INDESINENTER

Soberanismo y liberalismo para una España sin rumbo

Creo en el Estado soberano y liberal que acaba con el atraco del Estado vía impuestos directos e indirectos y, por otro lado, no abandona al auténticamente necesitado

Una persona duerme en la calle en el centro de Huelva H.C.
Javier Berrio

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No tengo dudas. Que nadie piense aquello de que el dinero es «público» o de «todos», como si el pecunio creciese en los árboles. El dinero es del que contribuye o del que ha contribuido en su momento. Naturalmente, no podemos olvidar a los verdaderamente «necesitados». Cuando la deuda pública llega a límites insostenibles, es nuevamente el contribuyente el que tiene que aportar fondos por medio de los atracos del Estado, y ese Estado, tomando para sí cantidades masivas, las pone al servicio de las distintas castas que ejercen el poder sobre los ciudadanos que las mantienen.

Eso no puede seguir así. El dinero tiene que nacer de la productividad, y los gobiernos tienen que administrar, ni endeudar ni destrozar nuestra economía ni nuestros servicios públicos, por el llamado a la invasión

El dinero tiene que nacer de la productividad, y los gobiernos tienen que administrar, ni endeudar ni destrozar nuestra economía ni nuestros servicios públicos

territorial. España está siendo ocupada, con la connivencia del gobierno, por grandes grupos de personas que quieren imponer sus criterios. Esos no han venido a trabajar, sino a vivir de nosotros. Por si fuera poco, no disimulan su deseo de imponer sus aspectos religiosos medievales, por medio de la ley demográfica de crecer masivamente: nacimientos sin parar y menas traídos a la fuerza y sin devolver a sus padres.

Creo en el Estado soberano y liberal que acaba con el atraco del Estado vía impuestos directos e indirectos y, por otro lado, no abandona al auténticamente necesitado. ¿Es posible que España siga manteniendo la cantidad de parlamentarios, asesores y burócratas que infectan el país? ¡Por supuesto que no! O se empequeñecen los parlamentos territoriales o se les manda a dormir el sueño de los justos. O se desmonta el Senado, reducido a hacer el ridículo frente al gobierno despótico socialcomunista, o se desmantelan las diputaciones. Sabemos que esto no lo va a hacer ningún partido del arco parlamentario, como tampoco se van a atrever a la reducción drástica del funcionariado ni a la liberalización de la creación de negocios sin que el Estado sea tu socio «ruinoso» desde el primer momento.

¿Quiénes serán capaces de retirar fulminantemente las subvenciones a los sindicatos, a la patronal, a los partidos políticos, a los grupos con intereses de género o en disputa con el hombre?

¿Quiénes serán capaces de retirar fulminantemente las subvenciones a los sindicatos, a la patronal, a los partidos políticos, a los grupos con intereses de género o en disputa con el hombre? ¿De verdad creen Vds. que la mayoría de ONG pagadas por las instituciones -dinero del contribuyente- invierten sus fondos en fines sociales? Más bien presuntamente están para mantener a las cúpulas de los «lobbies» que representan y vivir con un nivel de vida no justificado por sus esfuerzos.

Vivimos bajo la ideología 'woke', el nefasto pensamiento neomarxista que sigue con la máxima del enfrentamiento de tantos grupos sociales como se puedan crear, una vez fracasada la lucha de clases y el socialismo real. El «woke» persigue dividir la sociedad y enfrentarla en vez de proponer y promocionar la cooperación cívica en términos de solidaridad proporcional a la necesidad y no para las miserias que se utilizan en España.

Europa y su ultra posición en cuanto a la Agenda 2030 nos lleva a la ruina. España, cada vez es menos productiva, tiene prohibido el crecimiento industrial y nos está siendo robado el campo para dárselo a nuestro enemigo natural, Marruecos. Nos hacen derribar nuestros pantanos en una idea así como que tenemos «reprimida a la naturaleza». Tampoco se limpian ni los montes ni los ríos y se producen catástrofes como la de Valencia, para la cual no estábamos preparados por las directrices de la corrupta UE y por la posición despectiva del Gobierno central y de su presidente, más la debilidad del ejecutivo regional. Precisamos el gran cambio: renegociar los tratados de adhesión y una política fuertemente soberanista de España como país, un cambio de sistema y un radical replanteamiento de las políticas migratorias.

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