EL SÉPTIMO DE COMISARÍA
Sobre la patada voladora de la IA
Una que se cree guay por tener su mijita de gracia, su poquito de capacidad analítica y sarcástica, y llega esta y me supera en un santiamén
Sobre los bares como lugares de exposición
Sobre la incipiente hipersexualización de la intelectualidad
Sobre el arte y los productos aspiracionales

La IA en el arte contemporáneo es como darle pinceles a un robot. ¿Genial o insultante? Ahora, los algoritmos pintan paisajes y retratos con una precisión que haría llorar a Van Gogh. ¿El futuro del arte o simplemente máquinas que nos dicen: «Miren, también podemos ser creativos»? Quizás es hora de que nosotros, los humanos, nos pongamos las pilas y demostremos que aún tenemos algo que aportar.
El párrafo que acabáis de leer no lo he escrito yo, sino una Inteligencia Artificial. Le pedí a ChatGPT que redactara un texto breve, de unas setenta palabras, para una columna de opinión cultural en un periódico digital que tratase sobre la IA en el arte contemporáneo, y todo esto con un toque de humor y una pizca de ironía. ¿Habéis notado la diferencia, tropa? ¿Se aprecia el artificio y la falta de carne y hueso, de legañas y caquillas? ¿O ha sido capaz de hacer mi trabajo a la perfección en dos segundos (o menos)?

A mí, que me quedé en el chat de Terra con sus zumbidos y que no tuve ni Tuenti, me ha sorprendido bastante el resultado. Una que se cree guay por tener su mijita de gracia, su poquito de capacidad analítica y sarcástica, y llega esta y me supera en un santiamén (estupendo bar lepero, por cierto). Como decimos por estas tierras, me ha dado una guantá sin manos, una lección de humildad, una patada voladora al estilo ninja para que, como ella misma dice, me ponga las pilas.
«No podemos quejarnos si los robotes lo hacen todo mejor y más rápido (...) pero para algunos la IA es una amenaza»
Que yo me lo curro, pero en el fondo no le falta razón. Estamos empanados. Atolondrados. Abombados. No podemos quejarnos si los robotes lo hacen todo mejor y más rápido. La Thermomix y la Conga (véase también Roomba) nos parecieron geniales, pero para algunos la IA es una amenaza, un ente que viene a robarnos las ideas y los billullis. Creo que es más sensato verla como un instrumento para la creación y el avance. Y os digo más: ha venido para quedarse y es una herramienta estupenda que agiliza muchas tareas, también del proceso artístico.
Nuevos lenguajes, hibridaciones discursivas
Si la fotografía no acabó con la pintura, tampoco Midjourney sustituirá la genialidad ni la creatividad humanas, sino que las potenciará, las amplificará y las hará exponenciales. Surgirán nuevos lenguajes, estéticas originales, hibridaciones discursivas. Transformación, evolución, perfección. Afirma Nassim Taleb (y tiene cara de saber del tema) que «la tecnología se convierte en arte cuando deja de ser útil». ¿Qué quiere decir eso exactamente? Ni idea, yo voy a preguntarle a Alexa y acabo antes.