INVISIBLE, PERIODISMO VISIBLE
No sin ellas
Son necesarios 134 años para alcanzar la paridad total entre hombres y mujeres, lo que equivale a cinco generaciones más allá de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030
Otra comunicación es necesaria
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Dudé si dedicar esta columna a los tres años de la invasión de Rusia a Ucrania. Soy de los que piensa que Putin ha provocado la guerra, causando miles de muertes, y por las que espero sea juzgado. Sin embargo, al ver el calendario de color morado, recordé a la periodista colombiana Jineth Bedoya (1974, Bogotá) cuando dijo, «los medios de comunicación y las periodistas podemos cambiar la realidad de millones de mujeres en el mundo. No podemos quedarnos con esa deuda histórica».
La subdirectora del diario El Tiempo fue víctima de secuestro, tortura y violación sexual por parte de un grupo de paramilitares en el año 2005. Su vivencia se transformó en compromiso.
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Su profesión en el mejor medio para dar visibilidad a una realidad que es ocultada y negada por la misma ultraderecha que acude a convenciones como la Conferencia Conservadora de Acción Política celebrada recientemente en la ciudad norteamericana de Maryland con la escenificación de un presidente Milei regalando una motosierra a otro 'presidente no electo', Elon Musk, para sacar pecho de recortes, entre ellos, los que inciden directamente en políticas de igualdad, de género o venían sirviendo para combatir la violencia machista, o la que en Madrid lideró Santiago Abascal queriendo ser la sombra alargada del trumpismo en Europa mientras abraza y difunde los mismo discursos de odio que la francesa Marine Le Pen o los del presidente húgaro, Viktor Orbán.
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A todos ellos les invito a leer la entrevista que realizó este mes de febrero la agencia EFE y publicada por ABC a la periodista y Premio Nobel de la Paz 2023, Narges Mohammadi (1972, Zanyán, Irán), tras la liberación temporal por motivos de salud. «Todo mi objetivo ha sido lograr la libertad, la igualdad y la democracia. Tal vez he pagado un alto precio, y el más grave ha sido perder a mis hijos Ali y Kiana, a quienes no he visto desde hace 10 años. No me quiero presentar como una heroína, pero a pesar de todo eso y de que estoy sufriendo en esta situación complicada, creo que vale la pena hacerlo por la libertad», sostiene la periodista iraní quien lleva encarcelada desde el año 2021 en la prisión de Evin (Teherán) y en la que, incluso privada de su libertad, sigue celebrando el Día Internacional de la Mujer.
La igualdad sigue siendo necesaria
Y sí, la igualdad sigue siendo necesaria. El último Informe Global de la Brecha de Género 2024, publicado por el Foro Económico Mundial, sostiene que son necesarios 134 años para alcanzar la paridad total entre hombres y mujeres, lo que equivale a cinco generaciones más allá de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030.
Por otro lado, el Instituto Reuters tras investigar el pasado año a 240 grandes medios señaló que apenas un 24% de las jefaturas están en manos de compañeras, a pesar de que ellas representan el 40% de las periodistas que ejercen la profesión en los 12 mercados objetos del estudio. Y sí, existe la violencia machista. Y por ello, los medios son fundamentales para evidenciar la vergonzante cifra de 48 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas en España en 2024, y sobre todo para contar que detrás de cada cifra hay una persona con nombre y apellido, con una historia de vida que ha sido vilmente cercenada.
Los medios y los periodistas tienen que contar que con la excepción de VOX el resto de partidos acaban de aprobar un nuevo Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Un documento que marca una nueva hoja de ruta para combatir todas las violencias contra las mujeres, incluidas la económica, la digital y la vicaria.
La ultraderecha global saldrá estos días a deslegitimar el discurso igualitario. A intentar ensordecer lo que será un nuevo clamor por el respeto y la convivencia de sociedades plurales y diversas en las calles de pueblos y ciudades. Y yo pensaré en las compañeras que en el ejercicio de su profesión y en la defensa de la libertad de prensa y en el de la igualdad de género (que son también mis libertades) han sido detenidas y encarceladas.
Volveré a leer los testimonios convertidos en un acto de generosidad y valentía de las mujeres colombianas que se sumaron a la campaña «No es hora de callar' promovida por Bedoya. Y también seré agradecido. Especialmente con aquellas compañeras que influenciaron en mi manera de entender y ejercer el periodismo. Recordaré las crónicas de Rosa María Calaf que cuando estudiante me hizo entender el mundo como un espacio común.
Volveré, lo sigo haciendo, a Carmen Sarmiento y a su honesto atrevimiento por hacer un periodismo de personas y para las personas, especialmente para las más olvidadas (muchas de ellas, mujeres). Reviviré momentos y aprendizajes de compañeras de redacción o de calle de las que aprendí el oficio gracias a ser grandes profesionales y mejores personas como Rosa Font, Lola Roldán, Loli Camacho o Paloma Contreras. Y seguiré escribiendo y opinando porque no concibo ni por mí, ni por mi hija Luna que aspira a ser periodista, un mundo que no sea realmente igualitario.
INVISIBLE, PERIODISMO VISIBLE
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INvisible, periodismo visible que transforma el mundo quiere ayudarnos a entender el momento actual a través de iniciativas y propuestas periodísticas que recuperan la esencia de esta profesión de contar historias para transformar realidades