Siete playas vírgenes de Huelva que tienes que descubrir este verano
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Varias zonas de la costa onubense permiten disfrutar de entornos sin urbanizar, en los que imperan la naturaleza y la tranquilidad
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La costa de Huelva es un destino perfecto para las vacaciones de verano. Cuenta con playas ideales para ir con niños, donde pueden jugar tranquilamente en arenales seguros y tranquilos. También hay playas donde se permite llevar a los perros, lo que las convierte en una gran opción para quienes viajan con sus mascotas. Además, algunas de las playas de Huelva tienen condiciones excelentes para la práctica del surf, atrayendo a los amantes de este deporte.
Por otro lado, Huelva también cuenta con playas más aisladas y vírgenes, donde se permite la práctica del nudismo. Estas playas ofrecen la oportunidad de disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad, lejos de las aglomeraciones. Son el lugar perfecto para aquellos que buscan una experiencia más relajada y alejada de lo convencional. En este sentido, para quienes estén planeando sus vacaciones por la costa onubense, pasamos a detallar siete playas vírgenes de Huelva que tienes que descubrir este verano.
La Playa de Nueva Umbría, ubicada en el espectacular Paraje Natural Marismas del Río Piedras y Flecha de Nueva Umbría, es una de las playas vírgenes que debes descubrir este verano. Para llegar a este paraíso natural es necesario realizar un pequeño viaje en barco desde El Portil. Con sus alrededor de doce kilómetros de arena fina y dorada, esta playa casi intacta ofrece un paisaje marismeño que cautiva a quienes la visitan. Además, su moderado oleaje añade un toque especial a su belleza natural, en una zona que se caracteriza por su completo aislamiento.
Playa de La Bota
Otra de las playas vírgenes que debes descubrir este verano es la Playa de La Bota, también conocida como «Playa de El Cruce». Esta extensa playa, que abarca casi cuatro kilómetros, se encuentra en un entorno semivirgen, sin edificaciones anexas que puedan interrumpir la tranquilidad del lugar. Rodeada de pinares y dunas, esta concurrida playa ofrece a los visitantes la oportunidad de disfrutar de agradables paseos y admirar su bello entorno natural. Además, con una gran extensión de arena hasta llegar al agua, la Playa de La Bota permite que los veraneantes se distribuyan cómodamente, sin estar amontonados, para disfrutar del sol y del privilegiado paisaje de dunas y pinar que la rodea.
Siguiendo el recorrido de oeste a este, justo después de la Playa de La Bota, se encuentra la Playa de Los Enebrales, enclavada en el Paraje Natural de los Enebrales. Esta extensa playa, con una longitud de algo más de dos kilómetros y un ancho de 50 metros, se presenta como un remanso de tranquilidad, excelente para realizar largos paseos y disfrutar de su bello entorno natural. En este sentido, su moderado oleaje y el bajo grado de ocupación la convierten en un refugio perfecto para quienes buscan escapar del bullicio de las playas más frecuentadas de la costa onubense. Precisamente, el mayor encanto de la Playa de Los Enebrales radica en su escasa afluencia, considerándose prácticamente virgen. Además, su fácil acceso, mediante pasarelas señalizadas desde la carretera paralela a la playa, la convierte en una de las playas más tranquilas y hermosas de toda la provincia de Huelva.
Situada entre la Playa de Mazagón y la Playa del Arenosillo, la Playa de Rompeculos cautiva por su impresionante entorno natural. Con grandes extensiones de arena dorada y un entorno virgen y salvaje, esta playa se erige como un refugio perfecto para los amantes de la naturaleza. Además, con su oleaje moderado, la Playa de Rompeculos es frecuentada por todo tipo de bañistas que disfrutan del aislamiento y la tranquilidad que ofrece este escenario natural único. Por otra parte, cabe destacar que el acceso se realiza a través de una extensa pasarela que se integra armoniosamente con el paisaje circundante.
Conocida también como la Playa de la Torre del Río de Oro, esta encantadora playa se encuentra situada en Mazagón, dentro del Parque Nacional de Doñana. Con su extenso arenal y sus aguas calmadas, esta playa se erige como un verdadero refugio para los veraneantes que buscan un lugar de la costa onubense más alejado. Además, a pesar de ser popular, su kilómetro de longitud casi virgen ofrece una sensación de espacio y tranquilidad, sin aglomeraciones. Por otra parte, los restos de la Torre del Loro, que data del siglo XVI, otorga a esta playa un atractivo adicional. Asimismo, cabe mencionar que, si bien es una de las playas más tranquilas de esta zona costera, los accesos a la Playa de la Torre del Loro pueden resultar un tanto complejos.
Enclavada en el entorno del Parque Nacional de Doñana, la Playa de Cuesta Maneli es una de las joyas de la costa de Huelva. Con kilómetros de fina arena en un entorno completamente virgen, este lugar ofrece la oportunidad de disfrutar de una jornada de playa sin masificaciones, convirtiéndose en un destino imprescindible para cualquier amante de la naturaleza. Ahora bien, para llegar es necesario realizar una caminata de aproximadamente quince minutos por un camino llano, pero que merece la pena recorrer cuando se contempla la grandeza y naturalidad de esta playa. Con lo cual, su acceso no es tan sencillo como el de otras playas, aunque esta dispone de un parking propio. Por otra parte, cabe destacar que, aunque la vegetación de los alrededores se encuentra en proceso de recuperación tras el incendio que asoló la zona en 2017, la Playa de Cuesta Maneli sigue siendo un verdadero oasis de belleza natural y tranquilidad.
Playa de Castilla
Por último, ubicada al oeste de Matalascañas, mencionamos la Playa de Castilla, que se extiende a lo largo de unos veinte kilómetros de costa y caracterizada por impresionantes acantilados abruptos y una extensión que permanece prácticamente virgen y sin urbanizar. Esta sorprendente playa, a la que solo se puede acceder por determinados puntos señalizados, ofrece a los visitantes la oportunidad de disfrutar de un verdadero lujo desde el mismo momento en que se inicia el camino de acceso, rodeado de imponentes médanos y acantilados formados por dunas. Si bien su grado de ocupación suele ser bajo, durante la temporada estival la Playa de Castilla recibe una mayor afluencia de visitantes que buscan deleitarse con la belleza de este entorno natural prácticamente intacto.
