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Inteligencia artificial: la amas… ¿o la odias? 5 Motivos para aprender a quererla
La IA no muerde (todavía) y puede hacerte la vida más fácil si aprendes a usarla con cabeza. ¿Es perfecta? No
Emprender en Huelva y otros deporte de riesgo
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El mundo digital va tan rápido, que cada vez que pestañeas, ya se ha inventado una nueva aplicación, formato o función dentro de esta para hacernos la vida «más fácil». O eso dicen, porque si cada microsegundo se genera un nuevo elemento para «ayudarnos», no tenemos tiempo material para adaptarnos a él.
Así que… ¡Hablemos claro! Para muchos, la inteligencia artificial (IA) es como ese compañero de trabajo que llega de pronto, «sabe hacerlo todo mejor que tú» y siempre está en boca de todos. La diferencia es que esta «compañera» ni pide café ni se va de vacaciones. ¿Amiga o enemiga? Depende de cómo la mires. Por eso, he venido a darte cinco motivos para que aprendas a convivir con ella y, quién sabe, hasta la quieras un poquito.
1. Organiza tu vida
¿Te cuesta llevar la agenda? ¿Te sientes atacado por los post-its de colores que nunca actualizas? Convierte a la IA en secretaria personal. Con aplicaciones como Notion, o asistentes virtuales como Alexa (con un dispositivo que puedes tener en tu casa), la inteligencia artificial puede ayudarte a hacer la lista de la compra, recordarte cuánto llevas gastado en café este mes (o en lo que tú quieras) o ayudarte a organizar tus vacaciones. Las posibilidades son infinitas, y créeme, que engancha.
2. Cocina como un chef (o al menos, inténtalo)
Si eres de los que queman hasta el agua, la IA puede ser tu salvación culinaria. Hay aplicaciones como Yummly o incluso asistentes de voz que pueden sugerirte recetas según lo que tienes en la nevera. ¿Solo te quedan huevos, un tomate y ganas de llorar? No pasa nada, tu asistente puede convertir eso en una receta fancy. Eso sí, todavía no fríen el pescado por ti (aunque ya hay robots que lo están intentando).
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3. Aprende algo nuevo sin agobios
Siempre quisiste aprender a tocar la guitarra, hablar italiano o hacer meditación, pero la vida (y Netflix) se interpuso en el camino. Con IA, tienes aplicaciones como Duolingo, Yousician o Calm que te guían paso a paso, adaptándose a tu ritmo. Lo mejor: no te juzgan si fallas 20 veces seguidas. Aunque cuidado con Duolingo; sus notificaciones pueden ser más insistentes que tu madre cuando no le devuelves la llamada.
4. Ahorra tiempo (y energía mental)
¿Hacer una presentación en PowerPoint te quita el sueño? ¿Odias organizar fotos o transcribir reuniones? La IA está aquí para hacer el trabajo pesado. Herramientas como Canva generan diseños chulísimos en minutos, y aplicaciones como Otter.ai transcriben tus reuniones mientras tú te tomas un café. ¿El truco? Usarlas como un apoyo, no como un reemplazo. Después de todo, tú sigues siendo el humano con las ideas brillantes (o eso queremos pensar).
5. Haz que tus correos sean menos... aburridos
Todos hemos pasado por eso: redactas un correo formal y parece que lo escribió una máquina. ¿Y si dejas que una IA te eche un cable? Herramientas como ChatGPT o Grammarly pueden ayudarte a encontrar el tono perfecto, corregir esos dedazos que te juegan malas pasadas y hacer que tu jefe piense que eres un genio de la comunicación. Solo asegúrate de no empezar a usar palabras que tú mismo no entiendes, no queremos que acabes buscando en Google qué significa «holístico».
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La IA no muerde (todavía) y puede hacerte la vida más fácil si aprendes a usarla con cabeza. ¿Es perfecta? No. Pero, como ese amigo que siempre llega tarde, al final termina siendo útil y hasta le coges cariño. Así que, en lugar de mirarla con desconfianza, prueba a invitarla a tu día a día. Quién sabe, quizás termines preguntándote cómo viviste tanto tiempo sin ella… o rogando que nunca aprenda a hacer memes.
P.D.: En este artículo, la Inteligencia Artificial ha echado una mano. El resto, es «materia gris» de la autora. Porque ahí está la magia, en saber qué pedirle, para luego darle tu toque personal. (Por supuesto, las imágenes también las ha creado ella).