusto, con el gran juego de voces de distinto color que tan bien funcionan cuando Félix López García y Miguel Ángel Márquez se turnan protagonismo y se complementan. Pero sobre todo se nota su alma de artistas, de showmans que conectan con el público para llevárselo de calle, siempre buscando complicidad, para que esté encantado de corear, tocar palmas, cantar y bailar y le sea imposible permanecer impasible. 

Comenzaron con ‘Mientras’ y su canturreable “parapará”, un tema que arrastra con su ritmo y que virtió la primera de las muchas críticas que siempre lanzan afiladas a la sociedad y a cómo se extiende el consumo descerebrado y las canciones vacías llenas de éxito. “La música que suena es un bulo / pero hace que se te mueva el culo /  no sé cómo el cerebro aun te riega /  cuidado que al final se te pega”.

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Siguieron haciendo que los presentes cantaran a lo reaggue con ‘Música en paro busca poeta’ y después hacia tintes más rock desplegaron su ‘Prefiero’, una de sus canciones clásicas. Pasaron de pedir cánticos de hombres y mujeres para pasar a una clasificación menos sexista e ir intercalando los coros en función de qué vacuna recibieron contra la Covid. Los antivacunas no podían cantar, se siente. Fue su ‘Hotel California’, o pensión, o mejor dicho camping, albergue juvenil, kiosko de la plaza de las monjas o Se vende cebo vivo… Ellos se inflan con chufla el ego y dejan soltar el aire con la risa. 

Celebraron con alegría que ya volvió la cultura a ser lo que era tras las restricciones de la pandemia, agradecieron lo que sus seguidores de Huelva suman para seguir en órbita y guasa proclamaron que Alejandro Sanz ya les sigue en Instagram. 

La cuarta pieza musical fue otro ejemplo de cómo les interesa mucho el metalenguaje musical, hablar de música y lo que contienen las canciones, su poder, su capacidad de dejar huella… Fue con ‘Esta canción’. “Esta canción es borbotón de sangre / Que sueña, que sueña con ser de cualquiera y de ti /  La única prueba de que al menos en aquel lugar /  Y en aquel momento / Ocurrí”.

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Le siguió otro disparo al corazón de la sociedad con la animosa ‘La fiebre del lodo’ y fiel retrato de los tipos de gente a ritmo alegre. “Ah, la fiebre del lodo / La huella letal de la humanidad / Pasando de todo, de todo, de todo…”.

Luego transitaron el pulso de bandas como Medina Azahara o Triana antes de desenvolver su particular romanticismo en Sabor a Malta. “Y a cada paso Se estrecha el lazo /  La vida gira al ritmo de nuestro amor”, entonaron. Y más muestras de fusión con su ‘Country jondo’, donde lo americano profundo y lo andaluz de raíz se abrazan de la forma más natural y divertida. Fue antes de otro tema animado como ‘La cobradora del track’, donde se dibuja el perfil de la emisaria de la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores). 

Luego el dúo isleño abrió un capítulo más aflamencado e íntimo. Sin la banda, que hasta entonces llevaba una buena nota, interpretaron ‘Me llaman loco’. De nuevo haciendo cantar. Y luego se adentraron en los amores tóxicos con ’Metralla, medida y viaje’ y su “Eres el tipo de persona que me da coraje…”, llenando el escenario con su descaro y arte. A continuación, más poética llegó ‘Canción privada’, con su “Cada luz una historia, cada historia un barullo /  Cada barullo un mundo y a mi me gustó el tuyo…”. 

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En la acumulación de momentos álgidos pego fuerte ‘Analfanauta’, una de las canciones donde lo tecnológico y las redes sociales están presente, otro tema que tocan mucho. Se cantó con energía su estribillo: “Y no hay manera de ponerse de acuerdo / No hay forma de entenderse bastante /  Y no sé cuando eres tú / No sé cuando soy yo / No recuerdo como éramos antes”, con esa última frase en la que la falta de memoria marca un lugar indeterminado para el fuerte vínculo que nace con una historia de amor. 

No menos subidón fue ‘Suerte’ y su conciencia de abrazar lo bueno mientras dure. “Y ahora que estás dentro de mí / No te dejaré escapar”, cantan antes de La suerte vuela sobre mí / Hoy me ha venido a visitar / No estará aquí por mucho tiempo / Y el tiempo / Se va”, dice el estribillo. 

La recta final la comenzó ‘Antivíctima’, con una letra genial y muy bailable. Le siguieron ‘La gatita presumida’ y el rumbeo de ‘Vuélcalo To Ya’ para poner el colofón a un gran concierto, con no pocos renegando de los asientos y bailando, como para que la inercia del movimiento no parara nunca. 

Antílopez y Cristian de Moret, trajes a la medida del talento

“Ha sido un regalo de noche” expresaron desde el escenario, extendiendo también el agradecimiento al concierto previo de Cristian de Moret, “underground puro y duro”. El onubense llenó antes del dúo isleño el escenario con su guitarra afilada, siempre recorriendo escalas de rock, y su aguda voz flamenca, sentimiento a flor de piel, dos caras de su moneda. Con un bajo y una batería de respaldo, comenzó a desplegar todo el arte que le atesora y que hace que muchos entendidos le estén señalando como una gran figura emergente. 

Antílopez y Cristian de Moret, trajes a la medida del talento

Convencido de su forma de expresión, pisando firme, De Moret hizo gala de su fusión más tremenda y particular, donde caben los tangos, los cantes abandolaos, las intros de AC/DC, homenajear a Camarón, surcar las romances antiguos con el hard rock y el funk como remos en el impulso. 

Jugando en casa, con mucha familia y amigos, todo un regalo para él tras tanta carretera por toda España con un triunfo tras otro, Cristian compartió su ilusión de niño con zapatos nuevos y no dejó indiferente a nadie. Fue fuerza, desgarro, melodía, raíz… todo un derroche de talento. 

A su gente dedicó el tema final, no sin antes anunciar que presentará su nuevo disco, ‘Caballo rojo’, en Huelva a finales de septiembre. La brillante continuidad a su sorprendente e innovador ’Supernova’. Más galope con brío.

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